ELECCIONES 18-F

El PSOE intenta blindar la hoja de ruta del Gobierno tras la debacle: "Se votó en clave gallega"

La legislatura depende del cumplimiento de los acuerdos de investidura con los socios parlamentarios y el debilitamiento territorial del PSOE queda en un segundo plano ante la prioridad de mantener el Gobierno

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, durante el cierre de campaña de las gallegas.

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, durante el cierre de campaña de las gallegas. / Europa Press

Iván Gil

Iván Gil

Control de daños en Ferraz tras la debacle electoral en Galicia. El principal objetivo pasa por encapsular a Pedro Sánchez, pese a su protagonismo en campaña y la nacionalización de los mensajes electorales, para blindar la hoja de ruta del Gobierno. “Seguimos donde estábamos”, defienden en la dirección del PSOE para alejar la lectura en clave nacional de estos comicios: “Se votó en clave gallega”. “La aportación en clave nacional en estas elecciones no fue gran cosa”, aseguran en un primer análisis de urgencia que se profundizará a lo largo de la mañana en la ejecutiva convocada en la sede nacional del PSOE.

El primer examen en las urnas tras los pactos de investidura sitúa al PSOE en su suelo histórico. Por debajo de la barrera psicológica de los dos dígitos. A la espera de que se recuente el voto exterior, el PSdeG cae de los 14 a los nueve escaños y se deja cinco puntos. Una derrota que acusan por los “vasos comunicantes” con el BNG, que escala de los 19 a los 25 diputados, para justificar que el bloque progresista en su conjunto no pierde apoyos, sino que los gana. Un crecimiento que aglutinan los nacionalistas gallegos y que, en cualquier caso, resultó claramente insuficiente para quebrar la hegemonía del PP en Galicia. Los populares, con 40 escaños, resisten con un margen dos diputados por encima de la mayoría absoluta.

Dos menos que hace cuatro años, y ahí es donde ponen el foco en Ferraz para argumentar que la amnistía y su política de pactos con los independentistas no son la causa del desgaste. “La amnistía no les ayuda porque el PP tiene peores resultados. Nosotros también, pero porque el voto se va a otro partido”, analizan los socialistas para rechazar cualquier cambio en su política de pactos en el Congreso. La legislatura depende del cumplimiento de los acuerdos de investidura con los socios parlamentarios y el debilitamiento territorial del PSOE queda en un segundo plano ante la prioridad de mantener el Gobierno.

Lo que sí asumen en Ferraz es la fortaleza del líder del PP, cuya estrategia de oposición sale reforzada. También su liderazgo al frente del partido. Todo ello en el inicio de un ciclo electoral que continuará con las vascas en el segundo trimestre del año y las europeas que se celebrará el 9 de junio. Aunque los socialistas se repliegan ahora para hacer una lectura en clave gallega, su principal objetivo en estos comicios pasaba por socavar el liderazgo de Feijóo.

En la última semana de campaña, el PSOE se agarró a la polémica de Feijóo con los indultos para dirigir el foco a la “gran mentira” de Feijóo. Su pretensión de deslegitimar su estrategia de oposición y ratificarse en la decisión de promover una ley de amnistía con el argumento de que el PP no dudaría en hacer lo propio no ha calado. Por el contrario, las gallegas han reforzado a Feijóo y debilitado a Sánchez. En el PSOE se busca ya sobreponerse colocando el foco del Gobierno en la agenda social y cambiando la conversación.

El espíritu del 23-J, neutralizado

A partir de este lunes, decían en la sede socialista tras la debacle, “a seguir trabajando” en su agenda social. Sin embargo, la vertiente económica y más social del Gobierno central que los socialistas exprimieron en campaña tampoco ha dado resultados. La campaña basada en anuncios con el apoyo del BOE y el Consejo de Ministros no resultó fructífera en las pasadas elecciones municipales y autonómicas y tampoco en las gallegas.

El mensaje de que “España va en la buena dirección, y que nuestra economía crece, crea empleo y lo hace en contextos internacionales complicados”, según el argumentario del partido, no se ha visto respaldado en votos. Tampoco el desembarco de los ministros socialistas y del propio Pedro Sánchez en Galicia. El presidente del Gobierno y líder de los socialistas se recorrió las cuatro provincias y se volcó durante los dos últimos días con el candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro.

La apelación al espíritu del 23-J para confiar en la remontada, se disipó anoche e inutilizó el recurso a la épica de las pasadas generales, cuando contra todo pronóstico incluso crecieron en votos y frenaron un gobierno del PP y Vox. Si bien el miedo puede movilizar más que la ilusión, el BNG se quedó con la bandera del voto útil para empujar el cambio.

"Besteiro se queda"

En clave más orgánica, la rapidez de Ferraz en respaldar a su candidato da cuenta del terremoto en el PSdeG por estos resultados. Tanto en público como en privado, los socialistas se precipitaron en trasladar su confianza en Besteiro para que continúe al frente del grupo parlamentario en la oposición. “Besteiro se queda”, aseguraban para despejar cualquier tipo de duda sobre su continuidad. Un blindaje de Ferraz ante los posibles cuestionamientos que puedan producirse.

El argumento que enarbolan desde el PSOE es que su candidato careció de tiempo para visibilizar su proyecto. El adelanto electoral le habría cortado el paso, y de ahí que entiendan que necesita más margen para afianzarse. En Ferraz están dispuestos a dárselo y siguen considerando que es el más capacitado para mantener unida a su federación en Galicia y pelear por convertirse en la alternativa. “Necesita tiempo. Esto es una carrera de fondo”, subrayan en la dirección del partido para vincular los buenos resultados de Ana Pontón a que lleva años haciendo oposición y que el electorado así lo ha premiado. El PSdeG también necesitará tiempo para recuperarse, mientras que el PSOE intenta pasar página cuanto antes y limitar los daños para que no se contagien a nivel nacional.