Ciencia y sociedad

El consumo de psicofármacos está disparado en España

La Comunidad de Madrid es la que menos invierte en sanidad por habitante y de las que más gasta en ansiolíticos y antidepresivos

A las mujeres se les prescribe el doble de psicofármacos que a los hombres.

A las mujeres se les prescribe el doble de psicofármacos que a los hombres. / Efe.

El consumo de psicofármacos está disparado en España y se concentra en las personas con menos ingresos, colectivos marginados y mujeres, sectores en los que más se acumulan también los trastornos mentales. La desigualdad social predice hasta el 77% del consumo de antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos y sedantes.

Los psicofármacos (antidepresivos, ansiolíticos, hipnóticos, sedantes…) están entre los medicamentos más consumidos en España. Preocupa el hecho de que su demanda aumentó enormemente durante los últimos años y todavía sigue creciendo muy deprisa.

Sin embargo, es necesario interpretar correctamente estas cifras: no se trata de que todos los españoles consumamos más psicofármacos. En realidad, los responsables de este aumento son tan solo unos colectivos muy concretos entre quienes el consumo de estos medicamentos se ha disparado espectacularmente.

El principal determinante que condiciona el consumo de psicofármacos es el nivel de renta. Las personas con rentas altas (más de 100.000 euros al año) toman menos de 40 dosis al día por cada mil personas. En cambio, quienes ganan menos de 18.000 euros al año consumen alrededor de160 dosis diarias por cada mil personas. Ganar poco dinero cuadriplica la probabilidad de que termines enganchado a los psicofármacos.

Marginación

El consumo de estos medicamentos es todavía mayor en los colectivos que sufren de marginación. Los más castigados por la pobreza consumen casi 8 veces más psicofármacos que quienes gozan de una renta desahogada.

También hay diferencias de género. Las mujeres, especialmente las mayores de 40 años, consumen hasta 132 dosis de antidepresivos al día por cada mil, mucho más de lo que lo hacen los hombres de su edad. Este consumo aumenta en las mujeres ancianas, alcanzando casi las 150 dosis diarias por cada mil personas. Sufrir discriminación de género también incrementa la probabilidad de convertirte en dependiente de los psicofármacos.

Salud mental

Todos estos colectivos desfavorecidos tienen muchos más problemas de salud mental que el resto de la población. Por ejemplo, en ellos el consumo de medicamentos contra la esquizofrenia es unas 12 veces más alto que entre las clases sociales más favorecidos. Los colectivos con rentas más bajas, en exclusión por pobreza y las mujeres, son también los principales afectados por estos problemas de salud mental.

Además, el consumo de psicofármacos también sigue una peculiar distribución espacial. Por lo que hemos visto podríamos pensar que sería mayor en las comunidades autónomas de menor renta. Pero es especialmente elevado en lugares como la Comunidad de Madrid, que pese a ser una autonomía rica, es la 2º que menos gasta en sanidad por habitante y, si se corrige por el nivel de renta, la que menos gasta. Sin embargo, gasta mucho en psicofármacos.

Desigualdad

Lo que ocurre en realidad es que la desigualdad es el determinante social que mejor explica el consumo de psicofármacos. La desigualdad, que continúa incrementándose imparablemente en nuestra sociedad, resulta especialmente elevada en la Comunidad de Madrid y en las comunidades que más psicofármacos consumen.

Vale la pena analizar este hecho: Desde mediados del siglo pasado existen técnicas estadísticas potentes y eficientes que permiten analizar la relación cuantitativa que existe entre 2 variables y, en concreto cómo una de ellas es capaz de explicar a la otra. Por ejemplo, la altura influye en el peso de las personas. Como media, la gente más alta va a pesar más que los bajos. El coeficiente de determinación (R2) nos indica cuanto influye. Así la altura explica alrededor del 60% del peso de las personas (o dicho de otra forma la altura puede predecir bastante bien (un 60%) del peso de las personas.

Drogadicción

Empleando estas técnicas de regresión podemos estimar (mediante el coeficiente de determinación) cuánto del consumo de psicofármacos se explica en base a la desigualdad social. Por supuesto aquí no presentaremos datos de un estudio exhaustivo a nivel mundial, sino que realizamos una aproximación empleando datos de dos índices de desigualdad (el índice de Gini y el índice 90/10) y del consumo de psicofármacos en comunidades autónomas españolas, países europeos y Estados Unidos entre los años 2019 y 2023. Se trata de una buena aproximación.

El resultado es sorprendente: la desigualdad predice entre el 70.4% y el 77.2% del consumo de psicofármacos. Resulta un indicador extremadamente preocupante: en vez de combatir la desigualdad drogamos con psicofármacos a los más desfavorecidos.

Hubo un tiempo en el que la desigualdad generaba conflicto social. Pero ahora hemos medicalizado la desigualdad y en vez de protesta social tenemos drogadictos.

Cuántos cambios.