PERFIL

Alice Munro, la vida está en otra parte

Tras esa apariencia de abuela adorable, se esconde una voz punzante que captura las grietas de la condición humana y su eterna insatisfacción

La escritora canadiense Alice Munro, premio Nobel de Literatura en 2013

La escritora canadiense Alice Munro, premio Nobel de Literatura en 2013 / EPE

Dídac Peyret

Si le preguntásemos a Alice Munro (91 años, Wingham, Canadá) cuándo sintió por primera vez el impulso de irse de casa, probablemente contestaría que la verdadera cuestión es si esa pulsión se esfuma algún día. Después de todo, ¿quién no se ha sentido alguna vez hijo de padres desconocidos? ¿Quién está dispuesto a renunciar a verse de nuevo con otros ojos? ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con otras vidas? Y al mismo tiempo: ¿quién está dispuesto a renunciar al confort de una vida corriente? A los placeres, incluso a los horrores, de la vida doméstica.

Esa dualidad, el hogar como ancla (la casa, el matrimonio, la familia) en contraposición al mundo vibrante de la libertad (la novedad, el sexo furtivo, la incertidumbre), atraviesa su obra. La canadiense, ganadora del premio Nobel de Literatura en 2013, ya nos avisa con el título de su colección de relatos ¿Quién te crees que eres?

La frase es una advertencia de que el mundo ya tiene un sitio reservado para nosotros. Munro nos recuerda que no se puede construir una identidad fuerte si no es a través del conflicto: “¡cómo nos hacen sudar nuestras pretensiones!”, exclama. En su caso, el conflicto parte de su posición en el mundo: una familia sin recursos, el complejo de clase y el deseo de esquivar una vida destinada al olvido.

VIDA FRAGMENTADA EN CUENTOS

“Aprender a sobrevivir, a pesar de la cobardía y la cautela, de los sustos y la aprensión, no es lo mismo que ser desdichada. Y además es interesante”, apunta Rose, la protagonista, que no es otra que la propia autora. Porque su obra es siempre la misma historia. Su vida fragmentada en cuentos que escribía mientras sus hijos dormían la siesta que capturan la esencia de lo cotidiano y la búsqueda de la identidad. Cuando Rose cambia el provincianismo de su pueblo por la vida universitaria en Toronto, su idea de hogar se rompe por la fuerza de la comparación.

“Las primorosas habitaciones de la doctora Henshawe despertaban en Rose la cruda conciencia de sus orígenes, un nudo intragable, mientras que en casa, ahora que podía apreciar el orden y la armonía de otros lugares, se revelaba una pobreza triste y vergonzosa”. Irse de casa termina siendo un viaje de ida y vuelta. Una transición que fluctúa entre la vergüenza de clase, producto de la arrogancia juvenil, y el orgullo tras comprobar que los ricos también coleccionan miserias.

Tras esa apariencia de abuela adorable, se esconde una voz punzante que captura las grietas de la condición humana y su eterna insatisfacción. Munro escribe sobre las cosas que no logra entender. Sobre la disonancia; el malestar profundo que provoca pensar una cosa y hacer la contraria. Sobre la amistad entre mujeres, la relación entre madres e hijas y las vidas no vividas. “¿Cuánto de mi vida he pasado en este camino, qué otra cosa podría haber hecho, cuánta energía le he sacado a otras cosas? De algún modo siento que sólo he vivido una parte de esta vida”.

[Lee un fragmento de ¿Quién te crees que eres?]

'¿Quién te crees que eres?'

Alice Munro

Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino

Lumen

312 páginas

19,90 euros