"El secreto del éxito de Saica es crecer más rápido que la familia"

El grupo papelero Saica, la mayor compañía de capital aragonés, cumplió el pasado 4 de febrero el 80 aniversario de su fundación, una larga trayectoria en la que se ha convertido en un gigante internacional de la industria del papel y el cartón, con más de 100 fábricas y presencia en 11 países a través de sus cuatro divisiones de negocio. Cuenta con más de 10.000 trabajadores, de los que algo más de 1.000 están en Zaragoza, el lugar en el que nació en 1943 y donde sigue teniendo su sede corporativa. La empresa conserva su carácter familiar, a cuyo frente se sitúa la tercera generación que encabeza Ramón Alejandro Balet –Comodoro de Rivadavia (Argentina), 1961–, que la preside desde 2010.

¿Cómo llega una empresa a los 80 años?

Es importante siendo una empresa familiar, en la que la mortalidad en la tercera generación es muy elevada. Aquí concurren varios factores. Primero que estamos en un negocio que tiene futuro. Hoy en día el cartón ondulado es el principal embalaje para el transporte de productos. Es barato, se amolda a las necesidades y medioambientalmente sostenible porque es reciclable y se puede hacer con materia reciclada.

¿Cuáles son las claves de esta historia de éxito?

Como decía un tío mío, el secreto de la empresa familiar es que el negocio crezca más rápido que la familia, si no es cuando empieza a haber problemas. En nuestro caso, uno de los grandes hitos es la expansión fuera de España. Empezamos en 1993 con Portugal, con una fábrica que compramos, y en 1996 dimos el salto a Francia. A partir de ahí nos expandirnos por toda Europa. La innovación también ha sido clave. Hemos sido pioneros en cogeneración, en diseñar en el año 2000 una máquina para hacer papeles de gramaje ligero y en valorización energética.

¿Cómo surgió la compañía?

Aunque se constituyó en 1943, previamente había un negocio textil. En los años de la Segunda Guerra Mundial, la frontera entre España y Francia se cierra y era difícil traer algodón. Entonces se decide probar con paja, un producto muy abundante en Aragón, y se hizo una pasta. Aquello para textil igual no era bueno, pero podía ser interesante para el papel. Así se empezó a hacer papel de estraza y de ahí se evolucionó hacia el papel ondulado.

En todo este tiempo, ¿han recibido ofertas de compra?

Por supuesto que siempre ha habido desde multinacionales a los típicos fondos de inversión que se han acercado a nosotros a ver si estábamos interesados en vender. Pero es que no ha habido ni negociaciones. Siempre se les ha dicho que la empresa quería continuar siendo familiar. A día de hoy esa es la intención de los accionistas.

El relevo generacional es siempre sensible y complejo.

Tenemos un protocolo familiar desde los años 80 que se ha ido revisando sucesivamente. Es un documento vivo. No es una garantía al 100%, pero ayuda. Una de las muchas cosas que hizo muy bien la segunda generación es que dejó claro cómo iba a ser la transición hacia la tercera generación, con una serie de reglas y decisiones para hacerla de forma organizada y sin mayores problemas. La segunda generación dejó de estar en la gestión de la empresa en el año 2010, es decir, llevamos 13 años en los que la familia ha permanecido en el consejo de administración pero ha salido del día a día.

¿Cuándo se plantea dar el relevo en la presidencia?

Este año voy a hacer 62 años y de acuerdo a nuestro protocolo, la edad para poder permanecer es hasta los 65. Mi intención es no llegar a ese límite. ¿Quién será mi sucesor? Esto es algo que debe aprobar el consejo de administración.

El pasado verano Saica tuvo que parar las plantas de cogeneración por la crisis del gas. ¿Se ha resuelto el problema?

Se paró porque el Gobierno aprobó unos topados para las plantas de ciclo combinado de los que inicialmente quedaron fuera las cogeneraciones, lo que hizo que entráramos en el mercado. Era imposible competir, lo cual era un absurdo. El Gobierno central después rectificó. La situación está ahora mucho más tranquila porque el precio del gas no tiene nada que ver con el de esos meses. Es un mercado muy volátil, que tenemos que seguir de cerca por el impacto que tiene en nuestros resultados.

