Farmacéuticas

Comprometerse, crecer y estar dispuestos a vender

Los Reig Jofre pilotan desde hace casi un siglo los laboratorios que llevan su nombre, una firma que hoy tiene un 26% en manos externas, que cotiza en bolsa y en la que familia y negocio están muy bien separados

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Una investigadora, en el Laboratorio Reig Jofre de Sant Joan Despí (Barcelona)

Una investigadora, en el Laboratorio Reig Jofre de Sant Joan Despí (Barcelona) / Andreu Dalmau

En el número 58 de la calle de Salmerón (hoy llamada Gran de Gràcia) de Barcelona, en la rebotica de la farmacia de su suegro, Ramón Reig Jofre creó en 1929 un laboratorio farmacéutico bajo la marca Vinco. Fue socio fundador de la Federación Farmacéutica, la primera distribuidora de medicamentos del país. Dada la escasez de materias primas, también fundó el Instituto Español de Síntesis Química para la fabricación de principios activos, pero tuvo que cerrar al no poder mantener los precios con la apertura del mercado. Ya en 1945 llevó a cabo un segundo traslado de las instalaciones, a un edificio de tres plantas construido ex profeso. 

Reig Jofre tuvo cuatro hijas a las que encaminó hacia el laboratorio. La pequeña, Isabel Reig López, farmacéutica, se centró en el desarrollo de producto. Se casó con Joan María Biosca, ingeniero químico que se incorporó al negocio familiar de tenería, pero ante el inmovilismo paterno acabó instalándose por su cuenta. En plena gran crisis del sector de curtidos, en 1972 aceptó la oferta de su suegro, con quien tenía buena sintonía en las sobremesas de los domingos. Biosca fue quien cambió la marca a Laboratorio Reig Jofre.

La crisis del petróleo de 1973 disparó los precios de las materias primas y, como los precios finales estaban congelados, el negocio pasó de ser superrentable a entrar en pérdidas. Hubo que pedir créditos con intereses del 18%-20% y aval del patrimonio familiar. 

Venta infructuosa

El fundador murió en 1980, en plena recesión. Entonces se iniciaron conversaciones para vender la firma a los laboratorios Cusi, pero la normativa europea afectó al principal producto y no se llegó a buen puerto. Los dueños "se liaron la manta a la cabeza y decidieron continuar, haciendo piña" y confiando en "el cuñado", aunque "a veces daba miedo lo que proponía".

Biosca efectuó un leaseback (venta con arrendamiento y recompra) del edificio que servía desde, con lo que ganó liquidez para comprar otros laboratorios en dificultades con el objetivo de adquirir volumen. En todas las adquisiciones se asumía el personal. En los 80, la firma entró con fuerza en dermatología, división que acabó vendiendo a muy buen precio. Se deshizo de "la joya de la corona" para poder reinvertir y crecer.

La ley del medicamento de 1992 permite la fabricación para terceros y prohíbe la de derivados de penicilina en la misma planta que otros productos. Los responsables de Reig Jofre decidieron vender su edificio para comprar la planta de Boehringer Ingelheim e iniciar el negocio industrial de fabricación de genéricos. También adquirieron en Toledo una planta dedicada a derivados de la penicilina y se convirtieron en proveedores del vendedor durante cinco años. Pero el principal cliente declaró la suspensión de pagos, lo que les llevó a comprarlo asumiendo el centenar de empleados que tenía. Todo este estrés aceleró la enfermedad neurodegenerativa que sufría Biosca desde 2005. 

Alex García Reig se incorporó al Departamento de Finanzas tras acabar sus estudios universitarios. De niño, Ignacio Biosca Reig oía hablar poco de los años buenos de la empresa, vivía más los malos y las discusiones entre el director general y la directora de producto, en casa o en el coche, y no tenía intención de acercarse al negocio familiar. Estudió Ingeniería de Telecomunicaciones y MBA por IESE y pronto empezó a trabajar en Media Planning (de la familia empresaria Rodés), donde se reunía semana sí semana no con Google en San Francisco. Su padre lo invitó a incorporarse al consejo de administración, lo que le "permitió conocer y coger cariño a la empresa". Finalmente, su progenitor y su primo le convencieron para dar el salto e incorporarse a la compañía familiar en 2006 como consejero delegado. Hoy cree que hacer empresa "es como ir en bicicleta, no puedes dejar de pedalear", pero no sabe si desea su trabajo para sus propios hijos.

La cuarta generación cuenta con una farmacéutica: la profesionalidad es clave para aceptar a un nuevo miembro


En 2015, Reig Jofre se se fusionó con Forté Pharma, que cotizaba en bolsa. La propiedad dejó de ser 100% familiar y pasó a tener un 26% en manos externas. "Estar en bolsa da mucho trabajo, pero deja claro el proyecto empresarial y separa muy bien la familia y el negocio", lo que es muy saludable cuando se pasa a la cuarta generación. Supone un cambio de mentalidad: no hace falta vender el 100%; "del blanco-negro se pasa a los grises", se da la legítima liquidez a la familia.

Además, "ver que hay inversores que te acompañan en el viaje hace mucha ilusión". La junta de accionistas pasó de ser formal a ser pública y los socios aportan otra visión. De los ocho miembros del consejo de administración, tres son de la familia fundadora, uno dominical y cuatro independientes. En la cuarta generación hay una farmacéutica, pero la aproximación debe de ser muy profesional. Si son de la familia, "fantástico", pero "la empresa va antes que la familia". De hecho, para incorporarse deben demostrar su profesionalidad.

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Cuando se llevó a cabo la fusión, el 1 de enero de 2018, la cotización estaba a 2,4 euros. Alcanzó un máximo de 6,2 euros el 12 de febrero de 2021 y actualmente tiene un valor de 2,3 euros, a fecha de 23 de febrero de 2024, con un freefloat del 37%. En 2022, las ventas sumaron 271 millones (el 23% más respecto a septiembre de 2023) con el 55% en el extranjero, un resultado total de 6,5 millones (84% más que en septiembre de 2023) y 1.203 empleados. El dividendo fue de 3,2 millones, el 39% del resultado de 2022.

Esta es la historia de una familia empresaria comprometida, que reinvierte diversificando y con el objetivo de crecer. Dispuesta a vender cuando es conveniente.