Negociaciones

Sánchez transmitirá al Rey que puede ser investido y formar Gobierno "muy pronto"

El PSOE tiene prisa. Lleva semanas acusando a Núñez Feijóo de "hacer perder el tiempo" a los españoles, pero la dirección del partido desinfla la idea de que este martes se vaya a conocer la fecha del debate

Pedro Sánchez, el pasado viernes en el Congreso.

Pedro Sánchez, el pasado viernes en el Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Juan Ruiz Sierra / Miguel Ángel Rodríguez

Pedro Sánchez será este martes nombrado por el Rey, salvo sorpresa mayúscula, candidato a la investidura. El líder socialista lleva más de un mes parapetado tras el encargo que Alberto Núñez Feijóo recibió del jefe del Estado, mientras su partido avanzaba en los contactos discretos con los partidos (ERC, Junts, Bildu, el PNV y el BNG) sobre los que quiere construir la reelección. Pero ahora el escenario ha cambiado. Tras el fracaso la semana pasada del líder del PP, llega el momento de la verdad. La investidura "auténtica", según las palabras del propio Sánchez, que se reunirá con Felipe VI a las 10 de la mañana y le transmitirá, según su entorno, lo mismo que le dijo en agosto: considera que tiene muchas posibilidades de ser reelegido y quiere intentarlo. 

¿Cuándo? "Muy pronto". El PSOE tiene prisa. Lleva semanas acusando a Núñez Feijóo de "hacer perder el tiempo" a los españoles, pero la dirección del partido desinfla la idea de que este martes se vaya a conocer la fecha del debate en el que Sánchez someterá su proyecto de coalición con Sumar al examen del Congreso. La idea con la que trabajan los socialistas, como avanzó este diario, es la de que el debate de investidura y la formación de Gobierno tengan lugar antes de que termine octubre. Aún así, subrayan que no solo depende de ellos, sino de los partidos a los que apelan. Sobre todo, de ERC y Junts per Catalunya, con la hipotética ley de amnistía al ‘procés’, que con casi total seguridad llevará otro nombre para evitar la fatídica palabra, en el centro del debate.  

Díaz presiona al líder del PSOE y asegura que Sumar está "lejos" de cerrar un acuerdo, pero da por hecho que habrá coalición

Republicanos y posconvergentes dieron un "susto" al PSOE el pasado jueves, al aprobar una resolución en el Parlament en la que condicionaban su apoyo a Sánchez a que este se "se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum" sobre la independencia de Catalunya. Una convocatoria de este tipo nunca había formado parte de las negociaciones, y los socialistas dejaron ese día claro a través de un comunicado que no estaban dispuestos a pasar por ahí. Fue un toque de atención

Pero los colaboradores de Sánchez creen que todo ha vuelto a su lugar. "No habrá referéndum", argumentan. En este sentido, subrayan que ni Carles Puigdemont ni Oriol Junqueras pusieron la consulta como requisito para la investidura en sus discursos del pasado domingo, en el séptimo aniversario del 1-O. También añaden que Marta Rovira, secretaria general de ERC, frenó este lunes la reivindicación, al pedir solo que el PSOE acepte una "mesa de negociación con garantías para hablar sobre cómo se vota en Catalunya". Es decir, algo similar a lo que los socialistas ya pactaron tras las generales de 2019 a cambio de la abstención de ERC: la llamada "mesa de diálogo", en la que el Govern pedía abordar el referéndum y el Ejecutivo cerraba esa puerta. 

La presión de Sumar

Sánchez, explican en su entorno, solo trabaja con un escenario: la investidura. No contempla la repetición electoral. Si no lograse ser reelegido antes del 27 de noviembre, se convocarían automáticamente comicios generales, pero el presidente en funciones rechaza esa hipótesis. Y con él, su compañera de coaliciónYolanda Díaz, vicepresidenta segunda, ministra de Trabajo y líder de Sumar. 

"Sin lugar a dudas vamos a concitar un Gobierno progresista", dijo Díaz este lunes, en la primera jornada de la nueva ronda de audiencias con el Rey, que concluirá el martes con las reuniones con Sánchez y Núñez Feijóo en el palacio de la Zarzuela. En un intento de presionar al PSOE, la vicepresidenta señaló que su partido estaba “todavía lejos de apoyar” a Sánchez. Los socialistas han querido dejar para el final la negociación programática con su socio minoritario en el Ejecutivo, priorizando las conversaciones con el independentismo catalán, algo que ha provocado alguna queja por parte de Sumar. Pero ambos aliados dan por hecho que habrá acuerdo. 

“Sumar quiere ganar derechos para España", repitió varias veces Díaz durante su comparecencia tras el encuentro con el jefe del Estado. Entre las medidas que quiere cerrar con el PSOE, citó reducir la jornada laboral, elevar la indemnización por despido, crear una ley que establezca tiempos máximos de espera en los hospitales e incluir la salud bucodental en la sanidad pública. 

Fuentes del entorno de Díaz aseguran que en estos asuntos "no hay acuerdo" y que no están dispuestos a estar en el Gobierno "para no hacer nada". Sin embargo, se muestran convencidos de que el pacto se terminará materializando. Díaz no se atrevió a marcar un límite temporal y pidió llevar las negociaciones con reserva. Un mensaje que mandó directamente a ERC y Junts después de que en los últimos días hayan reiterado sus peticiones a Sánchez en público: "Le pido a todas las partes discreción y responsabilidad".

Sin citas con Felipe VI

Ni republicanos ni posconvergentes aceptaron reunirse con el Rey. Tampoco lo hicieron EH Bildu y el BNG. Pero sí el PNV, que optó por el silencio tras el encuentro, y Coalición Canaria. La formación del archipiélago, que apoyó a Núñez Feijóo en su fracasada tentativa de llegar a la Moncloa, solo tiene en el Congreso una diputada, Cristina Valido. Pero su voto puede tener gran trascendencia. Si los socialistas consiguen su respaldo a la reelección de Sánchez, ya no necesitarían el ‘sí’ de los siete escaños de Junts. Les bastaría con su abstención. “Nuestra predisposición es hablar siempre. Si quieren hablar, nosotros hablaremos y escucharemos”, dijo Valido, centrando las futuras conversaciones en cuestiones sectoriales y de financiación de su comunidad autónoma, sin fijar la amnistía como línea roja.