Proyecto formativo

Vueling sale a la caza de talento tecnológico

Cerca de 250 profesionales se han formado ya con el programa de estudios Vueling University para cubrir los perfiles tecnológicos que necesita la aerolínea. Reciben un salario desde que empiezan a estudiar y los que aprueban se incorporan a la plantilla

Alumnos de la Vueling University

Alumnos de la Vueling University / 'activos'

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Había trabajado en la cocina de los hermanos Roca, de Nacho Manzano y Manuel de la Osa, entre otras muchas. Natural de Aranda del Duero, Daniel Madrigal, de 32 años, aterrizó en Barcelona en 2014. Conoció a su pareja y, un verano, después de disfrutar de las fiestas de su pueblo, decidió que no quería volver a la hostelería. Un amigo de Lleida le dijo que si se sacaba una formación profesional (FP) podía trabajar fácilmente en el parque tecnológico donde él estaba, y empezó a estudiar Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma. "Me he movido con el nivel de exigencia que requieren las estrellas Michelin, lo que me hacía pensar que apretando un poco más podría cambiar de profesión, así es que me dije: ‘Inténtalo’", explica Madrigal. Cuando acabó, hizo un curso de la Fundación Esplai sobre .net donde una consultora fue a buscar candidatos para "una formación de Vueling". Y se embarcó en ese nuevo proyecto que dura hasta hoy.

Madrigal fue alumno de la primera promoción de Vueling University, creada en 2018 "para encontrar y formar talento tecnológico". Una necesidad que surge, según argumenta Javier Álvarez, director de IT en Vueling, desde el nacimiento de la aerolínea. "El ADN de Vueling es 100% digital, prácticamente todas las interacciones que hace un cliente son digitales y, además, el nivel de tolerancia al fallo es muy bajo. Tenemos que asegurarnos de que todo funciona muy bien". "Desde el departamento tecnológico -continúa- apoyamos prácticamente todos los procesos, tanto los que son de cara al consumidor como los que son de optimización y eficiencia interna. Nuestro objetivo es dar soporte a todas las áreas de Vueling, tanto para mejorar en el día a día como para que se transformen con vistas al futuro que nos llega".

La plantilla de la compañía en este departamento asciende a 350 personas en Viladecans, a las que hay que añadir 150 más en Zaragoza. "Y constantemente buscamos personas especializadas en diferentes tecnologías", indica Álvarez. A esto se le suma que, a su entender, "en Barcelona hay mucho talento pero también mucha competencia". "Por eso pensamos en montar un programa al que llamamos Vueling University -detalla- para encontrar y formar perfiles de tecnologías concretas en función de las necesidades que tiene la compañía".

Apoyo económico

La formación de University dura dos meses, durante los cuales los estudiantes reciben un sueldo y aprenden todo lo necesario de la tecnología sobre la cual se imparte el curso, de la forma de trabajar que tiene la aerolínea y de las particularidades de la industria de la que forma parte la compañía. Hacen un examen a mitad de curso y otro al final. De media, el 65% de los alumnos que aprueban se incorporan a la plantilla de Vueling. Fue el caso de Madrigal, que actualmente forma parte del equipo OTD Delivery, "los geos tecnológicos" de la aerolínea, y de Marina Serrano, de 28 años, que llevaba tres años trabajando en la recepción de las oficinas que Vueling tenía en El Prat cuando empezó a interesarse por la QA (quality assurance), o lo que es lo mismo, el profesional responsable de asegurar la calidad del software y de prevenir fallos en él. Se sacó el certificado de fundamentos básicos y la animaron a realizar la University de Calidad. Ahora forma parte del equipo de QA de Vueling y está "muy contenta con el giro que ha dado" a su vida laboral.

Los requisitos que uno debe cumplir para entrar en la formación de University son, básicamente, "ganas, aptitud y un mínimo conocimiento de la tecnología sobre la que se imparte la formación". Los meses que dura el curso son, según Madrigal, "muy intensos". "Fueron dos meses de no vida. Alquilaron mi vida social y mi cerebro -recuerda al echar la vista atrás-, pero también fue una experiencia muy bonita, todos los que entramos hicimos mucha piña". 

El presupuesto anual de Vueling University es de 800.000 euros. El director del programa detalla que los alumnos tienen una escala tarifaria -que la dirección de la compañía no ha querido concretar- mientras estudian. "Y cuando acaban y se incorporan al equipo, se les revisa cada seis meses como un plan de carrera", prosigue. "Nuestra idea no es hacer negocio con la University. Buscamos atraer a profesionales con talento que se puedan unir al equipo. Es como si invirtiéramos en talento", añade.

Alumnos, profesor y director de la Vueling University

/ Manu Mitru

Empezaron con una formación anual, pero actualmente se realizan seis al año, de dos meses cada una, aunque se están planteando ampliar este tiempo de enseñanza. Ya han pasado por sus aulas unas 250 personas. De esa primera promoción de 15 estudiantes en la que participó Madrigal, aprobaron nueve personas que se incorporaron a la plantilla. A los responsables de la aerolínea les sorprendió "el alto nivel que habían adquirido: el salto era espectacular y no solo en formación, sino también en actitud, ganas y en sentirse parte del equipo".

