ANTES DEL PLAN DE AHORRO DEL GOBIERNO

España reduce su consumo de gas por el parón industrial y el ahorro de las familias

La demanda total cae un 6,8% en septiembre gracias a que las empresas y los hogares reducen su consumo un 38%, mientras que el uso del gas para producir electricidad se disparó un 54% el mes pasado.

Planta de regasificación de Bilbao.

Planta de regasificación de Bilbao. / Sedigás

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La Unión Europea se ha lanzado a reducir su consumo de gas como parte de la estrategia para reducir su dependencia de los hidrocarburos rusos y blindarse ante la amenaza de que el Kremlin corte el grifo. Frente al objetivo general de casi todos los estados miembros de reducir la demanda un 15% hasta final del invierno, el compromiso de España es inferior y pasa por recortarlo en un 7% por su reducida interconexión con Europa.

El Gobierno español ya ha puesto en marcha un primer paquete de medidas (del apagado de escaparates a las 22.00 horas a los topes en los termostatos para reducir el consumo de electricidad), y ultima un programa mayor que enviará a Bruselas -previsiblemente se aprobará este martes por el Consejo de Ministros- y que es el que determinará en qué medida se alcanza el objetivo de ahorro prometido a Bruselas.

En septiembre, el consumo total de gas en España registró un descenso del 6,8% en relación al año pasado, con una demanda de 28.144 gigavatios hora (GWh), el menor dato desde 2018, según los registros oficiales de Enagás, el operador del sistema gasista español. Un descenso del consumo total que se produce gracias al desplome del consumo de gas de la industria y de los hogares en plena subida de precios y a pesar de que las eléctricas siguen aumentando la quema de gas para producir electricidad.

La demanda convencional -la que concentran el sector industrial y las familias- registró un fuerte descenso en septiembre del 38%, en línea con los descensos de los meses previos. En plena escalada de los precios, las empresas y las familias sí que están recortando su consumo de gas desde hace meses, adelantándose a las medidas de ahorro impulsadas por el Gobierno. En el caso de algunas grandes empresas industriales el ahorro es forzoso, y varias compañías han parado la producción de algunas de sus factorías por el lastre que supone la factura energética en su negocio, hasta el punto de que continuar con la actividad implica producir directamente con pérdidas.

Quemar gas para tener luz

El consumo de gas por parte del sector eléctrico se incrementó un 54% en septiembre, una fuerte alza pero inferior a la de los meses anteriores, en los que se había llegado a duplicar. En plena carrera por recortar el consumo, las eléctricas están aumentando con fuerza en los últimos meses el uso de sus centrales de gas para producir electricidad debido a la caída de la generación de las hidroeléctricas por la sequía, por la de menor aportación de las renovables, y para cubrir las exportaciones disparadas de electricidad a Francia por el parón de más de la mitad de sus centrales nucleares y también a Portugal por la sequía.

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La demanda extra requerida por los mercados francés y portugués se está cubriendo con una mayor producción de los ciclos combinados (las centrales que queman gas para producir), y el Gobierno da por hecho que ese uso adicional de gas para cubrir las necesidades energéticas de países vecinos en una situación de crisis podrá descontarlo del cálculo de ese ahorro del 7% comprometido con Bruselas, como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

En septiembre, la producción con centrales de ciclo combinado españolas concentró un tercio de toda la electricidad generada en España, según datos de Red Eléctrica de España. En lo que va de año, la actividad de las centrales de gas crece un 80% y es la principal fuente de producción eléctrica con un 25% del total. Todo ello en un momento en que los precios del gas ha estado marcando máximos por la incertidumbre por el suministro ruso.