CHOQUE DIPLOMÁTICO

España exprime al máximo el envío de gas a Marruecos en plena crisis con Argelia

El Gobierno de Sánchez reabrió hace justo un año el gasoducto de Tarifa pero en sentido contrario al habitual para mandar gas a Rabat y las exportaciones no han dejado de crecer.

El tubo con Marruecos tiene una capacidad de exportación de 960 gigavatios hora al mes, y ya van cuatro meses con envíos por encima del 85% del potencial y en mayo se superó el 90%.

El gasoducto Magreb-Europa.

El gasoducto Magreb-Europa.

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España reabrió hace ahora un año el gasoducto Magreb-Europa, cerrado de manera unilateral por Argelia unos meses antes. La reactivación del tubo a través del Estrecho de Gibraltar, el 28 de junio de 2022, fue histórica porque desde entonces ya no se está utilizando para que llegue gas natural a España como siempre había sucedido, sino que se ha revertido el sentido del flujo de suministro para mandar gas de España a Marruecos.

Los envíos de gas a Marruecos se han intensificado de manera progresiva durante este año, y en los últimos meses se ha venido utilizando más del 85% de la capacidad máxima de inyección hacia el norte de África. Todo ello en pleno choque diplomático entre España y Argelia -tradicional principal proveedor de gas hacia el mercado español- a cuenta del giro del Gobierno de Pedro Sánchez en la postura tradicional española sobre el Sáhara Occidental, pasando a respaldar el plan autonomista de Marruecos y que Argel rechaza de plano.

En los primeros compases de la reapertura del gasoducto, las cantidades transportadas al país africano eran muy reducidas, pero en los últimos meses las exportaciones se han venido disparando con fuerza. Frente a los volúmenes casi testimoniales de junio del año pasado (60 gigavatios hora, GWh), julio (172 GWh) y septiembre (123 GWh), los envíos ya empezaron a intensificarse en octubre (328 GWh), noviembre (553 GWh), diciembre (527 GWh) en enero (536 GWh) y febrero (680 GWh), según los registros de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores) y de Enagás, el gestor del sistema eléctrico español y operador de la red de grandes gasoductos.

Pero ha sido en los últimos cuatro meses cuando los volúmenes de gas exportado a Marruecos se han disparado, con niveles muy por encima de los datos iniciales en marzo (820 GWh), en abril (834 GWh), en mayo (868 GWh) y en junio (840 GWh). La capacidad máxima de exportación del gasoducto desde Tarifa es de 960 GWh cada mes, por lo que en los últimos meses se ha utilizado más del 85% de ese potencial máximo y en mayo incluso se superó el 90%.

A lo largo de este último año, las reexportaciones de gas desde España hacia Marruecos superan de manera acumulada los 6.460 GWh, convirtiendo al reino alauí en el cuarto mayor destino de los envíos de gas desde las instalaciones españolas, sólo por detrás de Francia, Italia y Portugal.

Favor de España a Marruecos

En sentido estricto, España no está vendiendo gas a Marruecos. El papel de España se limita a recibir en sus plantas de regasificación los barcos con el gas que compra Rabat a cualquier país proveedor y lo envía a través del gasoducto de Tarifa (Cádiz) hasta el país alauí. Madrid ha estado así echando un capote a Marruecos en plena crisis energética mientras ambos países intensifican y tratan de reconducir sus relaciones bilaterales. El guiño a Marruecos, sin embargo, ha servido para tensar aún más el choque diplomático entre España y Argelia tras el cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental, respaldando las tesis marroquíes sobre la antigua colonia española.

El Gobierno argelino mantiene bloqueadas las relaciones comerciales con España, con el consiguiente golpe para las empresas que tenían el mercado argelino como destino exportador, y sólo ha dejado fuera del boicot sus ventas de gas.

Sin embargo, Argel también ha llegado a amenazar con romper contratos de suministro de gas firmados con empresas españolas si detecta que parte del gas acaba siendo revendido a Marruecos, con el que ha roto relaciones diplomáticas también a cuenta del Sáhara. El Ejecutivo español niega por completo que el gas argelino pueda ser redireccionado a Marruecos y ha activado un plan especial para evitar tal posibilidad.

El avispero diplomático del Magreb

La Unión Europea no ha ejecutado de momento ninguna de las dos cláusulas del acuerdo comercial que permitirían presionar a Argelia para que revirtiera el bloqueo unilateral a las empresas españolas. España también prima la solución dialogada antes que la legal, confirman a este diario fuentes de la diplomacia española. No hay interés en una batalla judicial con uno de los principales proveedores de gas de la UE, especialmente en un contexto geopolítico que fuerza a la diversificación de las fuentes tras la invasión rusa de Ucrania.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha subrayado en numerosas ocasiones que, a pesar del conflicto diplomático y comercial, Argel sigue cumpliendo con sus compromisos de suministro con las empresas españolas. El bombeo de gas elude el choque diplomático.

Argelia ha sido durante más de medio siglo el principal proveedor de gas de España, pero desde el año pasado fue sustituida por Estados Unidos como mayor vendedor. Algo más de la mitad del gas que viene por tubo desde Argelia a través del único gasoducto ahora operativo, el Medgaz, son compras realizadas por Naturgy. La compañía española está renegociando ahora con el gigante estatal argelino Sonatrach el precio de venta del gas para este año y para el siguiente, después de pactar el pasado octubre una subida de las tarifas con carácter retroactivo para todo 2022.

El pasado 15 de junio, Repsol firmó en Argel un contrato con la empresa pública argelina Sonatrach para compartir la producción de hidrocarburos en el área del norte del país de Menzel Lejmat. La empresa española, la indonesia Pertamina y la propia Sonatrach invertirán 800 millones de dólares (727 millones de euros) en la explotación.

Reto para el post-23J

El próximo Gobierno español que salga del 23J tiene como uno de sus principales retos de política exterior encontrar el equilibrio entre Marruecos y Argelia, dos potencias regionales enfrentadas por la influencia en el continente africano y por el asunto del Sáhara Occidental. Un choque que incluye ataques armados del Frente Polisario desde los campos de refugiados en Argelia. Hay una suerte de guerra de baja intensidad desde la ruptura del alto el fuego en 2020.

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Todas las capitales implicadas están a la espera del resultado de las elecciones del próximo 23 de julio para realizar su siguiente movimiento. Argelia ha telegrafiado que no va a hablar con el Gobierno actual. Marruecos espera para avanzar en la hoja de ruta al próximo Ejecutivo. El Partido Popular propugna en su programa “recuperar una política exterior que haga compatible una relación de vecindad profunda y sólida con Marruecos y con Argelia”.

En el debate electoral de este lunes, Alberto Núñez Feijóo no concretó si desharía, en caso de llegar al Gobierno, la decisión de Pedro Sánchez de apoyar el plan autonomista de Marruecos para el Sáhara. Lo que sí dijo el candidato popular es que volvería a la situación previa en política exterior hacia la región previa a la llegada de Sánchez al Ejecutivo, lo que podría interpretarse como una reversión del giro del socialista. El PSOE no menciona siquiera a Argelia en todo su programa, aunque sí propone ahondar en la nueva relación con Marruecos.