La ONU advierte sobre la crisis de alimentos: es cuestión de asequibilidad, no de disponibilidad

Los precios de los alimentos se mantienen obstinadamente altos mientras la guerra de Rusia en Ucrania se prolonga, agravando la presión existente por las interrupciones de la cadena de suministro y el cambio climático. La guerra “ha echado mucha leña al fuego que ya ardía”, ha reconocido Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.

Ucrania es un importante productor de materias primas como el trigo, el maíz y el aceite de girasol. Aunque las exportaciones a nivel mundial se han visto restringidas debido a la invasión rusa, Husain afirmó que la crisis alimentaria mundial no se debe a la disponibilidad de alimentos, sino al aumento de los precios. “Esta crisis tiene que ver con la asequibilidad, es decir, que hay alimentos disponibles, pero los precios son realmente altos”, ha avisado Husain en una entrevista concedida a la televisión estadounidense CNBC.

Según los cálculos de la ONU, los precios mundiales de los alimentos en julio eran un 13% más altos que hace un año. Y podrían seguir subiendo. En el peor de los casos, la ONU estima que los precios mundiales de los alimentos podrían aumentar otro 8,5% para 2027.

Los precios de los fertilizantes también están subiendo, lo que contribuye al aumento de los precios de los alimentos a medida que los costes se trasladan a los consumidores. Los precios se dispararon después de que Rusia -que representa alrededor del 14% de las exportaciones mundiales de fertilizantes- limitara las ventas. Esto, a su vez, ha reducido el rendimiento de las cosechas.

En ese sentido, Husain reconoce que la crisis de asequibilidad podría convertirse en una crisis de disponibilidad de alimentos si no se resuelve la escasez de fertilizantes. La ONU estima que el número de personas en “emergencias de hambre”, que define como a un paso de la hambruna, ha saltado de 135 millones en 2019 a 345 millones.

Ola de calor en China

El cambio climático también estaría contribuyendo a la actual situación de dificultades, después de que China, el mayor productor de trigo del mundo, haya sufrido múltiples alteraciones meteorológicas, desde inundaciones repentinas hasta graves sequías.

A principios de este mes, el país emitió su primera emergencia por sequía cuando las provincias del centro y del sur sufrieron semanas de calor extremo, con temperaturas que superaron los 40 grados centígrados. La ola de calor ha dificultado la producción de cultivos y ha puesto en peligro el ganado.