INFLACIÓN

La alimentación sufre ya el alza de los precios energéticos

  • La OCU apunta a crecimientos de precios de productos navideños del 8%

  • Las cadenas de distribución defienden que las subidas siguen por debajo de las del IPC general

Varias persona en un supermercado.

Varias persona en un supermercado.

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Eduardo López Alonso

Esta Navidad va a servir como excusa para subidas de precios. Como cada año y más. El alza de los costes de la energía, tanto la electricidad como el petróleo, han disparado los precios de venta de los alimentos en torno a un 8% respecto del año pasado, según un seguimiento realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). A los incrementos geométricos que suelen acusar los productos típicos de la Navidad se suman otros muchos, como consecuencia de una amalgama de circunstancias que justifican subidas mayores que otros años. Angulas, ostras, cordero lechal y besugos son los líderes de una clasificación de productos que más suben. Percebes, merluza o redondo de ternera son los que más bajan en el seguimiento hecho por la OCU.

Para el director general de la patronal de los supermercados AsedasIgnacio García Magarzo, "existen causas objetivas para las subidas de precios, fundamentalmente por el alza de los costes energéticos, electricidad y carburantes, pero también por el alza de las materias primas, fundamentalmente las importadas como los cereales o los piensos". En cualquier caso, la posición oficial del sector de la distribución es que las subidas de precios de alimentación en los últimos tres meses han estado por debajo del alza del IPC general. García Magarzo opina que "la cadena agroalimentaria española es sólida y muy responsable, que actúa en elevada competencia, por lo que los consumidores siempre tienen la opción de comparar la oferta y los precios, y elegir la mejor opción de compra.

El barómetro de consumo de Iri corrobora también una subida de los alimentos pero menor que la divulgada por la OCU. Así, el precio de la cesta de la compra crece el 1,8% respecto a 2020. Destaca el encarecimiento del aceite de oliva (+10,5%), de refrescos de cola (+9,2%) y de cervezas (+3,7%), mientras que el único descenso se encuentra en el atún en conserva (-0,2%), según datos del barómetro de consumo de Iri. El IPC general adelantado de noviembre es del 5,6% interanual, con una subida de la alimentación en octubre del 1,3%, el 1,7% interanual y el 3% en el 2021.

En fuentes de la cadena Condis reconocen que hay "múltiples factores" que intervienen en las oscilaciones de precios pero que la gran capilaridad comercial hace que los precios de los alimentos se contengan más que los de otros productos de otros sectores. En la estrategia comercial de las cadenas se intenta que las fluctuaciones en los costes afecten lo menos posible a los precios finales, reconocen en Condis, como una vía para evitar pérdida de clientes.

El alza de precios es especialmente perceptible en alimentos frescos por el aumento de costes de materias primas (abonos, costes de producción, mayores pagos a proveedores). Agricultores y ganaderos se han quejado repetidamente este año de que sus insumos (costes de producción) han aumentado de media por encima del 30%. Pero en las cadenas de distribución aluden también a causas derivadas de la relación oferta-demanda de cada producto. En el caso de los cárnicos se apunta a que ha habido en los últimos meses un déficit en la reposición de animales vivos por la pandemia, con un retraso en los ciclos de reproducción. También influye el propio aumento de la demanda estacional, tanto externa (exportación) como por parte de la restauración. En el caso del aceite de oliva, por ejemplo, los precios tienden a subir por un ciclo habitual de falta de producción y limitaciones de la última cosecha.

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La OCU ya advirtió en octubre que se estaban repercutiendo en los precios el alza de los costes energéticos. Puso entonces en marcha su observatorio de precios hasta cuantificar la subida de este año en torno al 8%. La OCU establece este porcentaje en base al seguimiento de 15 productos típicamente navideños en las principales ciudades españolas. De los precios supervisados, un total de nueve han subido. Han subido especialmente las angulas, un 53%, seguidas de las almejas (36%), las ostras (28%), el cordero lechal (22%) y el besugo (15%). Ninguno de ellos había estado nunca tan caro. Por el contrario, entre los que más bajan destacan los percebes (-27%), la merluza (-16%), la pularda (-6%) y el redondo de ternera (-5%). Otros productos, como los langostinos, el jamón ibérico o la lombarda apenas han variado sus precios respecto del año pasado por estas fechas.

Nadie en el sector de la distribución es capaz de avanzar la evolución futura de los precios de la alimentación. Ni si una posible huelga en el sector del transporte (convocada del 20 al 22 de diciembre) agudizará los problemas de aprovisionamiento. Será determinante la futura evolución de los precios energéticos, pero se teme que las actuales subidas se mantengan en el tiempo como consecuencia de reposicionamiento psicológico de precios y nuevos costes no presentes hace unos meses. Un elemento importante puede ser el papel que la nueva ley de la cadena alimentaria tenga en los próximos meses y la actualización de los contratos con los proveedores del sector primario. La reciente reforma de la ley establece la supervisión de que los pagos a proveedores nunca estén por debajo de los costes de producción. García Magarzo opina que el sector de la distribución, los intermediarios y la industria deben mantener "relaciones de sostenibilidad" con los productores y que la propia cadena de suministro es capaz de minimizar alzas de costes. "Se puede subir la retribución a los ganaderos y agricultores sin afectar al consumidor", opina el director general de Asedas.