¿Cómo fue 2022 en términos económicos?

Ha sido un periodo de altibajos. La facturación fue 4.396 millones de euros, un 22% más respecto a 2021 (3.598 millones). Pero es un crecimiento influenciado por el proceso inflacionista. Los resultados (beneficios) son inferiores por el impacto del precio del gas, que no hemos podido trasladar completamente al precio del papel.

También han sufrido el bloqueo comercial de Argelia a España.

Nos ha costado 15 millones reorganizar la logística para exportar a Argelia desde otros países que no sean España. Y de las 200.000 toneladas que les vendíamos, un 10% eran calidades blancas que fabricamos en El Burgo de Ebro. Esas las hemos perdido al no poder hacerlas en otras fábricas. La única manera de resolver esto es que intervenga la Unión Europea.

¿Cómo va a ser 2023?

La demanda sigue aflojando, no está tan alegre como el año pasado por estas fechas y estamos por ello regulando la producción.

¿Cuál es la mayor preocupación?

El producto final son las cajas de cartón, que en un 60% o más van al mundo de alimentación, bebidas o detergentes. Por lo tanto, está muy influenciado por cómo evolucione el consumo. Ahora mismo, nos preocupa la situación de la demanda. Confiamos en ir recuperando volúmenes a partir del verano si el consumidor va ganando confianza al ver que no hay recesión, pero el contexto es complicado con la inflación.

¿Cuáles son los retos de futuro de la compañía?

Estamos metidos en todo el tema medioambiental. Tenemos que descarbonizar nuestra industria, reducir el consumo de agua y llegar al vertido cero.

¿Cómo van a descarbonizar las fábricas aragonesas?

En España estamos estudiando varias opciones para descarbonizar, una podría ser con una planta de biomasa, como estamos haciendo en nuestra fábricas de Francia. También estamos viendo la posibilidad de electrificar las calderas o el hidrógeno verde. Pero no solo de depende de nosotros, también de cómo evolucione la tecnología para ver cuál es más competitiva. La fecha limite es el 2050 pero por supuesto tenemos que estar descarbonizados de manera significativa mucho antes.

¿Qué futuro le espera a la cogeneración?

El tema es que consume gas y por tanto emite CO2. Mi opinión es que el último gas que dejemos de quemar en la industria europea debería ser en la cogeneración porque es el sistema más eficiente y el que emite menos CO2 si vemos la fotografía completa de la energía térmica y eléctrica.

Se habla mucho del hidrógeno verde. ¿Es viable para la industria del papel?

Sí. Lo estamos mirando, lo que pasa es que hoy en día las cantidades disponibles son muy pequeñas. Hablamos de volúmenes que supone descarbonizar el 1,5% de nuestro consumo. Yo quiero ser más ambicioso en los proyectos.

¿Cuál la posición actual de Saica en el mundo?

Aunque es España nuestro país más importante, si miro la facturación por destino de los clientes, España supone algo menos del 40% del total. Tenemos también un gran peso en Reino Unido y Francia. Estos tres países representan el 80% de las ventas. Otros mercados donde tenemos activos industriales son Portugal, Italia, Turquía, Irlanda, Luxemburgo y Holanda. Y en EEUU arrancamos una planta el año pasado. Pero también vedemos a otros muchos países como el Magreb o Sudamérica.

¿Dónde van a poner los ojos para seguir creciendo?

Tenemos dos grandes prioridades. En EEUU tenemos ahora una semilla y eso hay que hacerlo crecer con más plantas hasta alcanzar una masa crítica que justifica instalar una fábrica de papel. Y dentro de Europa, nos faltaría crecer hacia Polonia, Chequia o Alemania, que es el mayor consumidor de papel para cartón del continente.

¿Tienen prevista alguna compra este año?

