EMPLEO

Semana laboral de cuatro días: el ejemplo coruñés que ya triunfa

La empresa Hack A Boss implantó las cuatro jornadas laborales a comienzos de 2022. Un año y medio después asegura que el camino ha sido muy duro, pero que merece la pena

Trabajadores de Hack a Boss, en sus oficinas de la calle Real en A Coruña. 

Trabajadores de Hack a Boss, en sus oficinas de la calle Real en A Coruña.  / IAGO LÓPEZ

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España fue el primer país europeo que implantó la jornada laboral de ocho horas. Se instauró el 1 de octubre de 1919 como consecuencia de una huelga en la central eléctrica La Canadiense que paralizó Barcelona durante mes y medio y en la que participaron más de 100.000 personas.

Un siglo después, se ha abierto el debate para instaurar la semana laboral de cuatro días, un modelo de reducción del trabajo que los gobiernos, como el de España, están subvencionando con proyectos pilotos para testear la posibilidad de ampliarlo a diferentes sectores. Un total de 41 compañías, cuatro de ellas gallegas, han solicitado las ayudas destinadas para que pequeñas y medianas empresas industriales realicen proyectos piloto para reducir la jornada laboral sin recortar los salarios de los trabajadores. Por razones de privacidad no han trascendido sus nombres.

Pero en A Coruña hay una empresa que ya ha recorrido ese camino al que se enfrentan ahora esas compañías. Lleva un año y medio con semanas laborales de cuatro días. Es Hack A Boss, con sede en la céntrica calle Real, y que se dedica, sobre todo, a impartir formación relacionada con el sector tecnológico.

Informalmente, llevamos más de dos años, que es cuando se empiezan a hacer pruebas. Comenzamos a implantar medidas para llegar a la flexibilidad completa, para trabajar por objetivos que no tanto por días, aunque sí, legalmente, empezamos en enero del año pasado”, relata el CEO y fundador de la firma, Pablo Rodríguez.

Camino duro

El camino ha sido muy duro, pero no volverían atrás. “No. No. No, absolutamente no”, reconoce rotundo. “Ha sido un proceso muy duro. Y dudamos el segundo trimestre. Dijimos, es que hay gente con ansiedad, hay gente que no es capaz, hay objetivos que no se han cubierto… y dudas. Pero tienes que abstraerte. Si eres serio y lo piensas bien, sabes que todas las cosas que han sufrido grandes cambios llevan mucho tiempo. Nunca se ha inventado nada en un mes. Es mentira. Es muy bonito decir, que nos ha ido bien. Pero no es verdad”, se sincera Pablo Rodríguez. “Hubo un momento en el que dijimos, ¿volvemos para atrás? Teníamos dudas. Eso fue el cuarto mes o así, y luego ya no. Después llego el tercer trimestre, el cuarto y ahora muy bien. Y de verdad, no volveríamos para atrás, ni de broma”, asegura.

Y este camino hasta llegar a la semana laboral de cuatro días lo han hecho sin ninguna guía. Sin ningún espejo en el que reflejarse ni ninguna referencia en la que basarse. “No seguimos a nadie, y, de hecho, si ahora lo pienso hacia atrás, no creo que hubiera tampoco, hace dos años, empresas que estuvieran intentando implementar la semana laboral de cuatro días”, explica.

¿Y cómo arranca esta idea en Hack A Boss? La firma coruñesa ya había instaurado políticas de flexibilidad y conciliación laboral desde 2019. Y también concluyó que los empleados llegaban a los viernes “agotados”. Así que empezaron, primero, a no trabajar los viernes por la tarde. Después, a trabajar dos y los otros dos realizaban actividades de equipo, formaciones… Hasta que llegaron a implantar que ningún viernes se trabajaba. Para Pablo Rodríguez hay cuatro claves para que este modelo de reducción de jornada funcione: procesos, personas y herramientas adecuadas y que los responsables crean en esta medida.

Procesos

Lo primero es tener unos procesos muy bien establecidos. Nosotros tenemos definidos procesos para todo. Siempre pongo el ejemplo de cómo dar de comer a un animalito. Tenemos un proceso que explica cómo dar de comer a los animalitos en Hack A Boss. Y para que tú no trabajes un viernes es necesario que esté perfectamente establecido, porque, a lo mejor, otro compañero no quiere trabajar el jueves y viene el viernes, y trae su perrete y no sabe dónde tiene la comida. Y te llamaría a ti un viernes que se supone que estás descansando”, reconoce.

La segunda clave son las personas. Porque, apunta, no todas las empresas ni todos los trabajadores valen para la semana laboral de cuatro días. “Las personas tienen que ser las adecuadas. Tienen que ser gente capaz de trabajar autónomamente, por objetivos, con responsabilidad de los proyectos… Es decir, no todo el mundo vale para ello. Igual que no todas las personas valen para el teletrabajo. Yo soy fan número uno, pero no todo el mundo vale para el teletrabajo. Hay gente que está peor en casa, gente que está mejor, depende de la tarea, depende de la empresa”, esgrime Pablo Rodríguez, que sostiene que la tercera clave es contar con las herramientas adecuadas. “Sí que vemos cuando nos vienen a preguntar que nosotros tenemos miles de herramientas para todo y las empresas no tantas”, certifica.

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Y la cuarta clave, quizá la más importante para Pablo Rodríguez, es que el CEO, la dirección, la directora general… “crean en ello”. “El tema de cultura de una empresa cae en cascada. Si yo no creo en ello, si la directora general no cree en ello… no va a funcionar jamás. Si lo pones como ‘a ver si vamos a beneficiar..., a ver si funciona…’. No. Tienes que creer que la gente necesita conciliar, tener flexibilidad y que necesita descansar”, proclama.

Año y medio después de implantar la jornada semanal de cuatro días, y a pesar de lo duro que ha sido el camino, asegura sin matices que ha valido la pena el esfuerzo. “En lo que hay que hacer mucho hincapié es que es muy, muy difícil, pero merece la pena. Que no se vea como algo molón ir a cuatro días, sino que es un trabajo muy duro que nos ha llevado muchas horas. Va a ser muy duro, pero merece la pena y con creces”, finaliza.