SEQUÍA

El sector turístico se blinda ante la sequía con soluciones para reducir el consumo de agua

Un turista consume entre 163,5 y 194 litros de agua al día en su habitación frente a los 127 litros gastados por un residente de la ciudad

Un turista italiano se refresca con agua de la fuente de Canaletas, en Barcelona.

Un turista italiano se refresca con agua de la fuente de Canaletas, en Barcelona. / DANNY CAMINAL

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En las habitaciones de los hoteles Yurbban, en Barcelona, los huéspedes encontrarán un reto sobre la cama: un reloj de arena que anima a ducharse en cuatro minutos, la duración recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Consciente del gasto de agua que conlleva su actividad, el sector del turismo ha implementado soluciones en su operativa que ayuden a reducir el consumo de sus clientes sin que afecte a su estancia. Aunque algunos grupos hoteleros comenzaron a implantar medidas en este sentido hace años, las firmas han consolidado su compromiso para trabajar por un turismo más sostenible adaptado a los períodos de sequía. Grifos automáticos o piscinas con sistema de recirculación de agua se mezclan con ideas originales que instan a los turistas a evitar un despilfarro.

No hay cifras del agua que consume a diario un turista a nivel nacional, pero sí se puede extraer una imagen general a partir de los datos recopilados en Barcelona. De media, un cliente de hotel consume 163,5 litros de agua el día en su habitación frente a los 127 litros de agua de un residente de la ciudad, siempre sin contar con el gasto realizado por limpieza, riego y piscinas, según el último informe del Gremi d’Hotels de Barcelona. Si añadimos estas particularidades, el consumo asciende a 194 litros por persona y día, según el informe elaborado por el Ayuntamiento a partir de datos recogidos en el Àrea Metropolitana de Barcelona. En los últimos siete años, el consumo de agua de un cliente de hotel en la Ciudad Condal se ha reducido en un 40% gracias a la mayor concienciación y a las medidas implementadas por las empresas.

La diferencia entre un turista y un local reside en que “la gente cuando sale de vacaciones tiende a olvidar las buenas costumbres”, señala Miguel Ángel Sotillos, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR). Pero este año no hay margen ni para los habitantes de las ciudades, ni para los turistas. El 38% del país se encuentra en alerta o en emergencia por la escasez de agua, como Cataluña, que ha impuesto restricciones debido a la falta de precipitaciones en 24 municipios. En otros puntos masificados de la costa española, como Benidorm, se utiliza agua salada en las duchas de las playas para no malgastar la potable. También en Málaga, donde la sequía se ha intensificado, se ha cortado el agua en las duchas de las playas desde inicios de agosto y se ha cerrado el parque acuático de la ciudad. Sin embargo, la escasez de lluvias se ha extendido al resto de la península: “De unos años a ahora, la cornisa del norte está pidiendo información a personas donde la sequía afectaba más hasta ahora sobre ahorro de agua”, apunta Sotillos.

Control exhaustivo del agua

En un momento en el que España ha alcanzado récords prepandemia, el turismo no se puede permitir críticas negativas hacia su gestión. Algunas medidas han sido implantadas por la mayor parte del sector. Dos de ellas, las más seguidas tanto por grupos hoteleros como Hesperia como por alojamientos turísticos, son la instalación de cisternas de doble descarga y de grifos aireadores para reducir a la mitad el caudal de agua. Otra de las medidas que más se ha incorporado en los establecimientos turísticos es la sustitución de bañeras por duchas.

Una de las soluciones más promovidas por los grandes nombres hoteleros es la reutilización del agua. Desde Melià Hotels Internacional también abogan por “recuperación de aguas grises para inodoros y limpieza de exteriores” y por “la recuperación de agua procedente de la lluvia para riego de jardines”. De la misma manera, los hoteles de Barceló ha invertido durante el 2022 en instalar “reductores de caudal y presión, así como sensores de presencia en los grifos” y han adquirido sistemas de reutilización de agua que contribuyen también en gran medida al ahorro de recursos hídricos. Y los alojamientos turísticos han apostado por cambiar sus electrodomésticos a unos que consigan el mayor ahorro posible.

La tecnología también es un buen aliado para controlar el consumo diario. Meliá ha puesto en marcha un gemelo digital de la infraestructura de agua de dos hoteles, uno en Tenerife y otro en Palma de Mallorca, para calcular su huella hídrica de la forma más automática y con el mayor detalle posible. Una vez finalice el proyecto en 2025, extenderán la herramienta al resto de hoteles. “Gracias al seguimiento continuo de nuestros consumos, así como el control operacional que desarrollamos en nuestras instalaciones, podemos reducir los consumos hídricos”, desarrollan desde el grupo hotelero. También Barceló cuenta con una herramienta tecnológica “que centraliza todos los contadores y permite el seguimiento continuo y el análisis de todos los consumos”, explican desde la compañía.

Concienciación

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Además de las mejoras de sus instalaciones, los establecimientos turísticos han tirado de ingenio para sensibilizar a sus clientes. Yurbban no es el único que apuesta por desafiar a sus huéspedes. Quienes acudan a una habitación de Barceló, encontrarán un código QR en la ducha para acceder a una ‘playlist’ de canciones con una duración de cuatro minutos, de manera que el cliente no supere la recomendación de la OMS y evite consumir más agua de la necesaria.

Pero al final, el turismo utiliza la concienciación de sus clientes. El Gremi d’Hotels de Barcelona ha facilitado material gráfico a todos los hoteles de la ciudad para que animen a sus clientes a cuidar su consumo de agua, aunque los carteles informativos cada vez se extienden por más regiones. En el caso de los alojamientos turísticos, zonas donde la sequía era más intensa, como Andalucía o la Comunidad Valenciana “llevan años invitando a los clientes a ahorrar agua” y ahora aparecen en viviendas de toda España. “Haga falta o no, intentamos ser lo más verde posible”, afirma Sotillos.