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Magariños

La imagen de mujer pactista que han construido los acólitos de Yolanda Díaz choca con su "incapacidad para incorporar y respetar a las organizaciones con arraigo territorial"

Yolanda Díaz y Jorge Javier Vázquez en la presentación de Sumar en abril de 2023.

Yolanda Díaz y Jorge Javier Vázquez en la presentación de Sumar en abril de 2023. / Alejandro Martínez / Europa Press

Curiosa percepción la que tienen de sí mismos algunos políticos cuando llegan a la conclusión de que poco pueden aportar a sus organizaciones políticas pero se aferran a sus cargos públicos, quizás en la creencia de que el común de los ciudadanos es menos importante que sus compañeros de partido. La última en tomar esta decisión ha sido Yolanda Díaz, que deja sus responsabilidades orgánicas en Sumar pero mantendrá la vicepresidencia segunda del Gobierno y el Ministerio de Trabajo. Se marcha tras el batacazo cosechado en las elecciones europeas… apenas un año después de poner en marcha su proyecto.

Desde las elecciones generales del año pasado, en que Sumar aún incorporaba a Podemos, la formación de Díaz ha ido de tropiezo en tropiezo. El más sangrante fue en Galicia, región en la que creció políticamente la vicepresidenta, pero le siguieron País Vasco, Cataluña y ahora las europeas. Su proyecto político no ha conseguido echar a andar entre acusaciones de sus socios territoriales de ningunearles en la toma de decisiones. La última, la designación de Estrella Galán como cabeza de lista a las europeas, una candidata impulsada personalmente por la vicepresidenta aunque en la noche del domingo, tras los malos resultados obtenidos, evitó aparecer junto a ella.

Como casi todo en Yolanda Díaz, el paso a un lado anunciado ayer está medido y tiene por objeto preservar su imagen para poder continuar en el Gobierno de Pedro Sánchez. Sumar se ha convertido en un campo de minas precisamente por sus dificultades para consensuar la estructura de la nueva organización y los choques han sido especialmente virulentos con Izquierda Unida y Más Madrid.

Yolanda Díaz ha preferido resguardarse de esa batalla y seguir pisando moqueta: habrá un líder orgánico y ella se reserva volver a ser candidata. Es curioso que la imagen de mujer con gran capacidad de pacto que han intentado construir sus acólitos tope con su "incapacidad para incorporar y respetar a las organizaciones con arraigo territorial", como denuncia Más Madrid.

Su enfrentamiento con Ione Belarra e Irene Montero ya le llevó a plantarse ante la propuesta del presidente Sánchez de incorporar a Podemos al Gobierno para evitar lo que ha pasado después: la salida de los morados al Grupo Mixto y la necesidad de negociar con ellos cada día en el Congreso.

El proyecto Sumar nació el 2 de abril del año pasado en el polideportivo Magariños de Madrid. "No sería una desgracia que Podemos no estuviera en Sumar", dijo entonces Yolanda Díaz. Por el camino, también se han enrarecido las relaciones con Más Madrid, IU o Compromís. Magariños comienza a ser un nombre maldito para Yolanda Díaz