CRISIS ECONÓMICAS

Credit Suisse, Silicon Valley Bank... ¿Resucita el germen de la Gran Recesión?

Los primeros compases en esta incipiente crisis en la banca internacional se asemejan a lo sucedido en 2007. El origen es distinto. Queda por ver cuál será su evolución.

Colas de clientes ante una oficina del banco británico Northern Rock, que al final fue rescatado, en septiembre de 2007

Colas de clientes ante una oficina del banco británico Northern Rock, que al final fue rescatado, en septiembre de 2007

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Es inevitable. Los aromas que desprenden algunas entidades financieras europeas y estadounidenses recuerdan al hedor que dio lugar a la Gran Recesión hace tres lustros. Pero ¿es así? El hundimiento del Credit Suisse, la quiebra del Silicon Valley (SVB), el rescate del First Republic Bank por parte de las grandes entidades financieras norteamericanas, las acciones concertadas de los bancos centrales occidentales para garantizar la liquidez del sector, la volatilidad bursátil con carga de profundidad sobre la banca, las manifestaciones de los dirigentes políticos expresando con contundencia o aspavientos que el sector es solvente y tiene fortaleza suficiente...

Todo ello tiene un aire muy parecido al verano de 2007, cuando surgieron los primeros síntomas de una crisis que fue creciendo en los meses siguientes al destaparse el escándalo de las hipotecas basura y que llegó a su punto culminante en septiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. Las colas de depositantes ante el británico Northern Rock, que fue rescatado; la quiebra del banco de inversión estadounidense Bear Stearns; las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal (Fed) y del Banco Central Europeo (BCE), que paralizó aquel septiembre de 2007 una subida de tipos –lo que también pudo haber pasado esta misma semana– y los dejó en el 4%... ¿En qué medida es lícito hablar de paralelismos entre ambas épocas tan cercanas en el tiempo?

El director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Joaquín Maudos, considera que, en la crisis financiera de 2007, "el origen fue completamente distinto del actual, porque en aquella ocasión el motivo fue las hipotecas subprime. Donde sí hay un elemento en común es que entonces también se produjo una subida de tipos de interés que motivó que aumentara la morosidad de aquellas hipotecas de peor calidad. Ahora el detonante es asimismo la subida de tipos, pero con una consecuencia no sobre la morosidad, sino sobre las minusvalías latentes de la deuda que ha habido que vender para hacer frente a la retirada de depósitos". Dicho esto, Maudos añade que "ni la quiebra del SVB ni los problemas del Credit Suisse tienen nada que ver con la situación de la banca española y europea". Además, "hay importantes diferencias regulatorias [mucho más estrictas en la UE] y de supervisión".

Asimismo, recuerda que la estructura "tanto de activo como de pasivo del SVB nada tienen que ver con la de la banca española". "En el SVB, el importe medio de los depósitos era de cuatro millones de dólares y el 66% de ellos superaban los 250.000 dólares de cobertura. En España, en cambio, el 66% está cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos por tener saldos inferiores a 100.000 euros. Y por el lado del activo, en la banca española la deuda pública supone el 13% del total, mientras que en el SVB la exposición a la deuda soberana era muy elevada", argumenta.

El director de Estudios Financieros de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), Santiago Carbó, expresa sus dudas sobre el devenir de los actuales problemas en la banca. Cree acertado el "paralelismo mental" con lo sucedido hace tres lustros, pero aboga por no caer en el pánico pese a que "algunas cosas se parecen", porque "ahora hay más colchón de capital y es mayor la vigilancia sobre los bancos". También recuerda que los problemas de la entidad suiza, salvada por su compatriota UBS a instancias de las autoridades del país, provienen de que "no se actuó a tiempo y hubo tolerancia excesiva".

Los bonos, una de las claves

Carbó afirma que no sabe si las medidas que se han tomado hasta ahora por parte de EEUU, Suiza y la UE "van a funcionar". "Esto ha empezado así y veremos cómo evoluciona. Si afecta a la deuda, las turbulencias pueden ser de largo recorrido". En su opinión, la clave de esta crisis está en los bonos; dicho de otra forma, si los bancos tienen que convertir bonos en capital para devolver dinero en depósitos, porque acumularán pérdidas y "los gobiernos tendrán que inyectar dinero".

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El experto apunta que el gran dilema está en territorio de los bancos centrales. Si siguen subiendo los tipos para luchar contra la inflación, se perjudicará a las entidades financieras que tienen los intereses de los bonos muy bajos. "Todos los bancos tienen ya pérdidas por esta cuestión. La clave está en la magnitud. El volumen de deuda. Si los tipos suben, pueden surgir bancos que ahora no presentan problemas". O que no los vemos. Tampoco hay que olvidar que, al no trasladar la banca a los depósitos esa subida del precio del dinero, muchos ahorradores se han dirigido a fondos del mercado monetario o deuda pública para lograr más rentabilidad. Es decir, menos pasivo en balance.

No obstante, si el BCE o la Fed de EEUU optan por no combatir el alza de precios para no dañar más a los bancos, el peligro está en que los inversores internacionales empiecen a dirigir su mirada hacia los excesos en deuda pública y déficits de ciertos países, como sucedió en 2011, primero con Grecia y, más tarde, España. De todas formas, Carbó concluye que, si no cae un banco como Lehman, «no se repetirá una crisis como la de 2008».