Opinión | UNA INVESTIGACIÓN DE ERNESTO EKAIZER

Sánchez-Puigdemont, con el juez García-Castellón en sus talones

El gobierno de José María Aznar nombró al juez Manuel García-Castellón el 26 de mayo de 2000 magistrado de enlace con la justicia francesa, con sede en la embajada española de París

El juez Manuel García Castellón entrando en la Audiencia Nacional, en Madrid

El juez Manuel García Castellón entrando en la Audiencia Nacional, en Madrid / XAVIER AMADO

Adivinanza: ¿en qué se parecen el juez Manuel García-Castellón y Cary Grant, el actor de origen británico, lanzado en 1937 a un estrellato duradero en Hollywood?¿Una pista? En la embajada española de París, cuando actuaba como juez de enlace España-Francia, le llamaban 'Kaplan'.

El gobierno de José María Aznar nombró al juez Manuel García-Castellón (Valladolid, 1952) el 26 de mayo de 2000 -siete años después de llegar desde Valladolid como juez sustituto a la Audiencia Nacional- magistrado de enlace con la justicia francesa, con sede en la embajada española de París. El decreto fue firmado por el vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy.

García-Castellón había conocido a Aznar, cuatro meses menor que él, en Valladolid, cuando era presidente del Gobierno de Castilla y León, entre 1987 y 1989. El juez era entonces titular de juzgado de instrucción número 2. Cuando el 7 de mayo de 1993 llegó a ser juez decano de los juzgados de Valladolid, Aznar ya estaba en Madrid en la campaña de las elecciones generales del 6 de junio de 1993, con la seguridad de ganarlas (y de haberlas ganado, según declararon Alberto Ruiz-Gallardón y Javier Arenas prematuramente aquella noche).

García-Castellón no tardó mucho en seguir los pasos de Aznar a Madrid. Unos meses después de ser designado decano en su tierra, pidió ocupar un puesto vacante, el juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que dejaba el juez Baltasar Garzón para saltar al gobierno de Felipe González. Más tarde como juez de apoyo del juzgado 3 del mismo tribunal le tocó instruir la querella criminal contra el expresidente Mario Conde y los administradores del intervenido Banco Español de Crédito (Banesto). Fue García-Castellón quien le envió de oficio a la cárcel, sin petición del fiscal Florentino Ortí ,en las Navidades de 1994.

Respaldo del PSOE y de Belloch

Fue con respaldo del PSOE y del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, que se creó -una vez terminada la comisión de servicios de García-Castellón en la Audiencia Nacional-un nuevo juzgado para, precisamente, evitar su salida: el juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional.

En aquellas fechas, Mario Conde y su entonces abogado Mariano Gómez de Liaño, gozaban del apoyo de los llamados fiscales “indomables” liderados por Eduardo Fungairiño. Habían fracasado en su batalla por abortar la querella contra Conde, pero seguían torpedeando al fiscal jefe, Pepe Aranda, y cargaban también contra García-Castellón, al que consideraban juez ilegítimo. El Gobierno socialista apoyó la creación del juzgado para García-Castellón como una respuesta a las maniobras de Conde.

La semana del 19 de abril de 1995, el juez García-Castellón estaba de guardia en la Audiencia Nacional. A las 08.05 de la mañana, Aznar se desplazaba desde su casa en la madrileña calle residencial de Arturo Soria y cuando doblaba en la calle de José Silva en dirección a su despacho en el cuartel general de la calle de Génova, estalló un coche bomba colocado por la banda terrorista ETA. Aznar salió caminando por su propio pie, ileso gracias al blindaje de su automóvil. Como resultado de la explosión falleció Margarita González, una vecina de 73 años. García-Castellón acudió inmediatamente a la escena y se hizo cargo de la investigación.

El 6 de octubre de 1999, con respaldo político, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) nombró a García-Castellón miembro de un organismo creado en 1987 llamado Comisión Nacional de Coordinación de Policía Judicial (CNCPJ), en calidad de secretario. Dicha entidad estaba dedicada a coordinar políticas de la policía judicial de varias regiones españolas y en el mismo participaban los ministros de Justicia, Interior, el fiscal General del Estado y consejeros de justicia de las Comunidades Autónomas.

