CASO KOLDO

Génova ve "roto" al PSOE por el desafío de Ábalos: "La adhesión a Sánchez ya no es total"

En el PP entienden que el primer pulso interno al presidente rompe el "apoyo sin fisuras" a Sánchez, que ni siquiera se ha visto durante las negociaciones con los independentistas.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la intervención en la sesión de control.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante la intervención en la sesión de control. / JOSÉ LUIS ROCA.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La derivada política del ‘caso Koldo’, transformada en una intensa crisis interna en el PSOE por el desafío de José Luis Ábalos -decidió mantener el acta de diputado, marcharse al Grupo Mixto y anunció que defendería su inocencia “hasta las últimas consecuencias” a pesar de las exigencias públicas y privadas de su partido- es la que realmente centra la atención del PP.  La ofensiva parlamentaria continúa, como se vio este miércoles en la sesión de control al Gobierno a la espera de que las comisiones de investigación se concreten; y el recorrido judicial seguirá también - “esto no ha hecho más que empezar”-, se empeñan en decir en Génova. Pero lo que importa a ojos de los populares, lo que puede llegar a desestabilizar a Pedro Sánchez, es la sensación de que “algo se ha roto en el PSOE”.

El PP lleva meses haciendo una oposición muy dura contra las alianzas del Gobierno y los independentistas, especialmente por la ley de amnistía que aún se negocia en el Congreso. Los populares están convencidos de que está habiendo “un desgaste” por todas esas cesiones y que internamente ha habido tragos difíciles de digerir. Sobre todo, por el papel determinante que Carles Puigdemont ha vuelto a tener en la vida política española de la mano de Sánchez. Con todo lo que eso está implicando.

Pero las críticas públicas desde el PSOE han sido prácticamente inexistentes y la frustración del partido de Alberto Núñez Feijóo respondía a que Sánchez “seguía aguantando todo”. El estallido del ‘caso Koldo’, el primero de corrupción bajo el mandato del socialista y que señala a personas clave en su propio ascenso como secretario general y, después inquilino de la Moncloa, “hace que todo sea diferente”.

En el núcleo duro de Feijóo entienden que el enroque del exministro de Fomento y sus recados en distintos medios de comunicación prueban que “el nivel de adhesión a Sánchez ya no es total”, y que no solo implica el primer pulso al presidente del Gobierno desde su organización, sino que por primera vez también ven una vía de agua que puede ser peligrosa: “Ese bloque monolítico, ese apoyo sin fisuras, ya no está”, reflexionan. 

El propio Ábalos aseguró en su rueda de prensa del martes, donde confirmó que se quedará el acta fuera del Grupo Socialista, que hacía todo esto por su honorabilidad y que había gente que le pedía seguir adelante. Además, como ha hecho después en otras intervenciones, se quejaba de que su partido estuviera cediendo ante las exigencias de la derecha cuando él no está investigado. Y, sobre todo, advertía que después de él podrían venir otros. No hizo menciones expresas, pero se refería al propio Santos Cerdán, quien introdujo a Koldo García en el equipo de Ábalos en Ferraz, e incluso a los gobiernos autonómicos de Baleares y Canarias, que también aparecen en la trama.

“Si empezamos a hablar de responsabilidades políticas basadas en la capacidad de selección, en la capacidad de vigilancia, pues dígame cuál es el límite de la vigilancia. Hasta dónde debe usted vigilar a los colaboradores y hasta dónde debe creerlos. ¿Cuál es el límite? Por ejemplo, en el límite de selección. ¿Quién se fía de quién en esa cadena de confianzas? Porque las confianzas también se van concatenando. ¿Dónde se pone el límite?”, se preguntaba el exministro este miércoles en una de sus entrevistas.

Para el PP la línea de defensa de Ábalos puede ser muy perjudicial para el Gobierno. En este momento, piensan los conservadores, el Partido Socialista está en shock por el comportamiento de quien lo fue todo en la organización. Pero muchos dirigentes también insisten en el perjuicio tan fuerte que supone esto para un Ejecutivo tan débil y con tantos frentes abiertos.

Feijóo apostó su primer cara a cara con Sánchez tras el estallido del caso a una carta: “Usted lo sabía y lo tapó”. Para el PP “es una evidencia” -está por ver la evolución de las diligencias de la Guardia Civil- que la destitución de Ábalos como secretario de Organización y como ministro en 2021 fue una “absoluta sorpresa” y que en el PSOE no fueron capaces de explicar los motivos. Y esas decisiones las relacionan directamente con que el presidente tuviera conocimiento del caso. Algo que Sánchez ha negado, como también hizo Félix Bolaños ayer en sede parlamentaria.

El PP seguirá estirando el ‘caso Koldo’ y preparan una batería de comparecencias en el Senado que ponga en un brete al PSOE. Y al tiempo insisten en que esta crisis interna “se suma a todas las demás”, remarcando que por ahora ni siquiera tienen pactada la ley de amnistía con Junts (el plazo vuelve a caducar la semana que viene) y los Presupuestos Generales siguen en el aire.

“Todo parece que se desmorona” dice un diputado, mientras reconoce que puede ser la crisis relacionada con la corrupción y todo lo que está provocando el plante de Ábalos lo que termine poniendo en verdaderos apuros a un presidente que hasta ahora podía con todo lo demás.