Entrevista

José Luis Gascó (UA): "El empleo sin cualificación especial lo sustituirá la tecnología, capaz de cubrirlo con eficiencia"

José Luis Gascó es optimista en cuanto a la creación de empleo, en línea ascendente en los últimos años, pero lamenta que haya una tasa de paro aún del 11,7 %, que duplica la media de la UE

Considera que hay mucho recorrido pendiente en el mercado laboral porque el paro de larga duración se está enquistando

Aboga por mejorar la cualificación de los trabajadores, tanto en activo como en búsqueda de empleo, y que se focalice en las necesidades de las empresas

El catedrático de Organización de Empresas, José Luis Gascó, posa ante la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UA.

El catedrático de Organización de Empresas, José Luis Gascó, posa ante la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UA. / JOSE NAVARRO

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El catedrático de Organización de Empresas en Universidad de Alicante, José Luis Gascó, es también promotor del Club de las Buenas Decisiones de la UA y coordinador del Grupo de Sistemas de Información y Recursos Humanos en las Organizaciones (SIRHO).

En líneas generales, ¿cómo ve la situación del mercado laboral?

Llevamos unos años de crecimiento sostenido del empleo con más de 20,7 millones de cotizantes a la Seguridad Social, lo que es, sin duda, una buena noticia, pero con una tasa de paro aún del 11,7%, que duplica la media de la Unión Europea (5,7%). Estamos mejorando, sin duda, pero tenemos mucho recorrido pendiente. Creamos empleo, pero el número de personas en situación de desempleo apenas disminuye, lo que se debe a que acceden muchas personas al mercado laboral que van encontrando empleo, pero el paro de larga duración se enquista. Necesariamente tengo que ser optimista, pero tenemos mucho trabajo por hacer, relacionado básicamente con la cualificación de los trabajadores, tanto en activo como en búsqueda de empleo, focalizada en las necesidades de las empresas, que son cambiantes en cuanto a las características de sus trabajadores, para adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno. Converger con Europa en este punto es fundamental para mantener nuestro estado del bienestar.

A pesar de la mejora del mercado laboral y de los ingresos medios de la mayoría de los hogares, el aumento desbocado de la cesta de la compra y de las facturas está provocando un considerable repunte de la población sometida a privaciones materiales durante 2023 y elevó el porcentaje de familias en situación de vulnerabilidad. ¿Cómo se "come" esto?

Tiene razón, las dificultades de las familias para llegar a fin de mes, aun teniendo trabajo, es algo que hemos podido constatar en los últimos años, como consecuencia de un incremento más que notable de los precios de las materias primas y productos elaborados, tanto nacionales como extranjeros. La inestabilidad geopolítica y sus conflictos armados asociados entre países, además, grandes proveedores mundiales de grano, energía, etc., los costes logísticos, incluso el cambio climático, están provocando un aumento de precios muy por encima de los incrementos salariales. Solo las mejoras de eficiencia de las empresas, con las consiguientes reducciones de sus costes serán capaces de corregir, aunque sea mínimamente, este problema. El impacto del cambio climático, que en ocasiones es más difícil de asociar con este asunto, podemos verlo claro, por ejemplo, en la subida de uno de nuestros productos básicos, el aceite de oliva. Como consecuencia de la escasez de lluvias, en los dos últimos años la producción de aceite de oliva en España se ha reducido prácticamente a la mitad, y sin embargo los agricultores han tenido que mantener, incluso incrementar, sus costes anteriores en cuanto a abonos, labranza, plantilla, cuidado, etc., a la vez que les han aumentado los costes de transformación por incremento del coste de la energía. Todo esto provoca grandes incrementos en los precios que difícilmente pueden cubrir los salarios. 

Todo apunta a una desaceleración económica leve, pero sostenida en el tiempo, hará difícil la reducción del desempleo

Estamos mejor hoy que hace unos años en lo laboral?

Estamos mejor, sin duda, que en los últimos años si tomamos en consideración la crisis financiera e inmobiliaria que llevó el desempleo en 2009 al 19 %, o en 2020, tras el covid, al 16 %. Nuestra tasa actual del 11,7 %, con esas referencias, es buena, pero como decía antes, tiene aún mucho recorrido de mejora hasta acercarnos a los países de nuestro entorno.

¿Cómo va a responder el mercado laboral este año?

