JUNTA DIRECTIVA NACIONAL

Feijóo se lanza a comerle terreno a Vox y acabar electoralmente con Ciudadanos en vascas y catalanas

El líder del PP reúne a su junta directiva nacional este martes para activar al partido ante el nuevo ciclo electoral y pedirá remover todo el espacio no nacionalista: "La única garantía frente al PSOE que sí o sí pactará con independentistas", advertirá a los suyos

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se reúne con parte del comité de dirección y los portavoces en Congreso, Senado y Parlamento Europeo.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se reúne con parte del comité de dirección y los portavoces en Congreso, Senado y Parlamento Europeo. / DAVID MUDARRA.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Alberto Núñez Feijóo reúne este martes a la plana mayor de su partido en la sede nacional de Génova para abrir el nuevo ciclo electoral: tres comicios en tres meses y mucho en juego. Tras las elecciones gallegas de febrero, en las que el PP obtuvo una nueva mayoría absoluta, el líder conservador se dirigirá a los suyos en la junta directiva nacional con un discurso en clave electoral y un mandato claro: tratar de ampliar la presencia de su formación en el espacio no nacionalista en dos territorios que siguen siendo hostiles para sus siglas: Euskadi y Cataluña.

Mejorar los resultados no será difícil, especialmente en las catalanas de mayo, porque el PP tiene solo tres diputados. Antes, el 21 de abril, vendrán las vascas. Las expectativas no son muy altas, pero el CIS de este lunes, igual que otros sondeos, consolida la posibilidad de mantener los seis diputados que obtuvieron los conservadores en coalición con Ciudadanos. En esta ocasión lo harán en solitario. Y Vox, según la misma encuesta, perdería su única representante en el Parlamento vasco.

Aunque algunos dirigentes nacionales dejan la puerta abierta a un margen de crecimiento en Euskadi, reconocen que el gran objetivo en estas dos citas electorales -las europeas son otra cosa- es más cualitativo que cuantitativo. Y lo que buscan en ambas es representar un espacio político que va más allá del PP y salir de la irrelevancia parlamentaria.

Si en el arranque del año Feijóo fijó como objetivo para Galicia reeditar la mayoría absoluta (un mínimo de 39 diputados), para el nuevo ciclo electoral lo que el líder conservador exigirá es crecimiento y, sobre todo, tratar de ser “decisivos”. Esa será la idea que remarque ante los suyos este martes asumiendo que la irrelevancia política es el peor escenario para un partido que quiere gobernar España.

El viernes Feijóo viaja a Vitoria a apoyar en el arranque de campaña a su candidato, Javier de Andrés. El PP no busca en estas elecciones una adhesión total a su programa y a sus siglas, como tampoco lo hará en las catalanas. El mensaje pretende trascender lo que representa su organización y dirigirse a un público que puede no haber votado antes al PP, pero que quiere rechazar las alianzas del PSOE con sus socios parlamentarios y, sobre todo, dicen en Génova ante las campañas que vienen: “Que no quieren que su voto no acabe en un gobierno de independentistas”. 

Este va a ser el eje político de los populares en las semanas que vienen: remarcarán que votar al PSE en el País Vasco y al PSC en Cataluña “ya no es garantía de que no gobiernen los nacionalistas o los independentistas”.

En cambio, el mensaje que jugarán en su propio beneficio será justo el contrario: “Cualquiera que vote al PP, aunque no comparta otras muchas de sus ideas, sabrá que el objetivo es gestión y no independentismo”, insisten en el entorno de Feijóo. Por el camino, claro está, el gran objetivo del espacio de la derecha es comerse un trozo del pastel que aún hoy atesora Vox y rematar electoralmente con Ciudadanos.

En el caso de Euskadi, el PP piensa acaparar el mismo resultado sin concurrir en coalición con los naranjas, desaparecidos ya en esa comunidad. El otro reto es que Vox no revalide su escaño para exhibir así, como ya ocurrió en Galicia donde la extrema derecha nunca ha obtenido representación, el declive que afronta el partido de Santiago Abascal. 

Por eso, admiten en Génova, será esencial que Vox también pierda fuerza en Cataluña, donde tiene once escaños y dio su primer sorpaso al PP en 2021. Al no alcanzar un acuerdo con Ciudadanos para que se integraran en su lista en Cataluña, el PP ya está decidido a que el partido que llegó a ganar las elecciones en 2017 con Inés Arrimadas al frente firme su defunción electoral. En cuanto a los de Abascal, los populares aspiran a recuperar esa primera plaza en la derecha y que haya una distancia considerable con Vox. Comerle el terreno es una prioridad para terminar el ciclo con lo que esperan sea una amplia victoria en las europeas.

Feijóo ya se dirigió a los votantes de Vox y que también lo fueron de Ciudadanos la semana pasada en Barcelona cuando confirmó a Alejandro Fernández como candidato, con una especie de tándem con Dolors Montserrat al frente de la campaña. No será la única vez que lo haga. Al contrario, el líder del PP pide a los suyos que se vuelquen por completo en recuperar todo ese espacio electoral con referencias directas al electorado perdido.

El PP se mueve en una horquilla de 10 a 14 diputados en las catalanas. Ese escenario serviría para lanzar la idea de un crecimiento importante en una comunidad clave si Feijóo quiere llegar algún día a la Moncloa. Lo que también parece claro, al menos por ahora, es que Salvador Illa firmará una victoria del PSC. Los populares no esconden que pretenden tener un resultado que sea decisivo, como mínimo, “para poner frente al espejo” a los socialistas. Ya en el Ayuntamiento de Barcelona Feijóo decidió ceder sus votos para hacer alcalde a Jaume Collboni y no a Xavier Trias, el candidato de Junts. Si alguna aritmética diera al PP la posibilidad de influir en la gobernabilidad de Cataluña y antes de Euskadi, reconocen en el equipo de Feijóo, “jugarán esa baza para que el independentismo tenga el menor peso posible”.