INVESTIDURA DE FEIJÓO

El PP avisa de la "degradación institucional" tras el voto nulo de Junts y estudia ir al TC

Los populares denuncian una decisión "arbitraria" de Armengol y consideran que su decisión de anular el voto del diputado Eduard Pujol sienta "un precedente muy grave"

El equipo jurídico estudia distintas vías, pero apuntan a que la instancia sería el Tribunal Constitucional

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, durante la discusión sobre el voto de un diputado de Junts.

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, durante la discusión sobre el voto de un diputado de Junts. / ALBERTO ORTEGA.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La investidura de Alberto Núñez Feijóo terminó con 172 votos afirmativos (los del PP, Vox, Coalición Canaria y UPN) y 177 en contra. Uno menos que en la primera votación (cuando fueron 178) por el error del diputado de Junts, Eduard Pujol, que acabó siendo contabilizado como nulo por decisión de la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol. “Una arbitrariedad más”, señalan fuentes de la dirección del grupo parlamentario popular, que insisten en que “se sienta un precedente muy grave” al “cambiar una votación sin ningún tipo de criterio”.

El resultado final no quedaba alterado porque la investidura de Feijóo en ningún caso podía prosperar. Si se hubiera contabilizado como un sí, aún le habrían faltado otros cuatro votos. Pero el PP considera que el episodio es “gravísimo” por el “precedente tan preocupante” si se mantiene tal y como decidió finalmente la presidencia. “Lo importante aquí no es el resultado. Es la actitud. Decir la ley soy yo y cambio la votación”, concluyen en el entorno del líder popular, explicando que estudiarán todas las vías para tratar de recurrir la decisión o ver la manera en la que darán la batalla. 

“No podemos dejarlo sin más. El voto nos da igual. Pero la degradación institucional va a más. Están pasando cosas muy graves en esta Cámara”, se quejan dentro del partido conservador. La instancia para recurrir, reconocen a este diario en la dirección nacional, sería el Tribunal Constitucional. Al término del pleno dirigentes del PP se vieron para hacer un primer análisis de lo sucedido y ahora los equipos jurídicos estudiarán a fondo lo que se puede hacer, según explican a este diario.

Cuando le llegó el turno de votación (públicamente por llamamiento y emitiéndose de viva voz) el diputado independentista dijo “sí” a la investidura de Feijóo. La secretaria cuarta de la Cámara, la popular Carmen Navarro, se encontraba en ese momento en la tribuna efectuando los llamamientos de los parlamentarios y ratificando su voto. El miembro de la Mesa lo que hace es repetir la respuesta de cada diputado. Al “sí” de Pujol le siguió un “sí” de Navarro, que continuó llamando a los siguientes en la lista. El diputado catalán, ya después de que la secretaria hubiera sancionado su voto, dijo “no” mientras volvía a sentarse en el escaño.

El diputado de Junts, Eduard Pujol, que se equivocó votando a favor de Feijóo.

El diputado de Junts, Eduard Pujol, que se equivocó votando a favor de Feijóo. / SERGIO PÉREZ.

Fuentes populares insisten en que el diputado “ni se quejó”, ni paralizó el pleno, ni mostró una disconformidad como la vivida el miércoles durante la primera votación, cuando el diputado del PSOE por Teruel, Herminio Rufino Sancho, cometió el mismo error. La persona que encargada en ese momento de confirmar los votos era la socialista Isaura Leal. Cuando Rufino dijo “sí”, ella repitió “sí” y acto seguido preguntó “¿perdón?”. El parlamentario se levantaba de inmediato de su escaño e insistía: “No, no. Perdón”. Una actitud muy distinta a la que mantuvo Pujol el viernes.

“Aquí lo grave es que la presidenta decida arbitrariamente que declara un voto nulo. Cuando ni siquiera cabe esa posibilidad". En el PP insisten en que el artículo 86 del reglamento lo que dice es que “un secretario nombrará a los Diputados y éstos responderán «sí» o «no» o «abstención»”. Por eso, los populares consideran que anular el voto no se ajusta en ningún caso a la norma. Consideran que la presidenta debió hacer caso a los letrados, que consideraron, en las conversaciones improvisadas que mantuvieron durante minutos de pie con el resto de miembros de la Mesa, que debería contarse como un “sí”.

"Armengol cambió de opinión"

De hecho, en el PP aseguran que Armengol tenía decidido considerarlo afirmativo. “Las cosas estaban clarísimas”, insisten. Y que, al final, decidió "cambiar de opinión". Hay diputados conservadores que aseguran que “recibió instrucciones” para esa decisión, teniendo en cuenta que parecía haber tomado otra en un inicio. En todo caso, insisten en que si tenía dudas debió aplazar la decisión hasta convocar una reunión de la Mesa extraordinaria para debatirlo.

“En el Congreso el voto de los diputados es lo más sagrado. Y para que sean respetados, no se ponga en duda su validez ni su legalidad, debe prevalecer el principio de inmediatez. Un diputado no puede cambiar de voto cada vez que se le venga en gana”, zanjan.

“La actitud de da igual todo, hoy anulo el voto y el miércoles sí permito cambiarlo, es absolutamente arbitraria. No se puede consentir esto en las instituciones”, reflexionan algunos de los diputados con más legislaturas a las espaldas del grupo popular.

Lo que exponen en el grupo parlamentario socialista para explicar la decisión de Armengol es que cuando se vota presencialmente con el botón de voto (y no por llamamiento como en este caso), se tienen unos segundos para votar y rectificar si alguien se ha equivocado. En el caso del voto telemático también existe la confirmación del sentido del voto. Esto fue precisamente lo que desarmó en su día al diputado del PP, Alberto Casero, que se equivocó en la reforma laboral salvando la norma estrella del Gobierno. No pudo alegar que era un error porque utilizó el sistema de doble confirmación. No había duda.

Lo que dice el PSOE es que en el voto de viva voz, el diputado “ha cambiado su voto antes de sentarse”. “Primero ha dicho sí y luego ha dicho no”, explican, mirando al papel de Carmen Navarro: “A diferencia del caso de Rufino Sancho, donde la secretaria recogió la rectificación, la secretaria en este caso ha mantenido que el diputado votaba sí”. Y añaden: “Ante la discrepancia entre la voluntad expresada por el diputado y lo manifestado por la secretaria, la presidenta ha decidido anular el voto”. Las discrepancias de ambos, en todo caso, fueron escenificadas de manera muy distinta.