EMPRESAS

Cristian Lay quiere poner en órbita Extremadura y facturar 3.000 millones en 2024

La empresa nació vendiendo joyas por catálogo y ahora está presente en sectores como el acero, el 'packaging', la cosmética, la industria química y la energía, la empresa familiar extremeña se propone como objetivo facturar 3.000 millones. En 2022 vendió por valor de 2.200

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Uno de cada tres de los nuevos megavatios instalados está en Extremadura

De izquierda a derecha, Ricardo Leal, fundador de CL Grupo Industrial, con sus hijos Miguel Ángel, Jesús y Víctor, consejeros delegados de la empres

De izquierda a derecha, Ricardo Leal, fundador de CL Grupo Industrial, con sus hijos Miguel Ángel, Jesús y Víctor, consejeros delegados de la empres / 'activos'

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Juan José Ventura

Todo lo que pasa por sus manos se convierte en rentable con una facilidad pasmosa. Sin recetas concretas para el éxito, CL Grupo Industrial es una empresa familiar con sede en Jerez de los Caballeros (Badajoz), un municipio de 9.000 habitantes, reminiscencias templarias y casas encaladas. Desde este punto de la periferia nacional, su fundador, Ricardo Leal, culminó 2022 con una facturación agregada de 2.300 millones de euros, 30 países en su cartera de exportaciones y una plantilla de 3.000 trabajadores. Con un perfil discreto en su exposición a los medios de comunicación, dirige desde hace cuatro décadas una compañía en sectores tan diversos como el acero, el packaging, la cosmética, la industria química y las energías renovables. En la aventura le acompañan tres de sus hijos como CEO del grupo.

En el corazón de la dehesa extremeña se fraguó en 1981 una compañía que desde 2014 compra al menos una empresa al año y las pone en órbita con resultados sorprendentes. Cristian Lay, primera firma del grupo y primera industria europea del sector de la joyería, empezó ese año, como todo proyecto de éxito, con una buena idea. Leal, entonces joyero incipiente, tenía que enfrentarse a la puerta fría con su tradicional muestrario. Llevarlo encima era engorroso y arriesgado. Por eso decidió hacerles fotos profesionales a sus productos y reproducirlas en un vistoso catálogo. La idea funcionó. En 1986 comenzó a fabricar joyas y bisutería. En el 1991 diversificó el negocio entrando en el mundo de los viajes con Lay Tours. Tres años después incorporó Perseida, del sector de la belleza, al grupo. Punto de inflexión fue la adquisición de Gas Extremadura y Ondupack en 1996, en el sector de la energía y el cartón, a la que siguió la de Alter Enersum (2009) y Alterna (2011), del ámbito de las renovables. La expansión de la compañía siguió en 2014 con la química IQOXE y Plastiverd, especializada en PET y reciclaje.

Remontada del Grupo Gallardo

Sin embargo, es en el sector del acero donde realizó una de sus grandes gestas. CL adquirió en 2020 Grupo Balboa, propiedad del también jerezano Alfonso Gallardo, en situación económica crítica, y meses después ya daba beneficios. Ese mismo año compró Marceliano Martín, Lasaomallas y Getafe (Acero para construir futuro). A partir de ahí la progresión ha sido geométrica hasta alcanzar las 27 empresas que en la actualidad conforman CL Grupo Industrial. La última en sumarse a la gran familia ha sido Solar Steel, en 2023.

En estos más de 40 años de camino no todo han sido alegrías. La historia reciente del grupo está marcada por un accidente ocurrido el 14 de enero de 2020: ese día explotó un reactor de la planta química IQOXE de Tarragona, lo que causó la muerte de dos trabajadores y de un vecino que fue alcanzado por uno de los fragmentos que salieron despedidos. Actualmente, la compañía está a la espera de resolución judicial, aunque desde el grupo se afronta la situación con tranquilidad, pues el reactor U-3100 contaba con tecnología de última generación y la factoría había superado una auditoría poco tiempo antes de lo ocurrido. Hace poco, IQOXE recibió una comunicación por parte del Departament d’Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya, a través del cual se anunció la suspensión del proceso sancionador de 2,1 millones de euros. Es la segunda vez que eso sucede.

