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Morir de éxito es una mala muerte

En la entrevista que publicamos en 'ABRIL', el escritor Carlos Zanón da cuenta del estado en que se encuentran muchos autores de gran reconocimiento y ventas interesantes, pero obligados a seguir una pauta creativa que llega a convertirse en estresante

El escritor Carlos Zanón, fotografiado en Barcelona

El escritor Carlos Zanón, fotografiado en Barcelona / Gregorio Marrero

La entrevista que publicamos en este número de ABRIL con el escritor Carlos Zanón es un ejemplo del estado en que se encuentran muchos autores de gran reconocimiento y ventas interesantes, pero obligados a seguir una pauta creativa que llega a convertirse en estresante.

Es la pescadilla que se muerde la cola. Una regularidad en títulos publicados significa ocupar de forma continua las estanterías de las librerías, pero, a la vez, bajar el nivel de exigencia cualitativa. Entonces, ¿qué debe hacerse?

Un buen editor acompaña y mima a todo tipo de escritor. Pero una cosa es un editor como individuo y otra la editorial como empresa, que espera unos resultados. Con los títulos más vendidos y con los que son un fracaso. Lo mismo hace un buen agente.

No hay que olvidar que aquel que se dedica a inventar historias y trasladarlas a una novela es una persona de alto voltaje y altísima sensibilidad que puede estar tanto arriba como destrozado. También eso es denunciado por Carlos Zanón, que decidió huir de una gran ciudad editora como Barcelona para acabar en Málaga, donde ha encontrado un respiro. 

CICATRICES

Es posible que detrás de esa huida se encuentre el juego en el que él mismo se involucró con la reinvención o resurrección del personaje de Manuel Vázquez Montalbán, Pepe Carvalho. En el género novelístico, es difícil salir de eso sin cicatrices. Otra cosa es el mundo del cómic, donde existen muchos ejemplos.

El respaldo editorial que Zanón recibió desde el principio fue muy elevado. Pero la inversión no equilibró la operación, por muy folclórico que pudiera ponerse el autor que, en definitiva, no es un reclamo publicitario en sí mismo, sino un creador.

Que el éxito sepa a "decepción", vocablo utilizado por Zanón en la mencionada entrevista, es el peor resumen de una situación que un escritor debería gestionar a favor de cara a su nueva obra. Es una necesidad.