LA CARRERA ELECTORAL

Fondos europeos y auditoría de gasto del Estado, las dos primeras acciones económicas del PP si llega al Gobierno

El PP acelera para cerrar en los próximos días su programa electoral, coordinado internamente en el área económica por Juan Bravo con la participación directa de Reformismo 21, el 'think tank' casi privado de Feijóo.

De izquierda a derecha, Luis Garicano, Montserrat Iglesias, Alberto Núñez Feijóo, Pablo Vázquez, Fátima Báñez y Juan Bravo, en un acto de Reformismo 21.

De izquierda a derecha, Luis Garicano, Montserrat Iglesias, Alberto Núñez Feijóo, Pablo Vázquez, Fátima Báñez y Juan Bravo, en un acto de Reformismo 21. / José Luis Roca

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El área económica del Partido Popular (PP) trabaja a todo gas para cerrar aproximadamente el día 29 de junio el programa electoral, que debería ser presentado en los primeros días del mes de julio. Y en este programa electoral, uno de los puntos fuertes es el área económica, que coordina el vicesecretario económico, Juan Bravo, una de las personas de confianza del líder popular, Alberto Núñez Feijóo. De hecho, el área económica del partido es, con diferencia, la más poblada del organigrama de la sede de la calle Génova. Bajo la coordinación de Bravo están las áreas de Hacienda (Miguel Corgos), Economía (Luis Alberto Marín), Agricultura (Jorge Martínez Antolín), Industria y Turismo (José Vicente Marí), Empleo (Javier Thibault) y Medio Ambiente (Paloma Martín). "Bravo genera equipos por áreas de trabajo que elaboran informes y propuestas", explican desde la sede de Génova. La excepción en este organigrama es la importantísima área de Fondos Europeos, encabezada por Isabel Benjumea pero bajo la supervisión directa de Esteban González Pons, el hombre fuerte del partido en Europa e íntimo amigo de Feijóo. Pero no sólo de la calle Génova se alimenta Feijóo para su programa electoral. La segunda vía, casi al mismo nivel en importancia, es la Fundación Reformismo 21, considerado el think tank privado del líder popular: "Bravo también ejerce ahí labores de coordinación, pero es cierto que Reformismo alimenta directamente de ideas y argumentos a Feijóo. Le reporta a él". Es más, fuentes cercanas a la fundación explican que la labor de Reformismo 21 "está más encaminada a una labor de Gobierno que a un programa electoral".

En el diseño del programa, el PP se encuentra ahora mismo definiendo cuáles son las prioridades económicas en caso de que tenga opciones de formas Gobierno tras las elecciones del 23 de julio. "Lo primero que se está haciendo es cotejar para que no haya contradicciones y exista una línea coherente entre las cosas que se han anunciado en los últimos meses, lo que se ha dicho en el Congreso y en el Senado...", explican en medios del PP. "El programa quiere ser extenso, pero marcando las 4 ó 5 cosas más importantes", añaden.

Líneas de acción

Y ¿cuáles son estos puntos?

El orden de un hipotético Gobierno del PP está muy claro en Génova: primero, fondos europeos, después, auditoría de gasto. A partir de ahí entran en juego reformas como la de la fiscalidad autonómica, los organismos reguladores (desde Competencia al Tribunal de Cuentas) y las políticas para impulsar el crecimiento.

El primer punto estratégico es "dar una vuelta de 180 grados a todo lo que tiene que ver con los fondos europeos". En el PP se manejan datos internos en los que se demuestra que España es uno de los países que menos dinero ha gastado respecto a las ayudas concedidas: "sólo se han gastado realmente unos 8.000 millones, el 10%, frente al 41% de Alemania o el 34% de Austria". De hecho, en este ránking oficioso España ocuparía el décimo lugar, tras Alemania, Austria, Dinamarca, Italia... y por delante de Eslovenia, Grecia o Malta.  En el partido consideran que la aceleración y la aplicación de los fondos europeos es imprescindible tras casi dos años de despliegue con grandes complicaciones administrativas, un marco regulatorio poco claro y lo que perciben como un desánimo generalizado de la clase empresarial sobre la efectividad de los fondos.

Posteriormente, el segundo punto estratégico será poner en marcha una auditoría de gasto. Una auditoría en un sentido amplio, ya que no sólo servirá para detectar cuánto dinero se emplea de forma poco eficiente en la Administración, sino también para saber de qué forma una distribución más eficiente sirve para ahorrar y hacer frente a una de las claves de la próxima legislatura: la exigencia por parte de Europa de ajustes para intentar reconducir la economía a niveles más sostenibles de deuda (que ahora está cerca del 115%) y de déficit.

Tras estos dos puntos prioritarios, las actuaciones urgentes del PP en materia económica se centrarían en dos áreas: los organismos reguladores y las políticas para impulsar el crecimiento.

Tribunal de Cuentas y Competencia

Respecto a los organismos reguladores, la intención es reformarlos para mejorar su funcionamiento, y no sólo proceder a un cambio de nombres. Y ahí se pretende actuar desde la Comisión de Competencia al Tribunal de Cuentas. Especialmente este último siempre muy criticado por el desfase entre los hechos que investiga y sus dictámenes.

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En referencia a las políticas para impulsar el crecimiento, el propio Feijóo ya comentó la semana pasada, precisamente en un acto de la Fundación Reformismo 21 en la que aprovechó para exhibir equipo económico, que su objetivo para la próxima legislatura (si gana) es que España sea una de las tres economías que más crezca de la Unión Europea (UE): "Es hora de iniciar un ciclo de avances que deje un país mejor", comentó. Y destacó que hay países cuya riqueza estaba muy por debajo de la española, como Hungría, Croacia y Polonia, que nos van a superar esta década. Concretamente señaló que el español, de media, "tiene prácticamente la misma renta que hace 15 años y la de nuestros vecinos de la eurozona y la UE ha aumentado un 8% y un 14%, respectivamente".

Feijóo aglutina en estas políticas para impulsar el crecimiento la reducción de burocracia y trámites, pero también los retoques (que no derogación) de la reforma laboral (se reunirá con agentes sociales para fijar objetivos de diálogo social), y por supuesto las rebajas de impuestos para las rentas medias y bajas.