Aunque el CNCPJ debía reunirse con regularidad trimestral lo cierto es que celebraba una reunión al año. García-Castellón fue designado secretario y dirigía una unidad con pocos asistentes y una secretaria personal, agente de la Guardia Civil. Desde allí creó también un llamado Comité Técnico desde el cual enviaba circulares que firmaba como “magistrado-presidente del comité técnico y secretario de la Comisión Nacional de Coordinación de Policía Judicial”. Su sueldo lo pagaba el Gobierno de Aznar, a través del Ministerio del Interior, cuya cartera ejercía entonces Jaime Mayor Oreja. Presidía el CGPJ Javier Delgado y delegaba en el secretario, García-Castellón.

'Le llamábamos Kaplan, nadie le conocía'

Pocos meses después de la nueva victoria de Aznar en marzo de 2000, García-Castellón era nombrado en un puesto de ensueño: magistrado de enlace con la justicia de Francia en París. Eso ocurrió el 26 de mayo de 2000 con el decreto 958/2000 firmado por el rey Juan Carlos y el vicepresidente del Gobierno y ministro de la Presidencia Mariano Rajoy.

El hecho es que cuando en aquellos años, en la embajada española le llamaban o intentaban ponerse en contacto para invitarle a alguna actividad o evento nunca conseguían dar con él. “En París le llamábamos Kaplan. Porque nadie lo conocía. Porque le llamaban para alguna consulta y nunca estaba, se le invitaba a actos, y no aparecía. Cuando le buscabas en Madrid estaba en París y le buscabas en París y estaba en Madrid, nunca se le encuentra, nadie le ha visto. Le pusimos Kaplan por la película de Alfred Hitchcock 'North by Northwest' que en España y América Latina se conoció como 'Con la muerte en los talones', dijo una fuente diplomática a El Periódico de Catalunya.

En el film, una de las joyas del suspense hitchcockiano, Cary Grant interpreta a un ejecutivo del mundo de la publicidad de Nueva York llamado Roger Thornhill que es confundido por unos espías con el agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA) George Kaplan, a quien secuestran y de los que logra huir sufriendo más tarde una persecución implacable. George Kaplan, pues, será invisible en todo el film, convirtiéndose en uno de los datos de la trama que usaba Hitchcock y que llamaba Mcguffin para desarrollar la trama sin que fuera un tema relevante.

Lo cierto es que, según ha podido averiguar este diario, es que García-Castellón solía residir en Madrid y desde “la unidad con un par de funcionarios y una secretaria que era Guardia Civil, organizaba viajes puntuales a París”, señaló una fuente familiarizada con esa oficina.

”Solía viajar con un algún cargo gubernamental e incluso iba en el mismo avión que tú, se bajaba con su maleta y te esperaba a la salida para acompañarte, y podía volver en mismo avión”, apuntó la fuente. Un magistrado jubilado añadió a este diario: “Una funcionaria de la justicia francesa en cierta ocasión preguntó al presidente de la Audiencia Nacional por un tema de etarras en Francia, a lo que el magistrado dijo que ese asunto era mejor hablarlo con el juez de enlace en Francia. La funcionaria, sorprendida, dijo: Ah tenéis un magistrado de enlace, no lo sabía”.

Sería injusto deducir que su destino en París solo fue una promoción del Partido Popular. En diciembre de 2006, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, le volvió a nombrar en el mismo destino. La ministra de la Presidencia y vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, firmó el decreto por el cual se le nombró en idéntico puesto. Y en 2012, cuando el PP quiso premiar al juez Juan Pablo González, de la Audiencia Nacional, le envió a París, pero no trasladó a Madrid al juez García-Castellón. El gobierno de Rajoy le nombró el 23 de marzo de 2012 juez de enlace en Italia, con sede en la embajada española en Roma.

Con el comisario Pedro Agudo

Allí coincidió García-Castellón con el comisario Pedro Agudo, quien en las conversaciones grabadas con el que fuera secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, explicó que confiaba plenamente en el juez, a quien, dijo, le ayudaba en Roma a elaborar sus informes a Madrid. Problema: hacia 2017 los escándalos de corrupción se investigaban en el juzgado central de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. El juez a cargo de manera interina era Eloy Velasco, quien aspiraba a ser nombrado en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Durante la instrucción de casos como Lezo y Púnica, las informaciones aparecían diariamente en los medios.