En caso de que estemos en alguna operación, hasta que no esté firmada no vamos a decir nada (risas). Pero estamos siempre viendo oportunidades y hay proyectos interesantes este año. Por ejemplo, vamos a arrancar una nueva fábrica en en Livingston (Escocia), la nueva planta de biomasa de Francia que comentaba, hemos hecho un edificio de I+D+i en El Burgo y en esta misma ubicación la segunda fase del almacén automático. El grupo continúa con una política de inversión muy potente. Para este año hay previstas inversiones de 140-145 millones de euros y el plan estratégico contempla 2.200 millones en diez años (2021-2030).

¿Se plantear sacar de la ciudad la fábrica del Picarral?

Nunca no se puede decir, pero desde luego en el corto plazo nuestra idea es seguir produciendo aquí papel. Continuamos invirtiendo y modernizando la planta. Es muy difícil de justificar la inversión que supondría; costaría más de 500 millones. Si un día nos dijeran que nos tenemos que ir, no sé si tendría sentido el hacerlo en España cuando tenemos que traer la materia prima de fuera porque en el país no tenemos suficiente para luego exportar el papel. Ahora exportamos el 50% de lo que aquí hacemos. Lo lógico sería hacerlo fuera en lugares más próximos a nuestros mercados exteriores. Tenemos una buena relación con los vecinos y tratamos de convivir con inversiones muy importantes que hemos hecho.

¿Cómo ve la economía aragonesa?

Como siempre se ha dicho, Aragón tiene una ubicación privilegiada que está sabiendo aprovechar. Creo además que todos los gobiernos autonómicos, sin distinción del color, han sido muy receptivos a las propuestas e inquietudes del empresariado aragonés. Es una administración que te escucha al menos. Y destacamos también en las relaciones laborales, aquí se puede llegar acuerdos entre las partes.

¿Alguna asignatura pendiente?

El tema del ferrocarril. A pesar de que lo tenemos limitado a España y Portugal por el ancho de vía, un 30% de nuestro volumen total se mueve por tren. Todo lo que va a exportación para Marruecos o Sudamérica, va en ferrocarril hasta los puertos marítimos. Con Galicia tenemos un servicio todas las semanas. Pero tenemos un problema: lo que va hacia el norte de Europa no lo podemos hacer así por el cuello de botella del ancho de vía. Para nosotros sería estupendo aumentar las mercancías por tren, que también sería bueno para el medio ambiente. Está el tema de abrir el Canfranc, pero no sé si algún día lo veremos.

¿Aragón es un infierno fiscal como dicen algunos políticos?

Hay que mirar desde qué punto de vista. Es verdad que en el IRPF o Patrimonio, la imposición fiscal es de las más elevadas de España. También es verdad que en Sucesiones de la empresa familiar estamos mejor. Hay cosas que chocan entre comunidades autónomas. Es cierto que algún alto directivo que, cuando lo vas a traer, te pide si se puede quedar a vivir en Madrid. Nosotros somos una empresas familiar y somos de aquí. El 90% de los accionistas viven en Aragón, pero probablemente si esto fuera una multinacional de fuera, la sede estaría en Madrid. Aparte de que está mejor comunicado para ir a Europa, porque allí se pagan menos impuestos.

Las elecciones autonómicas y municipales están próximas, ¿cómo se ve la batalla política desde una gran empresa?

En el caso de Aragón, el presidente va a ser Jorge Azcón o Javier Lambán y creo que los dos pueden ser unos buenos presidentes para la comunidad por la gestión que han realizado en los últimos años.

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¿Qué le parece que una empresa como Ferrovial se lleve su sede a los Países Bajos?

Se ha escrito mucho pero hay que ver cuál es el fondo del asunto.. No conozco los detalles, entiendo que ha sido una decisión empresarial porque les facilita cotizar en la bolsa de EEUU, donde tienen muchos proyectos y pueden así obtener una financiación más inmediata. Si ese es el verdadero motivo, me parece una cosa razonable.