Presentación de 'Jaque Mate', de Ernesto Ekaizer

El llanto del fiscal y los poderes de Villarejo

Ante un auditorio lleno de personas adscritas de un modo u otro a las fiscalías y a otros instrumentos de la justicia, Ekaizer recordó que "Villarejo ya era confidente de María Dolores de Cospedal", ministra de Defensa de Rajoy

Presentación del libro 'Operación jaque mate' de Ernesto Ekaizer.

Presentación del libro 'Operación jaque mate' de Ernesto Ekaizer. / David Castro

Juan Cruz

Juan Cruz

La biblioteca del Ateneo de Madrid tiene 300.000 volúmenes. Bajo un buen número de ellos Ernesto Ekaizer, periodista, escritor, autor de Jaque Mate (Bruguera), presentó los cargos con que la historia, según él, tendría que analizar los poderes ejercidos por el Gobierno de Mariano Rajoy y por el policía Villarejo para borrar del mapa al Fiscal Ignacio Stampa, y empujado a ese otro destino por la que fue ministra socialista Dolores Delgado.

Ekaizer presentó el acto explicando el papel que jugó el citado Villarejo a favor de los gobiernos de Rajoy. Esa misión de ayuda a los intereses gubernamentales fue especialmente decisiva entre 2012 y 2017. Rajoy había llegado al poder en 2011 "con un problema interno, Bárcenas, hasta que le brota el independentismo catalán". Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, "se rodea de especialistas en represión, y de Villarejo", que vendría a ser "el principal agente del PP". 

Ante un auditorio lleno de personas adscritas de un modo u otro a las fiscalías y a otros instrumentos de la justicia, Ekaizer recordó que "Villarejo ya era confidente de María Dolores de Cospedal", ministra de Defensa de Rajoy. Tenía como misión encontrar "los dichosos papeles de Bárcenas". En el marco de esa pesquisa, Villarejo les llega a los gobernantes de ese momento con la supuesta información de que el padre del líder del PSOE, Pedro Sánchez, "era dueño de una cadena de saunas en las que supuestamente se ejerce la prostitución". Con esa infidencia se trataría de "cortar de cuajo la carrera política" del líder socialista.

Al servicio del presidente

Era la primera vez que Villarejo estaba tan alto en el escalafón de sus tareas, así que se puso "completamente" al servicio del presidente con "acceso directo a los principales cargos". A Ekaizer, según éste dijo ante el nutrido auditorio, en medio del silencio de la biblioteca del Ateneo, le interesaban "los hechos" de Villarejo, no las “interpretaciones” de éste. Esa es la base de Jaque Mate, "un libro sobre el funcionamiento de la Audiencia Nacional, que son seis jueces, con seis rostros concretos, que en el caso de Villarejo se ocupan de perseguir a gente muy poderosa, con grandes relaciones con el poder, que afrontan una batalla encarnizada".

Ocurrió que Villarejo es arrestado el 3 de noviembre de 2017, de acuerdo con una orden que da la policía, no un juez. Entonces "sonaba el nombre del rey, así que el asunto era más delicado y no había que contaminar el procedimiento". 

Entonces se pacta la salida del juez De Gea, que se va en 2019, siendo sustituido “por un juez todavía más vinculado al PP, Manuel García Castellón, una especie”, dijo Ekaizer, “de portero del PP”. García Castellón imputa a Dolores de Cospedal, por ejemplo, “un par de meses y luego él mismo la desimputa, diciendo que no se puede criminalizar el derecho de reunión en España, y era evidente que ella y Villarejo se habían reunido, pero para él eso no implicaba que ella fuera una de las principales patas políticas de una trama. Y, además, curiosamente lo hace en verano, la temporada en que los jueces quieren quitarse de encima las cosas” complicadas.

