MERCADO LABORAL

La falta de relevo laboral se agrava en Galicia: uno de cada cuatro trabajadores ya supera los 55 años

Por cada 100 afiliados a la Seguridad Social cerca de la jubilación, en la comunidad solo entran al mercado laboral 17 menores de 25 años pese a la recuperación del empleo

Un pescador en un barco de bajura. La pesca es uno de los sectores con menos relevo generacional.

Un pescador en un barco de bajura. La pesca es uno de los sectores con menos relevo generacional.

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Aunque a menudo se pone el foco en las discrepancias con el salario o en el desajuste entre lo que necesitan las empresas y la formación que tienen los candidatos a un puesto, la creciente dificultad para cubrir las vacantes en Galicia y en el resto del país es un problema con muchas causas. Y no todas tienen fácil arreglo. En el primer trimestre del año quedaban casi 14.000 empleos en el aire, según el último balance del Instituto Galego de Estatística (IGE). Hay sectores que, como la hostelería, sufren un claro éxodo de trabajadores porque la altísima temporalidad de la contratación les impidió beneficiarse de las prestaciones públicas de los ERTE y arrastra el salario medio más bajo.

La sanidad paga la factura a años y años de recortes y malas condiciones. Otros, el caso del campo o la pesca, sufren los efectos colaterales de la despoblación rural y la alargada sombra de una vida dura y labores muy físicas. En otro grupo están los perfiles técnicos, particularmente aquellos relacionados con la tecnología o las energías renovables, dos áreas en continua transformación donde la competencia por el talento es internacional y se multiplican los proyectos por el acelerón de la digitalización y la transición energética. Todos comparten, además, un déficit de raíz, que ni el mejor sueldo del mundo puede arreglar. El mercado laboral está contagiado del invierno demográfico.

 Uno de cada cuatro afiliados a la Seguridad Social en Galicia al cierre del pasado año superaba los 55 años. Son 236.797 trabajadores, cerca de 10.000 más que el ejercicio anterior y 26.000 por encima de los que había antes de la pandemia. Como todas las crisis anteriores, el shock del COVID-19 se cebó con los empleados más jóvenes. Los cotizantes menores de 25 años se desplomaron un 14%, hasta poco más de 31.000, tras la declaración del primer estado de alarma. En estos momentos rondan los 40.000, una cifra que no se veía desde hace una década. El auge de nuevas actividades de mayor valor añadido y la apuesta por los indefinidos de la reforma laboral estimuló la contratación de jóvenes. Su presencia aumentó casi un 7% a lo largo de 2022.

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Aun así, la pirámide demográfica laboral sigue en declive. Por cada 100 personas afiliadas a la Seguridad Social y mutualidades en alta laboral menores de 40 años, residen en Galicia 229,9 millones que superan ese umbral. Y por cada 100 trabajadores cercanos a la jubilación, solo entran 16,6 en la ocupación, según los últimos datos publicados por el IGE. Vigo tiene la llamada tasa de sustitución más alta entre los grandes concellos (16,6), seguido de A Coruña (16,5) y Ferrol (15,5%). En Ourense y Lugo se mueve alrededor de 14; baja a 13,9 en Pontevedra; y a solo 11,2 en Santiago.

Quintela de Leirado es el municipio con la tasa de sustitución más alta: 34,2 en un total de 123 afiliados. Marín y Salceda de Caselas, con un tamaño de población ya más sustancial, alcanzan saldos de 30,2 y 30, respectivamente. Destacan también Tomiño (28,2), Laxe 27,7), Ribadumia (26,6), Bueu (26,3) y O Porriño (25,8). Las peores tasas están en Navia de Suarna (2,8), Ribeira de Piquín (3,8), Samos (4,1), Manzaneda (4,3) y Punxín (4,3).