CRÍTICA

Tarantino habla mucho

El cineasta estadounidense debuta como ensayista con ‘Meditaciones de cine’, un libro apasionado sobre sus días como espectador en los años 70

El cineasta Quentin Tarantino

El cineasta Quentin Tarantino / EFE

José Luis G. Gómez

Quentin Tarantino (Knoxville, Tennessee, 1963) escribe como habla. El cineasta se expresa casi siempre de forma apasionada, a veces de manera atropellada, sin prestar mucha atención a quien le escucha, abstraído en su discurso, que aunque parezca aprendido de memoria es probable que vaya improvisando mientras habla.

Así se ha comportado sin excepción en las muchas entrevistas que ha concedido desde su explosivo y controvertido debut como director con Reservoir dogs (1992), y así debuta también como ensayista con Meditaciones de cine, un libro que suena como un largo soliloquio del cineasta al que el lector está invitado a participar siempre que no interrumpa: "Así pues, si estáis leyendo este libro de cine con la esperanza de aprender un poco sobre cine, y os da vueltas la cabeza por todos esos nombres que no reconocéis, enhorabuena, estáis aprendiendo algo".

Quizá haya más de un aficionado al cine de Tarantino que se sienta decepcionado con este libro, pero sin duda no tanto por lo que es, porque se trata de uno de los mejores ensayos cinematográficos que se pueden leer hoy, sino más bien por lo que no es: aquí no escribe el Tarantino director de cine, sino que tenemos el privilegio de conocer las impresiones de un espectador de cine de los años 70, un auténtico cinéfilo que no nos quiere vender nada, que se limita a recordar, por ejemplo, qué le gustó de una vieja y olvidada película de Joe Don Baker con William Devane que hoy quizá solo recuerde él -lo siento, no hay en estas casi 400 páginas ni una sola anécdota sobre el rodaje de Pulp fiction (1994) pero sí muchos recuerdos que Walter Hill compartió con él sobre el rodaje de La huida (1972)-.

Igual que sucede en su cine, suerte de collage de mil referencias previas bien mezcladas, Tarantino en Meditaciones sobre cine dispara ráfagas y ráfagas de nombres de actores, directores y películas, lo que deja un índice onomástico al final del libro de casi 30 páginas. Sin duda, muchos nombres son tan reconocibles como los de Sam Peckinpah, Steve McQueen, Ali MacGraw, Paul Newman, Jonathan Demme, Peter Bogdanovich y tantos otros protagonistas del cine estadounidense de la década de los 70 -porque ese es el periodo maravilloso del que se habla en este ensayo-, pero muchos, la gran mayoría, no son tan brillantes y reconocibles: aquí se respeta a gente como Jim Brown, George Maharis, Charles Napier, James Dickey y Stella Stevens, entre otros que el tiempo se ha llevado con su paso.

CONFESIONES

Meditaciones de cine ofrece bastantes motivos para valorarlo como uno de los grandes libros de cine de los últimos años, aparte del disfrute de leer a Tarantino unas palabras de elogio dirigidas a un crítico de cine, no son menores las varias confesiones que contiene, como por ejemplo esta: "A partir de ese momento, en mayor o menor medida, me he pasado la vida entera yendo a ver películas y haciéndolas, en un esfuerzo por recrear la experiencia de ver una película de Jim Brown recién estrenada, un sábado por la noche, en un cine con público negro en 1972", tal y como rememora el autor de Jackie Brown (1997) sobre una experiencia como espectador viendo Pólvora negra con apenas nueve años.

Su madre fue la culpable de que un jovencísimo Quentin pudiera ver películas vedadas a los demás niños de su edad

De hecho, algunas de las mejores páginas del libro son las primeras, aquellas en las que más recuerda a su madre, culpable de que un jovencísimo Quentin pudiera ver películas vedadas a los demás niños de su edad.

Cada opinión y juicio que Tarantino suelta en este libro son propios de un listillo, pero de un listillo que creció visitando todos los cines que pudo en Los Ángeles, y trabajando luego en un videoclub, donde vio todo lo que no pudo disfrutar en una gran pantalla. Recordemos que Tarantino es uno de los cineastas más influyentes de los últimos 30 años.

Este listillo sabe de lo que habla. Y este es un libro en el que bailan juntos los reproches y los elogios, y lo hacen de manera tan seductora que mientras lo lees no puedes dejar de estar de acuerdo, hasta que dejas el libro en la estantería y te dices a ti mismo: "Pues a mí sí me parece que Paul Newman era una estrella de cine, Quentin".

'Meditaciones de cine'

Quentin Tarantino

Reservoir Books

Traducción de Carlos Milla Soler

424 páginas

21,90 euros