En una de las reuniones del consejo de ministros, según pudo confirmar El Periódico, de Prensa Ibérica,, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, exigió ayuda porque, dijo, “la Audiencia Nacional parece atender solo los casos del PP”, en referencia al juez Velasco.

Ya en las conversaciones grabadas entre Eduardo Zaplana y el vicepresidente de la Comunidad de Madrid investigado en la operación Lezo, Ignacio González se fue de boca:

-"Vamos a ver Eduardo. Tenemos al gobierno, al Ministro de Justicia…Yo le llamo a este [el de Roma, Manuel García-Castellón] y le digo: `Oye, ven aquí, el titular aquí y a este [Velasco]…a tomar por culo, pero ¿ qué te cuesta esto? Y a este tío le pones a escarbar cebollinos, joder, y ya está, pero qué cojones de chantaje? Pero, como en todo el mundo ve que esto funciona [ es decir que nadie pone coto] pues ancha es Castilla".

El Ministro de Justicia, Rafael Catalá, intentó buscar una salida satisfactoria para Velasco (no la de enviarle a escarbar cebollinos, lógicamente), pero, además, tenía que contar con García-Castellón, con quien tenía amistad, para repatriarlo a la Audiencia Nacional. Habló muy seriamente con el juez. Le explicó que al PP le “están dando hasta en el carné de identidad” y le urgió a asumir el juzgado del que era titular. En mayo de 2017, García-Castellón prepara el regreso. “Bueno seamos sinceros, es que no volvía porque en realidad cuando estaba destacado en Roma seguía en Madrid con su pequeña unidad que le organizaba los viajes a la ciudad eterna”, dijo un fiscal enterado de la trayectoria del juez.

García-Castellón siempre se ha sabido rodear de jueces de apoyo en la Audiencia Nacional. Uno de ellos es Alejandro Abascal, ahora juez interino en el juzgado central número 1 de la Audiencia Nacional; otro es Joaquín Gadea, juez de apoyo en juzgado de instrucción número 6, es decir, con García-Castellón. Muchos de sus escritos más largos y pretendidamente más enjundiosos son elaborados colectivamente, por así decir. Pero, además, se sustentan en los informes elaborados por la Guardia Civil, que constituye la columna vertebral no solo de la información sino, incluso, de las calificaciones jurídicas.

Y la Guardia Civil como Policía Judicial mantiene unas relaciones muy estrechas con el juez. Cuando empezó en agosto de 2023 a insinuarse la posibilidad de la amnistía, la Guardia Civil comenzó a elaborar una nueva serie de informes sobre Tsunami Democràtic, llegando finalmente a señalar el delito de terrorismo, una concepción que se remonta a la reforma de terrorismo extensivo realizada por el PP de Rajoy y que la senadora de Esquerra Republicana de Cataluña, Ester Capella, combatió a capa y espada, vaticinando sus efectos perversos. “Ahí está la raíz. Pero el PSOE se abrazó al PP pese que hicimos todo lo posible para evitarlo”, señala la actual consellera de Territori de la Generalitat.

El 7 de noviembre de 2023, el juez García-Castellón -que es afiliado a la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM) y fue tesorero de la misma- ya sabía adónde se dirigía. Ante los invitados del Foro del periódico de Ourense 'La Región' respondió a una pregunta sobre la nueva ley en curso: “La amnistía no está prohibida en la Constitución, pero en la Constitución tampoco pone que esté prohibida la esclavitud” 

El arma de destrucción masiva: el caso Tsunami Democràtic.

Junts per Catalunya salta la comba que mueve García-Castellón y en lugar de contribuir a colocar la ley de amnistía en el Boletín Oficial del Estado cuanto antes ha provocado un paso atrás.

Mientras, el juez – al menos hasta enero pasado- sigue como secretario de la Comisión Nacional de Coordinación de la Policía Judicial -casi vitalicio- aunque eso sí, su salario lo paga el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska.