APUNTES POLÍTICOS DE LA SEMANA

El referéndum no rompe la baraja: la negociación para la investidura de Sánchez continúa

Las negociaciones entre el PSOE y el independentismo entran en una nueva fase con un ligero contratiempo: ERC y Junts se aliaban en el Parlament

El referéndum no rompe la baraja: la negociación para la investidura de Sánchez continúa

El referéndum no rompe la baraja: la negociación para la investidura de Sánchez continúa

Júlia Regué

Júlia Regué

No hubo 'tamayazo', solo una confusión del diputado de Junts, Eduard Pujol, que terminó en el registro como voto nulo. Alberto Núñez Feijóo no es presidente del Gobierno y Pedro Sánchez no quiere perder más tiempo. El reloj está en marcha y las negociaciones entre el PSOE y el independentismo entran en una nueva fase, la decisiva, con un ligero contratiempo: justo el día en que el candidato socialista a la reelección como presidente del Gobierno se preparaba para pisar el acelerador y pulir una ley de amnistía, ERC y Junts se aliaban en el Parlament para defender un compromiso sobre un referéndum como condición a sus 14 'síes'.

La 'claridad' de la consulta

El 'president' 

Pere Aragonès

 llegó al debate de política general consciente del cerco al que le iba a someter la oposición ante su debilidad parlamentaria. Ningún partido solicitó alterar el calendario para que evitar que coincidiera con la investidura fallida de Feijóo, así que el jefe del Govern usó la Cámara -y las dos horas de ventaja respecto al discurso del líder del PP- para elevar el precio que había fijado el 'expresident' Carles Puigdemont a Sánchez. Reclamó establecer las bases para un referéndum antes de 2027. Pretendía quitar el foco de la amnistía y, al fin, lograr cerrar la carpeta de la desjudicialización para abrir la de la autodeterminación, cuyos frutos ansía a menos de un año y medio de las elecciones catalanas.

Junts

no iba a quedar atrás en su competición con Esquerra por ser el referente independentista en el Congreso, así que había que exhibir recelos, después pactar el redactado y finalmente calmar al PSOE. Lo cierto es que el texto aprobado, que generó enojo y decepción en la bancada socialista, no establece calendario alguno y rebaja el tono empleado por Aragonès.

ERC

y Junts se reafirman "en el ejercicio del derecho a la autodeterminación", algo a lo que nunca han renunciado, y acuerdan encauzarlo por la vía del pacto a las puertas del sexto aniversario del unilateral 1-O. "Podrá ser sustituido por un nuevo referéndum acordado por el Estado", apuntan, para desembocar en que no se avale un

Gobierno

"que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones" para una consulta.

Se trata pues de una mera declaración vendida con mucha pompa. No piden un referéndum, sino un 'avance' en la construcción de un marco que lo estudie, lo que algunos dirigentes republicanos ya traducen como un compromiso para mantener la mesa de diálogo, aunque cambie de nombre para que regrese Junts, y que ahí se analice la propuesta de acuerdo de claridad de Aragonès, que está ultimando el consejo de académicos que designó.

Los contactos al más alto nivel

Lejos de ser la semilla de la recuperación de la unidad independentista, la iniciativa parlamentaria fue la enésima exhibición de un choque incesante. Hubo teatralización: ERC buscaba que Junts reconociera la autoridad del Govern en las conversaciones con el PSOE, tras haberle restado toda legitimidad desde el atril del hemiciclo, mientras los posconvergentes trataban de 'colar' en la petición de la amnistía a su presidenta Laura Borràs, condenada por prevaricación y falsedad documental. Ambas partes cedieron aceptando el arbitraje de la CUP: el Executiu "se sumaba al esfuerzo colectivo" para la exoneración de las causas judiciales de aquellos investigados "por motivos políticos".

Tanto el PSOE como el PSC afearon a los negociadores el "postureo" de llevar al pleno las condiciones a Sánchez y que entre ellas constara un paso que no están dispuestos a dar, la votación sobre la independencia, apenas unas horas antes de que Feijóo volviera a ser sometido a votación en el

Congreso

, conscientes de que cuatro 'síes' de más le hubieran convertido en presidente.

Hubo contactos al más alto nivel para rebajar la tensión. El enfado socialista se hizo notar y hubo voluntad por parte del independentismo de calmar las aguas alegando que la negociación real con se da entre bambalinas y recordándose que la discreción autoimpuesta está acercando el pacto.

Los primeros triunfos

Hay sintonía entre Junts y el PSOE, y un cúmulo de rencores con ERC, especialmente por asegurar que "corren documentos" sobre la amnistía. La petición "y el esfuerzo" del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para la oficialidad en la

Unión Europea

y que el Ministerio del Interior haya solicitado a Europol que corrija un informe que tilda de terrorista al independentismo se exhiben como primeros triunfos por parte de JxCat. El "referéndum" no rompe la baraja, la negociación continúa.