En una situación económica compleja, tanto por factores de carácter internacional como por otros estrictamente internos (conflictos bélicos, elevada inflación, costes energéticos elevados, fuertes subidas de los tipos de interés, incrementos en la presión fiscal y costes laborales, entre otros), las perspectivas macroeconómicas para 2024 y 2025 apuntan a una desaceleración económica leve, pero sostenida en el tiempo, lo que hará más difícil la reducción del desempleo que, no obstante, en mi opinión, se debería seguir produciendo si las empresas son capaces de abordar los importantes cambios que se tendrán que encarar durante 2024 como son la digitalización o los cambios organizativos asociados, reducir costes o aumentar el rendimiento. De ahí que, en la compleja situación actual, el talento sea el principal desafío en materia de recursos humanos, tanto por su déficit como por su fidelización e, incluso, mediante la atracción y la selección de profesionales; el talento en la dirección y en todos los puestos de trabajo. Mi previsión, en resumen, es que el empleo debería seguir creciendo manteniendo la tasa de paro en torno al 12%.

"El talento es el principal desafío actual, tanto por su déficit como por su fidelización"

¿Qué sectores están demandando más empleo?

Socio-sanitario (personal de atención a mayores, medicina o enfermería), turismo y hostelería, logística (mozos de almacén, conductores, preparadores de pedidos), tecnología (analistas de datos, ciberseguridad, inteligencia artificial), construcción, comercio minorista (vendedores, cajeros, reponedores, atención al cliente, tanto en tiendas físicas como en comercio electrónico, especialmente grandes superficies e internet, la industria (mecánicos, electricistas o carpinteros), educación y, por supuesto, profesionales de recursos humanos, imprescindibles para seleccionar, formar y retener a los mejores talentos.

¿Y qué sectores continúan destruyendo empleo?

Quizá el pequeño comercio minorista es el que está destruyendo más empleo, con trasvase de actividad a los grandes centros comerciales y, sobre todo, a comercio electrónico. En realidad, todos los sectores son demandantes de empleo cualificado, aunque algunos están teniendo problemas importantes, como la hostelería, que desde la pandemia tiene muchas dificultades para cubrir sus necesidades de empleo, o la agricultura que, como vemos estos días, no tiene los relevos necesarios para mantener con vigor una actividad que es imprescindible.

¿Qué tipo de empleo se crea?

Básicamente empleo cualificado, que no siempre se cubre correctamente, y empleo básico, sin cualificación especial y poco recorrido, que poco a poco y, en gran medida, irá siendo sustituido por tecnología capaz de cubrirlo de manera más eficiente. En este punto, debo volver a insistir en la importancia de la cualificación y adaptación constante a las exigencias del mercado laboral, como única forma de asegurar el empleo. La bajada del euribor y los fondos Next Generation ayudan a la inversión y la creación de empleo, pero es necesaria más confianza e inversión privada para crear más empleo cualificado con salarios adecuados, que ayude a captar y retener el talento necesario que, sin duda, se crea en España, pero en muchas más ocasiones de lo que sería deseable tiene que emigrar por no encontrar aquí oportunidades laborales acordes con su capacidad.

 ¿Hay más precariedad o menos que hace unos años?

Si observamos los últimos 15 años, yo diría que no hay más precariedad laboral, aunque sí mayores dificultades para atender todas las necesidades familiares como consecuencia de los precios en ocasiones desorbitados que han adquirido muchos productos básicos. Si retrocedemos un poco más en el tiempo y atendemos a la precariedad solo considerando la capacidad adquisitiva de los salarios, podríamos decir que sí, los salarios son más precarios al no crecer acorde a los precios. Pero la precariedad no va asociada solo al salario, también al tipo de contrato y a su duración real, y sobre ese tema ha tratado de incidir la reciente reforma laboral de 2021, con consecuencias aún por consolidar.

Esa reforma, ¿ha sido positiva?

La reforma laboral ha tratado de combatir la precariedad reduciendo drásticamente los contratos temporales, pero manteniendo la flexibilidad de los indefinidos ordinarios, introduciendo el contrato fijo discontinuo. Ha aumentado mucho la conversión de temporales en indefinidos, pero también ha crecido la rotación laboral (mortalidad) de los indefinidos, de manera que, hasta ahora, los cambios reales en el mercado laboral son menores a los esperados. El éxito, al final, deberemos medirlo por su impacto en la productividad, nuestro talón de Aquiles, y la intensidad, duración y estabilidad en el empleo. El diálogo social es fundamental y ahora parece que no pasa por su mejor momento.

"Los salarios son más precarios al no crecer acorde a los precios"

Uno de los mayores problemas del mercado laboral es la temporalidad, ¿cómo se podría mejorar?

La reforma laboral ha sido un buen intento de abordar este tema, pero el mercado es muy tozudo y las empresas muy cuidadosas con sus inversiones, también en empleo. Cualquier reforma que no se vincule a productividad, a mejora de la capacidad de competir de las compañías, tendrá dificultades para alcanzar objetivos. Es necesario el consenso y la búsqueda de mejoras para todas las partes, la única forma de mejorar de verdad la estabilidad, y nunca imposiciones de unos frente a otros, que pueden provocar la retirada de inversiones o, al contrario, la huida de los trabajadores.