Según explica el director de IT Vueling, el mercado tecnológico está muy vivo y la rotación de trabajadores se sitúa entre el 18% y el 20%. "En cierto modo, las University nos ayudan a cubrir las vacantes que nos deja esta elevada rotación y a atender a nuevos perfiles profesionales que necesitamos". Adrià Pascual, que ha ejercido de profesor de Vueling University y forma parte del equipo de IT de la compañía, considera que lo que hace diferente a esta formación "es que, así como los diversos perfiles que hay en el mercado están viciados por sus experiencias laborales, aquí, se ofrece formación basada en lo que se van a encontrar en el trabajo a diario". "Les enseñamos lo que seguro que van a tocar cuando entren en la plantilla de Vueling, trabajamos adaptados a la realidad que van a ver", agrega. 

En esta línea, la experiencia de Madrigal es que "no es tanto la materia que se da, sino que se enseña a adaptar la mente a la tecnología que se va a utilizar o al sector al que se va a entrar": "Muchas veces eso no te lo enseñan ni en carreras universitarias ni en FPs ni en ningún lado".

Nueva sede en Viladecans

La nueva sede corporativa de Vueling se ubica desde finales de octubre de 2022 en el Business Park de Viladecans (Barcelona), que es propiedad de Meridia Capital Partners y fue diseñada por el equipo de Ruiz-Larrea Arquitectura. La aerolínea ha alquilado un edificio de más de 12.000 metros cuadrados, divididos en tres plantas, para unificar los espacios de formación de las tripulaciones, los centros de digitalización e innovación Vueling Tech, las oficinas y el centro de operaciones. 


La antigua sede de Vueling estaba en el polígono Mas Blau, en El Prat de Llobregat (Barcelona), pero allí los trabajadores de estos departamentos se situaban en edificios distintos, aunque estuvieran en el mismo complejo. La sede de Viladecans los concentra a todos en el mismo edificio y eso permite "aumentar la eficiencia y la competitividad". La primera planta está prácticamente ocupada por la división de tecnología, en la que trabajan 350 personas.


Los responsables de la empresa indican que las nuevas oficinas están pensadas también para el teletrabajo. Y una anécdota: los espacios han sido bautizados con nombres de grandes y sagas de la ficción audiovisual, como son Juego de tronos, Star Wars y El señor de los anillos.


Vueling, creada en 2004, forma parte de International Airlines Group (IAG) -que también es dueño de Iberia, Level o British Airways-, y opera en 30 países y 104 destinos. La flota de aviones es de 124. En 2022, realizó más de 196.000 vuelos que sirvieron para trasladar a más de 29 millones de pasajeros. La plantilla total de la aerolínea se sitúa en los 4.200 trabajadores.

En cada formación, las aulas son de entre 15 y 20 estudiantes, un aforo que consideran adecuado para poder acompañarlos en el proceso. "Más alumnos sería demasiado y menos igual no nos vale la pena el esfuerzo, aunque el número final depende un poco de la tecnología sobre la que hacemos el curso". Otro aspecto diferencial es que se incentiva mucho que se haga piña entre todos los alumnos de la promoción. Madrigal y Pascual insisten: "Esto no son Los juegos del hambre. No buscamos que compitan entre ellos. Lo que nos interesa es que todos lleguen, que todos entren con un nivel top, es beneficioso para todos. Buscamos que entre ellos llegue a haber esa conexión y ese compañerismo. No queremos un programador estrella. Queremos que todo el equipo sea estrella. No hay premio para el primero. Cuantos más entren, mejor".

Para encontrar a los candidatos de las University contactan con algunos de los partners con los que habitualmente trabajan y les piden que les hagan una selección de personas que consideren que pueden formar parte de la formación. También tienen colaboraciones con diferentes centros como por ejemplo Barcelona Activa, que recomienda a personas que ya ha hecho algún curso con ellos.

La importancia de innovar

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"En Vueling nos gusta ser una compañía innovadora, que muestre a los clientes que vamos a ser pioneros en el uso de tecnologías disruptivas", defiende Álvarez. Por ejemplo, según recuerda, Vueling fue la primera aerolínea en dejar tener la tarjeta de embarque en el smartwatch y la primera en dejar pagar con wallets cuando todavía nadie lo hacía. En estos momentos, "junto con AENA", están trabajando en poner "puertas con biometría, que te leerán la cara, no tendrás que presentar la documentación". "Nuestro gran objetivo es que el pasajero pueda llegar al aeropuerto con las manos en los bolsillos y sentarse en el avión sin sacarlas. Pasar todos los procesos solo con la cara". Una tecnología que está en proceso en el aeropuerto de Barcelona-El Prat y que esperan empezar a probar en octubre, "a la espera de que AENA instale toda la infraestructura".

Respecto a las mejoras que esperan poder incorporar en las University, Álvarez destaca el ratio de género. "Nos cuesta mucho encontrar perfiles de mujeres. Hay un problema educacional de base. A las mujeres, en general, y no sabemos por qué, no les tira el sector STEM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas en sus siglas en inglés]. Y aunque cada vez se incorporan más, los ratios siguen siendo muy bajos". "Nuestro objetivo -indica- era el 25%, que ya no es muy ambicioso comparado con otros departamentos, y estamos entre el 17% y el 18% de presencia de mujeres. Nos gustaría vehicular la University para que nos ayude y poder tener más Marinas en el equipo".

La nueva sede corporativa de Vueling se ubica desde finales de octubre de 2022 en el Business Park de Viladecans (Barcelona) / Manu Mitru