OPINIÓN

La inteligencia artificial puede ayudar a reducir el paro

En definitiva, las nuevas tecnologías destruirán puestos de trabajo, pero se crearán muchos más. Habrá que adaptarnos y aprovechar las nuevas oportunidades

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Un operario en una fábrica de automóviles.

Un operario en una fábrica de automóviles.

En 1779, un aprendiz de tejedor llamado Ned Luddlam rompió a martillazos el telar de su maestro en Inglaterra. Eran los años de la Primera Revolución Industrial y empezaban a aparecer ya las máquinas de vapor que permitían mecanizar las fábricas. Este hecho fue el inicio de una lucha obrera que destruía máquinas, ya que existía la convicción de que la mecanización generaría paro y miseria. Hoy, doscientos cincuenta años más tarde, según el Eurobarómetro, el 72% de los europeos cree que los robots y la inteligencia artificial crearán mucho paro. Está claro que las nuevas tecnologías permiten hacer con máquinas lo que antes hacían personas. En la agricultura, por ejemplo, en 1800 el 60% de la población activa trabajaba en el campo. Actualmente, la ocupación agraria ha descendido al 3% del total, pero gracias a la mecanización se ha multiplicado la producción. Lo mismo ha ocurrido en la industria. General Motors, por ejemplo, en 1955 hacía 2 millones de coches al año con 600.000 trabajadores. Hoy en día, la empresa produce 11,3 millones de coches al año con 155.000 trabajadores. Por tanto, con un tercio de los trabajadores ha multiplicado por cinco el número de coches producidos. Sin duda, la industrialización ha permitido aumentar exponencialmente la productividad. Con menos personas se produce mucho más y, por tanto, muchas personas pierden su trabajo.

Lo que ya no es cierto es que las revoluciones industriales lleven a un aumento del paro. Ahora ya vamos por la Cuarta Revolución Industrial y la realidad es que el paro se ha reducido. Por ejemplo, en Estados Unidos, en 1900 el paro era del 5,3%, y ahora, después de todas las innovaciones disruptivas que han provocado diversas revoluciones industriales, el paro es del 3,8%. Si tomamos una profesión concreta, la de los contables y los auditores, hace ya años que se dice que la mayoría de los puestos de trabajo en este ámbito desaparecerán porque serán sustituidos por robots y por la inteligencia artificial. En Estados Unidos, por ejemplo, el número de personas trabajando en estos ámbitos ha pasado de 1,17 millones en 2013 a 1,4 millones de personas hoy en día. Es decir, el empleo en este ámbito ha crecido en más de un 20% en diez años.

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Y, por suerte, las personas son todavía hoy insustituibles en muchas funciones. En algunas universidades se han realizado pruebas que indican que en determinados tipos de exámenes, la inteligencia artificial saca mejores notas que los estudiantes. Y otros experimentos también han mostrado que la inteligencia artificial puede generar mejores ideas y con mayor rapidez que las personas. Por tanto, la inteligencia artificial supera a las personas en determinados ámbitos. Pero la buena noticia nos la dan los resultados de otros experimentos, como los que ha realizado recientemente el Mack Institute for Innovation Management de la Universidad de Pennsylvania que demuestran que una persona trabajando conjuntamente con la inteligencia artificial gana la inteligencia artificial sola. Por tanto, si las personas trabajamos con inteligencia artificial podemos ser mucho más productivos. Muestra de ello es que los países que más apuestan por las nuevas tecnologías y por la capacitación de los trabajadores son los que tienen niveles de paro más bajos.

Como conclusión podemos decir que la visión generalizada de que los robots y la inteligencia artificial destruirán puestos de trabajo puede ser errónea, como lo era la visión de quienes destruían máquinas hace doscientos cincuenta años. Hay muchos motivos para pensar que el tejido empresarial va a crear muchos más puestos de trabajo. El reto es conseguir que el sistema educativo y las personas se adapten a las nuevas necesidades y así conseguimos seguir reduciendo el paro y mejorar el bienestar de los trabajadores. En definitiva, las nuevas tecnologías destruirán puestos de trabajo, pero se crearán muchos más. Habrá que adaptarnos y aprovechar las nuevas oportunidades. Y al mismo tiempo los gobiernos, las organizaciones sociales, las empresas y las personas debemos poner los recursos y los medios para que nadie quede atrás. Hay que comprender, ayudar y acompañar a todas aquellas personas que tendrán que transitar hacia nuevas ocupaciones.