INMOBILIARIO

El 85% de las viviendas en venta en A Coruña quedan fuera del alcance del sueldo del trabajador medio

La Xunta cifra en 143.600 euros la hipoteca máxima para un asalariado promedio, lo que limita la oferta a pisos sin ascensor

La dificultad de pagar una casa solo con el salario crea “guetos”, según la socióloga Raquel Martínez

Escaparate de una inmobiliaria en A Coruña, con ofertas de venta y alquiler.

Escaparate de una inmobiliaria en A Coruña, con ofertas de venta y alquiler. / VÍCTOR ECHAVE

4
Se lee en minutos

Para que un trabajador tuviese acceso a una vivienda con su salario, pagando una hipoteca a 20 años, esta no debería costar más de 143.600 euros, de acuerdo con los cálculos de Instituto Galego de Estatística (IGE). Pero la cifra que este organismo autónomo de la Xunta asigna como “precio adquirible” no se corresponde con la realidad coruñesa: este miércoles había 313 pisos en el portal idealista bajo ella, frente a 1.733 (más del 85%). El coste máximo que calcula el IGE, explican las inmobiliarias coruñesas, solo permite conseguir pisos sin ascensor o fuera de la ciudad, mientras que la socióloga Raquel Martínez Buján señala que la dificultad de conseguir vivienda con el salario genera “guetos” en la ciudad y agrava la diferencia entre los que tienen dinero por herencias y los que no.

La presidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de La Coruña, Patricia Vérez, matiza que muchos de los precios en plataformas digitales son de particulares, no de profesionales que, “sin duda, publicarán el precio más ajustado de venta”, pero resalta que pese a que los salarios coruñeses son más elevados que en otras ciudades gallegas “lo cierto es que el precio de la vivienda no ha ido de la mano en los últimos años”.

Al aumento del precio de los pisos, indica Vérez, se suma el “encarecimiento de las condiciones financieras “, esto es, de las hipotecas, y la subida de tipos de interés, circunstancias que han estado “expulsando del mercado a muchos posibles compradores “. “Sería conveniente elevar la retribución de las franjas salariales más bajas para que pudiesen optar a la compra de una vivienda accesible”, defiende Vérez, que ve posible una “ralentización en el incremento de precios de venta”.

En la inmobiliaria coruñesa Será por Casas creen que los precios “están empezando a bajar pero muy despacio y en propiedades muy concretas”, es decir, pisos en mala situación. Pero por el momento, los costes de comprar piso siguen siendo “muy elevados”. Pagando los cerca de 144.000 euros recomendados por el IGE “es muy difícil encontrar una vivienda lista para entrar y que no necesite reforma: puede que tenga ascensor, pero de ser así estamos hablando de un piso muy pequeño, con un solo dormitorio, no orientado a familias”.

En parecidos términos se expresan en Urbeko Inmobiliaria, donde calculan que por esos precios “tendrías que irte solo a viviendas sin ascensor, para reforma o a las afueras”. En Cambre, Meicende, o incluso Carballo, “sí que encuentras viviendas de 140.000 euros sin ascensor, y si tienes suerte con garaje”, puntualizan desde la inmobiliaria. Pero en Será por Casas advierten que “los municipios cercanos a A Coruña están muy demandados por cercanía a la ciudad y la dificultad para comprar piso en esta”.

En Urbeko señalan que para los compradores de vivienda los gastos de adquisición rondan el 9% para los mayores de 36 años, así que para un piso como los que recomienda el IGE “ya tienes que meter unos 14.000 euros para gastos”. El cálculo del IGE es para una financiación al 80% y dos décadas de duración, pero desde la inmobiliaria también explican que actualmente “a 20 años prácticamente no te firma nadie: se está firmando a partir de los 25, a 30 o 35 años”.

Y, aun que la inmobiliaria explica que hay “mucha gente que compra a tocateja” pisos relativamente baratos, señala que “de cada diez, seis se venden para realquilar”, no para vivir. Otros compradores usan el dinero de vender un piso que ya tenía o de la familia: “hay muchísimo padre ayudando”.

Más diferencias sociales

Para Raquel Martínez, ex decana de Sociología en la Universidade da Coruña (UDC), el indicador del precio adquirible “demuestra algo de lo que se lleva hablando mucho tiempo” dentro de su rama entre los investigadores centrados en la vivienda y que coincide con lo que apuntan desde Urbeko: que “es muy complicado poder adquirir una vivienda sin una herencia previa o ayuda económica por parte de la familia”.

Aunque es posible conseguir una hipoteca y pagarla solo con un salario, “te metes a metes a productos hipotecarios más tóxicos durante muchos años y aunque san a bajo coste no deja de ser un presupuesto agobiante, estás más allá de la jubilación pagando”. El que “no puedas adquirir una vivienda en propiedad a precio asequible con los salarios”, opina Sánchez, rompe con el “discurso meritocrático” de que se puede conseguir el éxito económico “con tu talento, tus medios, estudiando”

Noticias relacionadas

También crea “guetos” en la ciudad, esto es, zonas en la que predomina una clase social. Por una parte están los barrios “con más población frágil, precaria, migrantes sin apoyo social o familiar” de los que han huido, hacia otras zonas “como Novo Mesoiro”, coruñeses que habían nacido en ellos pero no los veían “atractivos”. Y “el centro, el Ensanche”, los barrios más atractivos se están convirtiendo en guetos”, si bien de rentas altas. El resultado es el mismo: que estas nuevas zonas segregadas por clase “no permiten la diversidad”.

Otro de los efectos de la dificultad de acceder a la vivienda es la disminución de la natalidad. “Gran parte de la incompatibilidad de forma una familia, tener hijos o proyecto familiar está relacionado con las escasas posibilidades de independizarse y vivir de manera autónoma”, explica Martínez, unos problemas que relaciona con los salarios bajos y la “inseguridad laboral”. La socióloga recuerda que el “número habitual” de hijos deseados por las mujeres españolas es de dos, pero que la natalidad real es de 1,2.