FINANCIACIÓN AUTONÓMICA

El coste de condonar la deuda de Cataluña, Valencia y Andalucía equivale a todo lo que recibe España de los fondos europeos

Las tres autonomías suman más de 143.000 millones de endeudamiento con el fondo de rescate autonómico

Los ciudadanos más endeudados per cápita son catalanes, valencianos, murcianos, cántabros y castellano-manchegos

La oferta del Gobierno a los nacionalistas con la financiación abre la puja entre comunidades

Imagen de archivo de un pleno del Senado.

Imagen de archivo de un pleno del Senado. / DAVID CASTRO

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Condonar la deuda de Cataluña, Valencia y Andalucía acumulada en el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) equivale a todo el dinero de los fondos europeos que recibirá España hasta 2026, es decir, unos 143.000 millones de euros. Al cierre de 2022, según el Ministerio de Hacienda, de los 185.779 millones de euros que las autonomías deben al Estado, el 77% (tres de cada cuatro euros) lo concentran estas tres autonomías. La más endeuda es Cataluña (71.306 millones) y le siguen la Comunidad Valenciana (45.932 millones) y Andalucía (26.136 millones). Madrid es la única región que no mantiene ninguna deuda con el Estado central, dejando aparte a las forales (País Vasco y Navarra) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Las variaciones en este ránking vienen cuando las cifras de endeudamiento autonómico se convierten en lo que debe cada ciudadano de las regiones. La deuda per capita más elevada corresponde a Cataluña, con 9.184 euros por ciudadano, seguido de valencianos (9.080 euros), murcianos ( 6.447 euros) y cántabros (5.303 euros). La deuda media pér capita es de 3.920 euros, y por encima de esta cifra, además de los citados (y excluyendo a los regímenes forales y las ciudades autónomas), están solo los castellano manchegos, con 5.149 euros.

El complicado paisaje tras las recientes elecciones generales del 23J y la necesidad del Gobierno de intentar alcanzar acuerdos, entre otros, con los partidos catalanes para tener opciones de repetir legislatura ha puesto sobre la mesa distintas reclamaciones relacionadas con el dinero y la financiación. Una de ellas es la de condonar la deuda de Cataluña, cuestión que pone radicalmente en contra a las autonomías controladas ahora por el PP, aunque alguna de ellas, como la valenciana, también muy endeudada, ha abierto la puerta a que se negociaran quitas.

En 2012 (el año en que se pide el rescate para las cajas de ahorros) la delicada situación del Estado y las dificultades para encontrar financiación en los mercados internacionales llevó al Gobierno entonces presidido por Mariano Rajoy a crear el denominado Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). El FLA es, en la práctica, un fondo de rescate para otorgar financiación directa a las autonomías fuera del circuito habitual del reparto de la recaudación en el marco del sistema de financiación autonómica. A él se acogieron desde el primer momento las regiones con más problemas para financiar sus servicios públicos, las cuales a su vez contaban con el mayor volumen de deuda pública sobre PIB. En 2012, la deuda autonómica sobre PIB más alta la tenían la Comunidad Valenciana (31,6%), Castilla-La Mancha (27,6%) y Cataluña (27,1%), según datos del Banco de España.

Este mecanismo extraordinario, junto con el fondo de pago a proveedores que se puso en marcha para que los ayuntamientos pagaran todas sus facturas aplazadas, salvaron las cuentas de las regiones, con unas condiciones muy favorables (financiación inicial al 0% a devolver en 10 años con 2 años de carencia) que siguieron vigentes a lo largo de los siguientes años con ligeras modificaciones conforme la situación económica iba mejorando. Sin embargo, se iba incubando el riesgo a medio plazo de que las regiones más endeudadas y además con más recurso al FLA no pudieran devolver el grueso del dinero.

Comunidades menos endeudadas

Mientras tanto, las regiones menos endeudadas y que tenían posibilidad de seguir financiándose en los mercados prefirieron no acogerse al FLA. Destaca el caso de Madrid, donde la beligerancia contra el entonces ministro de Hacienda, el popular Cristóbal Montoro, fue muy sonada, ya que acogerse al FLA también implicaba cumplir con ciertas directrices impuestas por Hacienda, entre las cuales se situaba la recuperación de impuestos como el de Patrimonio o Sucesiones y Donaciones, algo a lo que no estaba dispuesta Madrid.

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A pesar de la mejora de las condiciones económicas de España, el Estado no sólo mantuvo, sino que incrementó, la transferencia de fondos paralelamente al sistema de financiación autonómica con la creación del Fondo de Financiación de las Comunidades Autónomas, fusionando todas las herramientas que se habían utilizado desde 2012. La deuda de los territorios más endeudados, lejos de reducirse, ha seguido aumentando de manera muy considerable. Según el Banco de España, al cierre de 2022, la Comunidad Valenciana (44,4% del PIB), Castilla-La Mancha y Cataluña (33,4%) siguen siendo las regiones más endeudadas y, por tanto, con más dificultades para hacer frente a los vencimientos que en los próximos años se producirán tanto del FLA como del resto de facilidades otorgadas desde la creación del Fondo de Financiación de las Comunidades Autónomas en 2015.

A menos de un año de que Europa obligue a recuperar las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la “bomba de relojería” que supone esta deuda de las autonomías con el Estado (que no computa en las cifras globales de deuda que España reporta a Bruselas ya que el dato que se envía es el consolidado de todas las Administraciones Públicas) no sólo es un instrumento de negociación política, sino también la antesala de la reforma del sistema de financiación autonómica, el cual está caducado desde 2014 y que desde su última reforma en 2009 genera déficits permanentes