Para comprender mejor las dimensiones de CL Grupo Industrial hay que adentrarse en su estructura actual, formada por cinco grandes divisiones: Acero, Química, Energías (renovables y convencionales), Packaging (que abarca PET, cartón y papel) y Beauty (antigua división de Consumo). Al frente de estas parcelas se encuentran tres de los cuatro hijos de Leal como consejeros ejecutivos: Miguel Ángel (también es el presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Extremadura), Víctor y Jesús. Todos se formaron en Administración y Dirección de Empresas, y serán los artífices de un relevo controlado cuando las circunstancias así lo requieran.

Impacto de la energía

CL Grupo Industrial logró en 2022 un beneficio de 69,2 millones, el 35% menos que el año anterior (106 millones), a pesar de ser el de mayor número de ventas de su historia. Víctor Leal, CEO de las divisiones Química y Energías, explica que en esa cifra influyeron los sobrecostes de más de 180 millones de euros en la división de Energía, principalmente achacables al precio del gas. Además, la guerra en Ucrania que comenzó el año pasado, tuvo su impacto en los transportes, en medio de un panorama en el que China ha inundado los mercados con sus productos. Aún así, el ebitda consolidado de CL se mantiene positivo en 96,5 millones.  

Efectivamente, 2022 fue un año histórico para CL, con unas ventas agregadas por valor de 2.300 millones, cifra récord de su trayectoria. "Crecimos mucho gracias a la actividad de GES, la empresa de construcción y servicios para renovables, que duplicó su facturación. La activación de Galvacolor, la última que quedaba por poner en marcha de Grupo Gallardo, también influyó, así como la adquisición de Papeleras del Arlanzón en Burgos, integrada con éxito y que ya ha empezado a sumar para el grupo", explica Víctor Leal.

En cuanto a ventas, la división que más ingresos aporta a la compañía sigue siendo la de Acero, con 1.250 millones. Le sigue la empresa constructora y de servicios para renovables GES, con 357 millones de euros, y Plastiverd, con 263 millones de euros. El grupo inició hace dos años un plan estratégico para acelerar su crecimiento, dotado con 1.000 millones, de los que 400 se destinan a proyectos fotovoltaicos. Ya se han invertido la mitad en ellos. Para el capítulo de mejoras y eficiencia hay destinados 100 millones, de los que 80 ya se han implementado en los últimos dos años. En 2023 se han invertido ya 20 millones, que se reparten así: diez en la división de Acero, cinco en la Química y cinco en el resto de divisiones.

CL Grupo Industrial se ha caracterizado siempre por pensar a lo grande, con el éxito como brújula. De hecho, uno de sus objetivos a medio plazo es alcanzar los 3.000 millones de facturación agregada en 2024, aunque parece que las previsiones no van a cumplirse. Eso sí, no abandona su apuesta por el crecimiento y la diversificación, por lo que los propietarios están estudiando nuevas adquisiciones empresariales, sin ningún nombre concreto aún encima de la mesa. Por eso todavía puede darse la remontada, si pensamos que en 2020 las previsiones apuntaban a facturar 750 millones y la cifra se pulverizó tras la adquisición de Grupo Gallardo.

Diversificar respetando las raíces 

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Pese a la incertidumbre que reina actualmente en los mercados, los proyectos fotovoltaicos de CL van avanzando con numerosos parques en Extremadura y el resto del sur de España con una dimensión de entre 50 y 100 megavatios. Sin embargo, aunque había inicialmente prevista una inversión de 300 millones en el hidrógeno verde, esta está ralentizada. "Ahora mismo no es rentable. Pensamos que con el tiempo la tecnología irá mejorando y haciendo más competitivo su precio. Otra posibilidad es que, como sucede ya en Estados Unidos, se financie el coste de producción del hidrógeno verde por parte de las instituciones públicas", indica Víctor Leal.

Muchos son los que se preguntan cuál es el secreto de CL Grupo Industrial. Probablemente sea su afán por diversificar sin perder sus raíces extremeñas (lo que les supone un sobrecoste) y una forma de trabajar condicionada por el modelo de empresa familiar. "Desde el minuto uno en que entramos en una empresa tenemos todo medido, con una gran transparencia en las finanzas. Formamos al que creemos que es el mejor equipo y todos los meses visitamos las 27 empresas del grupo, poniendo los problemas sobre la mesa. CL Grupo Industrial es fruto de la mejora continua. Nuestra visión a largo plazo es lo que nos diferencia. No pensamos en los dividendos, sino en reinvertir en nuestros negocios para hacerlos más potentes. El que seamos una familia nos proporciona mucha agilidad en la toma de decisiones", concluye.