LIBROS

Luis Landero: para que el escritor fuera rico

Luis Landero, en la Feria del Libro de Madrid.

Luis Landero, en la Feria del Libro de Madrid. / ALBA VIGARAY

Juan Cruz

Juan Cruz

"Hasta los 14 años no entré en contacto con los libros. No me hicieron leer ningún libro en el colegio de curas, sólo se aprendían fechas de nacimiento y muerte de Shakespeare o de Cervantes… Empecé mi pequeña biblioteca con las mejores poesías de la lengua castellana, luego me apunté al Círculo de Lectores, desafiando la ira de mi madre, que decía que aquello era muy caro. Cuando ya tenía 10 o 15 libros los puse juntos en una especie de mueble cama y ya me pareció que era rico en libros… Vinieron así Sinuhé el Egipcio, de Mika Waltari, y Viento del Este, viento del Oeste, de Pearl S. Buck, best sellers de la época. Estaba muy desorientado en lecturas, porque no tenía una familia ilustrada. En 1968 o 1969, ya con 20 años (lo cuento en El jardín en invierno), el profesor Gregorio Manuel Guerrero me empezó a dejar Kafka, Valle Inclán, Virginia Woolf… Me dejó El coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez, así como los cuentos de Poe. A partir de ese momento comencé a devorar libros".

"La primera novelita que escribí tenía un protagonista, Miguel Delirio, y estaba influenciada por el boom, una mezcla de Rulfo y García Márquez, con un poco de Carpentier. La literatura española no la conocí hasta que me hice profesor. No leía a Torrente, a Azorín, a Sánchez Ferlosio… Leía a los latinoamericanos, a los estadounidenses, a los alemanes, a los ingleses… Fueron mis maestros. El Orlando de Virginia Woolf fue impactante para mí. ¡Onetti, Borges, Cortázar! Con mis alumnos descubrí a los españoles".

"De los autores actuales conozco a los de mi generación. Cuando publiqué Juegos de la edad tardía (mi primera novela), sólo había leído a Eduardo Mendoza… De los de ahora no sabría qué decir… Me pregunto por qué no se les presta a ellos la atención que tuvimos nosotros. ¿Porque no tienen calidad o porque hoy ha cambiado el estatus del escritor?"

"Iba de librerías, pero no visitaba la Feria del Libro. Rehúyo de los tumultos. Con Juegos… fui a la Feria del Libro de Madrid. Fue una experiencia desagradable. ¿Qué cara pongo? ¿Vendrá gente? ¿Haré el ridículo? Luego aparecieron algunos lectores, empecé a hablar con amigos que venían a firmar, alumnos que iban a verme… Y me dije: ‘Mira qué bien, esto es estar en familia'. Los libreros son muy hospitalarios… Pero me da pereza ir, tengo timidez de exponerme al público… No lo supero".

"Dicen mis editores que ir les va bien a mis libros. Hace tres años fui a un acto junto con Almudena Grandes y con Fernando Aramburu. Dije que esa vez me habían puesto vallas, como a ellos dos, a la gente eso le hizo aplaudirme. Lo que nos hará mucha falta es tener a Almudena con nosotros. Su presencia, su voz. ¡Esa voz que lo llenaba todo! ¡Lo bien que se lo pasaba con los lectores! Tan castiza. ¿Cómo se va llenar ese hueco?»

* Palabras de Luis Landero recogidas por Juan Cruz.

'Una historia ridícula'

Editorial Tusquets

288 páginas

19 euros