En sus proyecciones macroeconómicas de la economía española, el Banco de España anticipa que el paro volverá a bajar hasta el 12% en 2025. ¿Comparte este optimismo?

Estamos ya en ese punto y, creo que, pese a las dificultades del entorno, sí que conseguiremos mantener esa tasa de paro, lo que tampoco debería dejarnos tranquilos puesto que el objetivo debería ser reducirla a la mitad en los próximos años.

¿Considera que las empresas tienen mucha presión fiscal?

Las cotizaciones a la Seguridad Social en España están, más o menos, alineadas con Europa, incluso ligeramente más bajas a nivel agregado, 12,1 % sobre el PIB en España frente al 13,1 % en Europa. Es verdad que las empresas españolas pagan un poco más, 1,7%, y los trabajadores un 2,6 % menos (cuotas patronal y obrera). No es un tema, creo, especialmente relevante en nuestro país comparado con otros de nuestro entorno, especialmente desde el punto de vista del empleado.

¿Considera que los sindicatos centran más su defensa en el trabajador fijo que en el temporal?

Yo creo que los sindicatos tienen una labor fundamental en el mercado de trabajo como apoyo a los trabajadores y contrapunto de presiones injustificadas de las empresas, y como tales, apoyan a todos los trabajadores, con especial atención a sus propios afiliados. En la medida en que, contractualmente, cada día son más los trabajadores fijos, podría pensarse que ese es el colectivo prioritario para los sindicatos, pero es que ese incremento de trabajadores fijos es consecuencia también del trabajo de los sindicatos, entre otras organizaciones, para proteger a los trabajadores temporales. Creo, por tanto, que la función sindical trata de apoyar tanto a unos como a otros, con énfasis en cada momento en el colectivo que más lo necesite.

El autónomo, ¿sigue siendo el gran olvidado?

Creo que no, al menos desde la reciente modificación legislativa del año pasado que corrigió la rigidez de las cuotas, sustituyéndolas por la cotización por tramos de facturación, en línea con los países de nuestro entorno. Hay un factor más a considerar en este punto, y es que las cuotas de autónomo en España cubren prácticamente todas las contingencias, como enfermedad, accidente, incapacidad o jubilación, lo que no ocurre en muchos otros países, que necesitan sistemas de protección privados adicionales.

"El éxito hay que medirlo por su impacto en la productividad, que es nuestro talón de Aquiles"

¿Habría que poner más énfasis por parte de las administraciones en luchar contra el falso autónomo?

El falso autónomo es un asalariado al que la empres exige darse de alta como autónomo para poder trabajar, pero cumpliendo con las características del trabajo por cuenta ajena. La empresa entrega las herramientas de trabajo, fija horario, da órdenes de obligado cumplimiento y fija el salario. Esta figura está penada por el Real Decreto Ley 28/2018 de 28 de diciembre con multas a la empresa, pago de cuotas a la Seguridad Social con carácter retroactivo y recargo del 150 % en las cuotas no satisfechas. Y existen procedimientos de denuncia anónima, inspección de trabajo, etc... La legislación, por tanto, creo que es suficiente. Lo que ocurre, probablemente, es que los medios de control con que cuenta la administración, no lo son. Este es un tema sobre el que deberían tomar más consciencia algunas empresas, como con el trabajo no declarado.

¿Hacia qué modelo de empleo vamos en el futuro?

Creo que si queremos ser de verdad una economía avanzada debemos tender a un empleo de alta cualificación para cubrir las necesidades de las empresas y de la sociedad, lo que no significa solo formación universitaria de alto nivel, también formación profesional adaptada a las exigencias de los diferentes sectores productivos. Necesitaremos mecánicos muy cualificados, cocineros, camareros, profesores, dietistas, directivos de empresa, expertos en IA, en ciberseguridad o sanitarios, personas capaces no solo de responder a las exigencias del mercado, sino de innovar, de trabajar en equipo, de anticipar tendencias. Además, lógicamente, de empleos básicos, manuales, menos cualificados que siempre serán necesarios para complementar los anteriores.

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¿Qué consejo les daría a los jóvenes universitarios temerosos del panorama laboral?

Mi recomendación, como reitero a mis alumnos tanto en la formación de grado como en los posgrados, es que sean inconformistas, que se formen muy bien en la universidad y en la Formación Profesional. El mercado está esperando a los que se preparan bien y están dispuestos a mantener la curiosidad, el interés por la formación continua para estar siempre en condiciones de atender las exigencias cambiantes del mercado y de cada puesto de trabajo. Que estén dispuestos a reconvertirse cuando sea necesario. La aspiración no es tanto ser feliz haciendo lo que yo quiero, como alcanzar la felicidad con lo que tengo que hacer en cada momento, también en el ámbito laboral, y estar preparado para ello.