PERFIL

Lola Solana, una presidenta del Instituto Español de Analistas con alma de Isabel La Católica

Entre 2017 y 2019, fue premiada durante tres años consecutivos a mejor gestora de renta variable en España por Citywire

Lola Solana, presidenta del Instituto Español de Analistas.

Lola Solana, presidenta del Instituto Español de Analistas. / 'activos'

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Su casa está plagada de mujeres históricas. Virginia Woolf, Juana la Loca y Agustina de Aragón son algunas de las protagonistas de las biografías de mujeres que se acumulan en una sección de su biblioteca personal desde que era joven. Todas ellas son mujeres admirables, pero para Lola Solana (Madrid, 1964) una sobresale sin lugar a dudas: Isabel La Católica. "Fue la primera mujer que dirigió un private equity al financiar un proyecto como el de Cristóbal Colón", explica con fascinación en los ojos. No ha sorteado los obstáculos a los que se enfrentó la reina, pero esta madrileña de padre catalán y madre andaluza fue escalando "con esfuerzo y sacrificio" hasta llegar a ser quien es ahora: la primera mujer que preside el Instituto Español de Analistas.

En su casa había una distinción muy marcada. "Mi madre siempre me decía: ‘María Dolores, si tú no quieres estudiar no importa’", rememora, pero su hermano debía tener claros sus planes a futuro. Pese a todo, decidió licenciarse en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y seguir con Judicaturas porque la justicia la tiene "muy enraizada". Antes de opositar, una amistad le comentó que una entidad buscaba chicas jóvenes de prácticas para vender sus productos. La empresa era la gestora Barclays Bank y ellas debían vender fondos de inversión. Corría el año 88 y Solana acababa de descubrir su pasión. "Me quedé alucinada. Mi familia procedía de militares y jamás nadie había invertido en bolsa", asegura.

De vendedora a gestora

A sus 23 años, le encantaba vender fondos a extranjeros recién atraídos por España, un país relativamente nuevo en la entonces Comunidad Económica Europea. Pero ella quería algo más. Quería gestionarlos, no venderlos. Un día, abrió el periódico y encontró un anuncio que buscada un gestor de inversiones. Varias sesiones de grupo y test psicotécnicos después, Solana acudió a realizar la entrevista final. Era para el Banco Santander. Y consiguió el puesto, pero hasta que no aprendiese contabilidad e inglés, no iba a poder gestionar fondos. Así que aceptó el reto: completó los cursos propuestos por su nueva empresa de técnicas de valoración bursátil y estudió el idioma de William Shakespeare primero en el Reino Unido y después en EEUU. "Tardé seis años en poder acceder a fondos", recuerda hoy. El resto ya es historia. 

Solana consiguió gestionar todo tipo de fondos de inversión, fue la responsable de crear uno de small caps -acciones cuya capitalización se sitúa entre 250 millones y 2.000 millones- europeos en 2001 y otro español en 2004, y la artífice en 2018 de los fondos de sostenibilidad de renta variable. Entre 2017 y 2019, fue premiada durante tres años consecutivos a mejor gestora de renta variable en España por Citywire. Actualmente es responsable de fondos de small caps en Santander Assets Management.

Finanzas femeninas

Lola Solana todavía ve pocas mujeres en las clases financieras. "Me parecen muy pocas cuando es un trabajo donde podemos aportar mucho", principalmente en cuestiones de psicología y estrategia para saber qué ocurrirá con un negocio, subraya la primera presidenta del Instituto Español de Analistas. Faltan referentes en la profesión, pero la situación está cambiando. "Cuando empecé era la única gestora del departamento, ahora hay muchas más", afirma. Pero no está convencida sobre las cuotas de género. Para ella, lo ideal es que sean temporales "para dar el empujón que se necesita". "Tenemos que ser igualitarios en el trato a todas las personas", reflexiona.


En junio de 2022 ganó las primeras elecciones del instituto y fue nombrada primera presidenta de los 59 años de la institución. Nada más llegar al cargo, colocó una brújula como logo, "porque si no tienes un norte, no llegas a nada en la vida", y se puso manos a la obra, pues el instituto "es una institución con mucho prestigio, pero un poco arcaica". Desde entonces, han duplicado el número de patronos, están cambiando los ejecutivos jubilados, han abiertos dos delegaciones nuevas y cada vez se acercan más a mujeres y a jóvenes "porque para que esta asociación dure, hay que empezar a atraerlos". 

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Cualquier decisión y objetivo, cumplido y futuro, de Solana queda escrito en un diario que la acompaña desde bien pequeña. No deja nada al azar. Sin embargo, los obstáculos no se escogen. "Compaginar tres hijos pequeños con un trabajo muy demandante donde imperaba la cultura del presentismo era difícil", apunta. Ahora, dice, hay mucha más flexibilidad. "Las jóvenes de hoy tienen que estar contentas porque hay unas políticas de conciliación que ojalá las hubiéramos pillado nosotras", señala y rememora con pena a las mujeres que empezaron con ella en el mundo del análisis y dejaron la profesión por su familia.

¿Mereció la pena? Sonríe al contestar: "Sí porque ahora mi hija es gestora, otro es analista y el último está en un departamento de inversiones". Es decir, "que es posible hacer carrera, casarse, tener hijos y ser una Christine Lagarde". Y para los años que le quedan de vida, Solana solo espera una cosa: mirar sus manos y ver que están llenas de objetivos cumplidos.