ENTREVISTA

Jordi Azorín (Hidraqua): "La falta de agua no es un problema solo de los agricultores, sino de todos"

El CEO de Hidraqua pide cambiar la forma en la que nos abastecemos al haber «un problema de recursos» que afecta, por ejemplo, a la producción alimentaria

Jordi Azorín, CEO de Hidraqua.

Jordi Azorín, CEO de Hidraqua. / M.A.MONTESINOS

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El agua es un recurso cada vez más escaso por la sequía. ¿A qué riesgo se enfrenta la economía si no se logra asegurar una cantidad adecuada y la crisis climática sigue empeorando?

El agua siempre ha producido guerras, pero no todo el mundo es consciente de que para producir alimentos necesitamos agua y para producir agua, necesitamos energía. La crisis climática es evidente que nos afecta, sobre todo a la Comunitat Valenciana. Lo notamos con la sequía, ya que cuando llueve lo hace muy concentrado y ese agua acaba en el mar. Por eso, hay que cambiar nuestra tipología de abastecimiento, porque hay un problema de falta de recursos. Afortunadamente, en la Comunitat Valenciana el consumo de boca está garantizado, pero este equivale a un 14 % del total. El agua la necesitamos para los alimentos. Y, ahí, el problema es mucho mayor y, de momento, no tiene solución.

¿Se debe dar por eso más impulso a mecanismos como la reutilización o la desalación?

En la Comunitat Valenciana hemos sido pioneros en la reutilización. Se habla de desalación, trasvase, pero hay un estadio cero que es la reutilización. En la autonomía se está reutilizando actualmente el 60% del agua. La media de España está en torno al diez. En Europa no llegan al cuatro. Entonces, lo primero es la reutilización del agua, donde estamos en una cifra buenísima, pero todavía hay un 40 %. Hay que hacer infraestructuras para poder reutilizar ese agua. Por ejemplo, en la ciudad de València no se está utilizando. Creo que estamos tan acostumbrados a tener agua, que no somos conscientes de lo que sería quedarnos sin ella.

¿Cree que falta voluntad para querer invertir más en este campo?

Voluntad hay. Todo el mundo es consciente de que el agua para esta comunidad es un bien básico para todo el mundo. Pero hay que comprender que el problema del agua es un problema global y hasta ahora yo creo que cada uno ha mirado lo suyo. Yo, que presido la Comisión del Agua de la Confederación Empresarial Valenciana, estoy intentando que vayamos a una, porque no es un problema de Alicante o de Valencia, o de los agricultores, sino un problema global, de todos. Vamos a tener un documento de la necesidad de infraestructuras que tenemos, ordenado por prioridades. Porque si, por ejemplo, no hay agua para regar la huerta alicantina, tendremos un problema todos.

El agua ha salido a la palestra en los últimos meses, especialmente por Doñana. Sin precipitaciones suficientes, ¿habrá que elegir entre agricultura y naturaleza en algún momento?

Ya estamos llegando a ese punto. Pero no hay que ser dramáticos. Tengamos sentido común y enterremos viejos mitos de los campos de golf o de que la agricultura no es sostenible. Creo que hay que concienciar a la gente. En la provincia de Alicante hay muchos campos de golf, pero también es un ejemplo. Va gente de todo el mundo a ver cómo gestionamos el agua y se tiran las manos a la cabeza de los ratios de rendimientos que tenemos, de nuestra reutilización e infraestructuras verdes. O las ciudades turísticas. Benidorm es la ciudad de Europa que menos agua pierde. Esos mitos deben ser enterrados.

Y yendo a las empresas, ¿están cambiando suficiente sus hábitos a la hora de gestionar recursos?

Las industrias lógicamente se han puesto las pilas, todas. Hay un tema económico de si cojo el agua y la reutilizo, tengo un ahorro. Y luego hay un tema medioambiental. Hace 15 ó 20 años teníamos que perseguir y sancionar para que la gente se fuera adaptando y eso, afortunadamente, se ha corregido. Cualquier empresa seria sabe ahora que dentro de su ADN tiene que tener la sostenibilidad.

¿Cree que el Perte del ciclo del agua permitirá llegar también a esos actores más pequeños a una situación adecuada?

En Comunitat Valenciana trabajamos con más de 2.000 empresas. Somos una empresa muy grande pero con vocación muy local, y, por eso, cuando hemos ido a preparar un Perte, hemos ido de la mano de empresas pequeñas. Y hemos conseguido que las pymes pierdan ese miedo y podamos ir juntos, porque creo que hoy en día nadie duda de que las alianzas son un activo y hay que saber utilizarlo. Por eso creo que el Perte, a las pequeñas empresas, les tiene que llegar.

