Patricia Ramírez - Psicóloga, protagonista de “La ansiedad no mata, pero fatiga”

“En las redes hay mucho terapeuta ‘fake’ jugando con la salud mental de la gente”

La conocida psicóloga y divulgadora se interpreta a sí misma en 'La ansiedad no mata, pero fatiga', una comedia en la que da herramientas para solucionar este problema

Imagen de archivo de un móvil con varios iconos de redes sociales.

Imagen de archivo de un móvil con varios iconos de redes sociales. / EFE/EPA/ANDREJ CUKIC

Ágatha de Santos

La psicóloga Patricia Ramírez pasa consulta sobre las tablas con 'La ansiedad no mata, pero fatiga', comedia teatral que protagoniza junto con el actor Rafa Blanca, en la que, a través de escenas cotidianas da herramientas para aprender a manejar la ansiedad. La idea surgió durante la pandemia, ante el aumento de casos de ansiedad y estrés.

La psicóloga, escritora y divulgadora, conocida como @patri_psicologa en las redes, donde tiene millones de seguidores, se interpreta a sí misma, mientras que su pareja actoral es Rafatigas, un hombre ansioso que cuando se la encuentra, en el mercado, en la calle, la aborda para comentarle lo que siente en ese momento en busca de recursos para manejar sus emociones. Más de 14.000 personas han visto ya esta obra, que llegará al Teatro Afundación de Vigo el próximo día 4 de junio con el objetivo de que el público salga más feliz. El horario de la terapia: 20.30 horas.

¿Esta obra está basada en situaciones reales?

En situaciones, sí. No en pacientes. Queremos dar mensajes sobre la ansiedad en un tono relajante, cómico. Cuando ves a Rafa te ríes, pero en seguida te identificas con lo que está sintiendo. Por su parte, mi personaje le va aportando soluciones a los problemas que plantea: la prisa, los pensamientos rumiantes, las preocupaciones inútiles, las relaciones tóxicas... Además, después de la obra, invitamos al público a que saque el móvil y tome notas del resumen que le vamos a hacer. El objetivo es proporcionarle las herramientas necesarias para que aprenda a manejar la ansiedad.

O sea, que entras en el teatro, pero sales de consulta. ¿Se asimilan mejor los conocimientos desde el divertimento?

Para que el cerebro aprenda tiene que tener un estado emocional que favorezca el aprendizaje. Es muy difícil aprender cuando tienes ansiedad porque tu cerebro está preparado para ponerse a salvo de la amenaza que cree que está viviendo. Si consigues que alguien esté relajado y se esté divirtiendo, esto facilita mucho entender y memorizar lo que se está diciendo. Para que un contenido se fije en el cerebro hace falta que genere emociones. Y eso es lo que buscamos, crear un estado emocional, a través de la neuropsicología, que facilite a la gente que aprenda lo que le estamos enseñando.

Se interpreta a sí misma, pero en una escena hace de terapeuta “fake”. ¿Es un aviso a navegantes?

Exacto y hay que tener mucho cuidado con esto. En las redes circula mucha información falsa y hay mucho terapeuta ‘fake’ dando consejos fáciles y vendibles, y jugando con la salud mental de la gente.

Como dice el título, la ansiedad no mata, pero fatiga. ¿Mucho?

Muchísimo, porque es una respuesta que te prepara para huir o para luchar, por lo que requiere de un esfuerzo físico tremendo: del corazón, de la respiración, de la musculatura... Lo que ocurre es que la mayoría de las situaciones en las que hoy desencadenamos la respuesta de ansiedad no necesitan la huida o la lucha.

El ritmo de vida tampoco ayuda mucho.

No, pero hay que establecer prioridades, saber organizarse, delegar, hacer renuncias y poner límites. El ritmo muchas veces te lo impones tú mismo. Nos hemos educado en una serie de valores que pensamos que están bien pero que nos perjudican, como el exceso de exigencia, de perfeccionismo, de querer estar en varias cosas a la vez cuando sabemos que eso solo genera ansiedad y no eficacia... Nos hemos metido en un ritmo que hemos normalizado, pero que nos está pasando una enorme factura, que son todos los problemas de salud mental. Lo que pasa es que no nos damos cuenta hasta que enfermamos. Antes, vas aguantando a pesar de las señales que te manda tu cuerpo: comer mal, dormir poco, no tener ganas de hacer nada, ganas de llorar y no saber por qué...

La buena noticia es que se puede aprender a controlarla, ¿no?

Sí, aunque requiere un entrenamiento diario. Si tú entrenas tu cerebro para que viva con serenidad la mayoría de las veces va a estar sereno a no ser que suceda una situación que desencadene la respuesta de ansiedad porque realmente estés en peligro.

¿Por qué unas personas la manejan mejor que otras?

Hay muchos factores que intervienen. Por un lado, hay un componente genético y biológico que es indiscutible. Hay personas biológicamente más vulnerables. Pero luego tiene mucho que ver con la manera que tenemos de interpretar nuestro entorno. Las personas con mayor capacidad de gratitud, que son capaces de relativizar, con sentido del humor, que han aprendido a no rumiar suelen tener menos ansiedad. Y también depende de las expectativas que tienes en la vida. Si eres una persona que tienes que ganar siempre, que tienes que ser la mejor y tus hijos también, ese nivel de exigencia también te convierte en una persona más ansiosa porque eres un continuo insatisfecho.

¿Qué papel juega el humor?

El humor forma parte de la conducta inteligente porque nos ayuda a relativizar y además nos confiere control porque permite que decidamos qué grado de gravedad tiene un asunto o cómo te va a impactar.