Marae Kids, la moda zamorana que seduce a los príncipes de Gales

No es la primera vez que la marca zamorana Marae Kids salta a la prensa internacional a través de una imagen de la familia real británica, pero no por ello deja de ser curioso y sorprendente a partes iguales. Días atrás, los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, volvieron a confiar en el buen corte y la excelente calidad de estos abrigos: su hija mediana acudió a la tradicional misa de Pascua con uno de los modelos de esta firma, un abrigo color azul marino de lana cocida, en tonos parecidos a los que lució el resto de la familia en este acto protocolario.

"No tenemos para nada contacto directo con la familia real británica", bromea desde la fábrica de Zamora su gerente, Raúl Escudero, quien se muestra orgulloso de que, una vez más, sus creaciones sean noticia. "Nosotros vendemos en tiendas de todo el mundo y una de ellas es Amaia Kids, que está en el barrio londinense de Chelsea. Allí es donde adquieren nuestros abrigos, además de otras prendas de diferentes marcas", explica.

En esta ocasión, Catalina apostó de nuevo por la moda zamorana para vestir a su hija. De hecho, Escudero contabiliza hasta siete abrigos de Marae Kids guardados en los armarios de Adelaide Cottage, donde viven los herederos desde el pasado mes de septiembre. "Al menos, Carlota tiene siete abrigos de nuestra colección", subraya el gerente, quien destaca aquel granate -el primero que lanzó la marca zamorana a los tabloides británicos- en el primer día de colegio de la pequeña en 2018 y otra pieza, esta vez de color verde, que lució en la eucaristía de la Navidad de 2019. "El año pasado lució en dos ocasiones el mismo abrigo color marino, así que está claro que apuestan por la moda sostenible", aseguran desde la fábrica, con sede en la Coreses, una localidad de poco más de mil habitantes.

Años y años de duración

Una apuesta que es sobre seguro cuando se trata de prendas de máxima calidad "que pueden durar años y años", afirma el zamorano. "La materia prima es lana cocida, muy apreciada en países como el Reino Unido", concreta. Y una calidad que, sobre todo, valoran en China, el país donde la firma Marae Kids exporta la mayor parte de sus creaciones. "Después también vendemos a otros lugares como Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Chile y Alemania". A esta larga lista se sumó el pasado año Italia, adonde acudieron a una feria textil con sus propuestas y la respuesta fue más que satisfactoria, puesto que la colección conquistó a varias tiendas, que ahora distribuyen sus creaciones. 

Cuando comenzaron con las exportaciones al extranjero -que suponen en la actualidad el 70% de su producción textil- miraron al mercado del norte de Europa, pero han sido otros clientes los que los han elegido. "Se trata de un producto caro -reconocen desde la empresa-, pero que se valora mucho en el extranjero, casi más que en España".

Con una facturación en 2022 de 660.000 euros, la compañía sigue subiendo puestos, ya que en 2019 esta cifra tan solo alcanzaba los 300.000 euros. "Nuestro crecimiento se ha basado en las exportaciones, con una explosión en 2020, a pesar de la pandemia, cuando nos bajaron mucho las ventas en España. Sin embargo, tuvimos un crecimiento total en ese año de casi el 30%", prosigue Escudero.

Hace tan solo seis años, en 2017, la exportación en esta empresa familiar representaba apenas el 1%. "Empezamos a hacer un plan de internacionalización de la mano del ICEX, con el plan de ayuda ICEX-NEXT. Nos dieron unas pautas de hacia qué mercados ir y cómo abordarlos", recuerda. Una ayuda que recomiendan a otras empresas que quieran iniciarse a vender al exterior.

La calidad de sus prendas les permite ser socios por derecho propio de la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (Foacal), destacando su labor manual, con una tradición que se remonta a más de cuatro décadas, cuando surgió el pequeño negocio familiar en Villarrín de Campos, con la fábrica de punto Zaust Textil. "En aquel tiempo se comenzó confeccionando ropa de esquí", relata el gerente.

Adaptarse a los tiempos

Junto con las prendas para soportar las bajas temperaturas y disfrutar de la nieve, el negocio se amplió con ropa de caza, principalmente pensando en clientes masculinos. "Poco a poco, nos fuimos adaptando a los tiempos", asegura Escudero, quien explica que la moda de mujer era la insignia de la empresa hasta el año de la pandemia, 2020, que dio lugar a un creciente gusto de sus clientes por las prendas infantiles. "Fue toda una explosión en ventas", agradece, aunque señala que su margen de crecimiento es limitado. "No queremos crecer más del 25% anual para poder mantener los valores de fabricación y de calidad que tenemos ahora", revela.

Uno de los cambios más significativos fue el traslado de la fábrica original en Villarrín de Campos a otra más moderna en Coreses, hace ya 13 años. Hasta allí llega la que ellos consideran una de las mejores materias primas para confeccionar sus creaciones, lana cocida, ya tintada desde Austria, aunque el origen es Sudamérica. "Nos gusta este material porque, además de la calidad de la que presume, se añade el excelente trato que se les brinda a los animales", valora.

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Para la buena marcha del negocio ha sido muy importante la ayuda de la Junta de Castilla y León, que ha llevado la marca a varias ferias internacionales, al igual que la Asociación para el Desarrollo Textil y de la Moda de Castilla y León. 

En la actualidad, los hermanos Raúl y Manoli son los socios de esta empresa familiar que ha sabido adaptarse a los caprichos de la moda y hacerse un hueco en este mercado, con la ayuda de los 15 trabajadores, en su mayoría mujeres, que confeccionan prendas que disfrutan familias de todo el mundo.