Por otro lado, está el vínculo del agua con la energía. ¿Cómo de creciente es esa relación para elementos como la sostenibilidad y las energías renovables?

La gente no es consciente de que para producir agua o la sacas del mar y la desalas o las sacas de 400 metros bajo tierra, etc. Y no solo eso, sino que luego hay que volver a devolver la al medio y hay que depurar. El agua requiere de gran consumo de energía y tu puedes ser muy sostenible con el agua, pero si para producir la energía estás quemando carbón, es un problema. Nosotros el 100 % de la energía que compramos es verde. Ahora, con la crisis energética, se nos ha ofrecido la posibilidad de comprar un paquete de energía más barato si renunciamos al verde. Pero no entramos en ese juego. O cuidamos el planeta o pasará lo que está pasando. Para mí no hay binomio agua-energía. No hay que distinguir.

Pero al final están usando energía más cara, lo que supone costes más altos. ¿Se va a traducir también en subidas en la tarifa del agua por ese mayor gasto para mantener la sostenibilidad?

Afortunadamente, hemos hecho los deberes para minimizar este impacto, reduciendo mucho las pérdidas o cambiando ya bombas por otras más sostenibles. Evidentemente, cuando la energía se te multiplica por tres, tiene algún impacto en la tarifa. Igual que afecta el tener que renovar las redes porque se están haciendo antiguas o que a nuestros trabajadores se les actualicen los salarios para que puedan vivir bien. Pero esto no debería de ser un debate. Las empresas de agua estamos hipercontroladas. No puedo hacer lo que han hecho las eléctricas de multiplicar por tres el precio. Y no hemos recibido nunca quejas por subida de precios. Entonces, si fuera por nosotros no hablaría de subir el agua, sino de mejorar las infraestructuras que es necesario.

Cambiando de tercio, su firma está muy vinculada a la innovación, digitalización y al ecosistema de las start-ups. ¿Cree que el entorno valenciano se encuentra hoy en una posición referente?

Hoy se habla de que hay que digitalizar, de la nube, el big data, la inteligencia artificial...

Pero hay que buscar un fin. En nuestro caso, para optimizar más los procesos. En la digitalización, lo que falta es que tengamos claro cuál es la necesidad. Con el digitalizarnos por digitalizarnos hay que llevar cuidado. Están empezando a crecer muchas empresas, que es una maravilla, en un polo innovador como la Marina de València, donde nosotros estamos. Pero hay que tener un poquito de cuidado por si en algún momento hacemos una burbuja no en la Comunitat sino a nivel global. Yendo más a la propia Hidraqua, ¿cómo cerró su negocio un 2022 marcado por las complicaciones económicas?

Hay épocas que toca ganar dinero y otras en las que toca perder dinero. Llevamos unos años malos. La crisis del coronavirus nos decían que a nosotros no nos afectaba porque la gente estaba encerrada en sus casas y gastaban mucha agua. Pero hubo hoteles que cerraron, zonas que eran segunda residencia que no vino nadie y muchas empresas que pusieron el cerrojo. Al final eso es caída absoluta de ingresos. No han sido años buenos para nosotros, al igual que tampoco para la economía mundial.

¿Y es optimista para el futuro?

Afortunadamente, la crisis del coronavirus no fue la de la construcción, que costó mucho de levantarse. Más o menos la economía se va manteniendo y la actividad se está recuperando. El año 2022 para muchos no había coronavirus, pero el primer trimestre fue duro y nos lastró el año y por lo tanto las perspectivas que tenemos para este 2023 y 2024 son esperanzadoras. Salir de la zona oscura e ir recuperándonos.

¿Qué planes de futuro tienen?

Creo que tenemos un futuro muy bueno por delante porque nos metimos en esta aventura del medio ambiente por creer en nosotros mismos y en el producto que trabajamos. Tenemos soluciones porque estamos en todos los territorios y aplicamos las mismas políticas para una gran ciudad que para un pequeño municipio. Entonces, se abre ahora un momento muy bueno de crecimiento, en el que vamos a poder ayudar a muchos ayuntamientos y empresas en esta transformación.

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Y la última, en clave más política. En el nuevo Consell está incluido un partido que reniega de la Agenda 2030. ¿Teme que se den pasos atrás en esta materia en la autonomía?

No tengo la sensación de que en políticas de agua vayamos a ir hacia atrás. El Gobierno tiene claras las necesidades que hay en materia de agua. Es un problema que se viene trabajando durante mucho tiempo y que va más allá de colores políticos. Hay una necesidad de agua y lo que queremos es que haya recursos. Que hay escasez hídrica es innegable. El origen, que cada uno diga dónde está, pero la realidad es esta y, por lo tanto, yo creo que no va a haber un retroceso.