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Techo de cristal, de jornada y salarial: las tres brechas de género que quedan por resolver

El coste de oportunidad de cerrar la brecha para la economía española asciende a 213.013 millones de euros, equivalente a un incremento del 15,8% del PIB de 2022

Una oficina sin presencia femenina.

Una oficina sin presencia femenina.

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La igualdad en el ámbito económico avanza, pero no suficientemente rápido. Hay brechas de género que se han prolongado en el tiempo, y aunque hayan mejorado en los últimos años, todavía son zanjas que afectan al grueso de la fuerza laboral femenina. A veces, invisibilizadas. Llegar a los primeros puestos directivos de una empresa es una carrera llena de obstáculos en algunos sectores, más aún para quienes osen tomar las riendas a partir de los 50 años. La trayectoria profesional también se vuelve espinosa si además deben dirigir parte de su atención a los cuidados de sus familiares, algo que no suele ocurrir en la vida laboral masculina. Y una última brecha, la salarial, asola a las mujeres desde el silencio. Ninguna de estas desigualdades son desconocidas, pero todavía se mantienen abiertas.

Mientras las mujeres en España representaron el 51,4% de la población en edad de trabajar en 2022, solo contribuyen a un 42,3% del PIB del país (un 0,4% más que el año anterior), según el informe ClosinGap 2024, elaborado por PwC. El coste de oportunidad de cerrar la brecha para la economía española asciende a 213.013 millones de euros, equivalente a un aumento del 15,8% del PIB de 2022 y a 2,9 millones de empleos femeninos a tiempo completo. Vale la pena echar un vistazo a las cifras de presencia femenina en el ámbito laboral. Por regla general, las empresas de menor tamaño en España (las más mayoritarias) ocupan a un menor porcentaje de mujeres. El empleo femenino se sitúa en el 32,6% en el caso de las pequeñas empresas, en el 37,4% en el de las micropymes y en el 36,9% en las compañías de tamaño mediano, según el informe "El rol de la mujer en la empresa española", elaborado por el Colegio de Registradores de España.

Brecha salarial, el mayor tabú

A diferencia de otros países, como Estados Unidos, donde existe transparencia salarial, saber cuánto cobran los compañeros de trabajo que te rodean todavía es una misión imposible en España. Es uno de los problemas que complican el cierre de una de las brechas de género más extendidas: la salarial. Tres de cada cuatro mujeres (72%) creen que sigue habiendo una diferencia salarial en puestos en los que desempeñan las mismas responsabilidades que sus compañeros, según el III Barómetro sobre liderazgo femenino, políticas de igualdad y conciliación de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE), y la mitad de ellas opinan que no se ha minimizado como consecuencia del fomento del teletrabajo o del modelo híbrido.

Con los datos en la mano, los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) aseguran que se necesitarán 25 años para acabar con la brecha salarial, siempre y cuando se continúe con el ritmo de avance entre 1999 y 2022. Las mujeres todavía siguen cobrando 5.000 euros menos que los hombres y necesitan aumentar su sueldo en un 24,8% para igualar el de sus compañeros de trabajo. Las mayores diferencias salariales se concentran en la Comunidad de Madrid con una diferencia del 31,5%, seguida de Asturias (31%) y Aragón (27,9%), especialmente en el sector primario (51,3%), seguido de las entidades financieras y aseguradoras (42%) y de servicios a las empresas (41,2%).

Para Gestha, estas diferencias se deben a "la precariedad y el techo de cristal" puesto que "más de 3,9 millones de mujeres no llegarían a cobrar en el conjunto del año el importe del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), es decir, el 42,5% del total de las ocupadas". Al mismo tiempo, destacan que la ocupación de la mujer disminuye conforme aumenta el nivel de retribuciones de los puestos de trabajo: poco más de una cuarta parte de los puestos de más de 105.000 euros están ocupados por mujeres.

Jornadas laborales a medias

Una de las mayores dificultades que deben sortear las mujeres durante su trayectoria laboral es la de compaginar la jornada laboral con los cuidados. Los principales motivos por los que no se cierra la brecha de género son "la maternidad, las tareas de cuidados y la diferencia en la remuneración de los trabajos que permiten conciliar frente a los 'trabajos codiciosos' [los que penalizan en mayor medida cualquier interrupción]", según el trabajo "¿Por qué persisten las brechas de género en el trabajo? La respuesta de la última nobel de economía", elaborado por Laura Hospido y Manuel Rojo.

Como consecuencia del tiempo destinado al cuidado de niños y de sus mayores, un 20% de las mujeres en España han optado por contratos a tiempo parcial frente al 3,6% de los hombres. Un 95% de las personas que trabajan a jornada parcial por cuidados con mujeres, según el informe "Trabajo a tiempo parcial: precariedad laboral y brechas de género", elaborado el ISEAK. "Las mujeres que trabajan a jornada parcial por cuidados tienen entre 30 y 50 años y presentan, en muchos casos, sobreformación para su puesto de trabajo", señalan. Al mismo tiempo, predominan los contratos indefinidos y trabajan principalmente en el sector privado y en empresas pequeñas.

Y no es cuestión de voluntariedad. Más de la mitad de las mujeres que trabajan a jornada parcial por cuidados contratarían a una persona profesional que se hiciera cargo si el Estado se la financiara. De ellas, un 69% volvería a trabajar a jornada completa. El documento también pone de manifiesto que un 45% de las mujeres empleadas a jornada parcial debido a los cuidados declaran hacerse ellas cargo en lugar de sus maridos porque ellas ganaban menos. "Estos resultados indicaría que lograr una mayor igualdad salarial entre mujeres y hombres podría ayudar a cerrar la brecha en la parcialidad por cuidados", explican las investigadoras Lucía Gorjón y Sara de la Rica.

Techo de hormigón

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Si la presencia femenina en algunos sectores ya se complica, su llegada a lo más alto no es menos. El 75% de las empresas españolas no cuentan con mujeres en órganos de administración, según el Colegio de Registradores de España. Su presencia se concentra en las actividades del sector terciario, como la educación (28,2%) o la sanidad (27,2%). Solo en el Ibex 35 se reduce la brecha. La presencia de mujeres en los consejos de administración del selectivo español asciende a 39,82%, lo que supone un aumento de 2,35 puntos porcentuales en el último año, según el XII Informe de Mujeres en los Consejos del Ibex 35 y VII Radiografía del Mercado Continuo, elaborado por Atrevia e IESE. Tan solo se quedan a una consejera para llegar al 40% recomendado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En la cúpula directiva, solo cuatro mujeres presiden una empresa (Inditex, Santander, Cellnex y Bankinter) y la presencia femenina se incrementa hasta el 21,83% en la alta dirección. Fuera de las cotizadas, hay casos positivos, como Heineken España, donde la presencia femenina ya supera el 44% en su comité de dirección, o Vueling, donde esta cifra ya alcanza el 40%.

Con todo, la discriminación impera cuando hablamos de mujeres que además de llegar a la primera línea de la empresa, lo hace con 50 años cumplidos. Un 76% de las encuestadas por FEDEPE aseguran que el actual entorno económico es especialmente más injusto en el caso de mujeres "senior", aquellas que superan los 45 años. Por ejemplo, la presidenta de Santander, Ana Botín, tiene 63 años, mientras que su homóloga en Inditex, Marta Ortega, tiene 38 años.