Lo esencial de la instrucción de ese juez, según el autor de Jaque Mate, “es que parecería como si él hubiera trazado una línea roja que no se puede saltar: Cospedal y el PP. “Cospedal es intocable, o inviolable. La sala apoya al instructor y Cospedal queda fuera del caso”. Cuando Pedro Sánchez accede a la presidencia nombra ministra de Justicia a Dolores Delgado y durante su mandato, a raíz de las filtraciones, toma la decisión “de cargarse [al fiscal] Ignacio Stampa”. 

Circulan audios en que se implica a Delgado y a su pareja, Baltasar Garzón. Esa es la raíz de que la nueva ministra “persiga implacablemente” al citado fiscal, hasta que “se lo carga”. En una de las idas y venidas de la cárcel, el tan citado Villarejo le espetó al fiscal Stampa: “¿Todavía no te han echado, podemita?”.

Junto a Ekaizer se sentaron en la biblioteca del Ateneo tres fiscales protagonistas de aquellos tiempos y que siguen siéndolo, Carlos Ruiz de Alegría, Salvador Viada y Pedro Crespo. Ruiz de Alegría incidió en la persecución de Stampa. “Fue un caso torticero, la verdad”. Él se encontró con que “la hoy fiscal general del Estado vino a decir que ahora había que archivar la investigación”. A Stampa le habían inventado una relación con una abogada de Unidas Podemos, así como otros elementos incriminatorios que tenían como objetivo “decapitarlo”. Según Viada, querían decapitar también al propio Ruiz de Alegría, en virtud de explicaciones que, dijo Pedro Crespo, “a mi no me cuadraban”. El autor del libro corroboró: “Dolores Delgado fue tan implacable fue como fiscal contra Stampa como para obtener aquella oficina de la Fiscalía y para hacerse hoy con la oficina de la Memoria Democrática”.

La intervención de Stampa

El hombre al que querían tantos fuera de la carrera (al que Villarejo había dicho: “¿Todavía no te han echado, Podemita?”) estaba en la biblioteca, a cuatro pasos de los que mantenían esta tertulia en torno a Jaque Mate. Y Ekaizer lo invitó a hablar. Stampa se tragó un sollozo, y confesó que, en el curso de aquella persecución, había llorado… Él, dijo, había sido abandonado por la carrera fiscal, “y escuchar hoy a este par de fiscales me reconforta”. Agradeció al autor “que sea de las únicas personas que han contado mi historia, de la que se cuentan interesantes aspectos en el libro. Carlos [Ruiz de Alegría] fue mi mirlo blanco. El 19 de noviembre de 2020 me ve llorando porque yo ya había leído los papeles crueles [que certificaban su expulsión de aquella fiscalía]y él me dijo: Si me vuelven a dar órdenes yo no las voy a cumplir. Y lo hizo. Salvador es el fiscal que ha denunciado todo lo que he sufrido. Me defendió a mi y defendió a Carlos. Cuando vi lo que me estaban haciendo, comencé a pedir las órdenes que eran ilegales y me embarqué en un cruzada judicial. Hasta ahora llevo seis procedimientos contenciosos contra la Fiscalía General del Estado, porque no me dan los papeles que pido. Todas las maldades que se hicieron conmigo constan por escrito. Hasta ahora sólo he hablado en una entrevista reciente, pero de forma muy respetuosa. Me duele tanto lo que me ha pasado que creo que ya no debo callarme”.

Cuando terminó de hablar el fiscal, que ahora pena en destinos madrileños de menor importancia, uno de los asistentes, de nombre Pancho Viñas, ajeno a cualquier instancia judicial, hizo esta pregunta:

-¿Se puede legislar la honestidad?

El fiscal Pedro Crespo le dio esta respuesta: “No se puede legislar la honestidad pero sí los comportamientos que ayuden a que prevalezca la honestidad. Se pueden legislar la transparencia, las garantías del Estado de Derecho, que permiten vigilar a los funcionarios públicos, que deben estar sujetos a determinadas reglas de conducta”.

Sobre el autor del libro, mientras organizaba el coloquio y exponía sus propias conclusiones a partir de Jaque Mate, sobresalían dos gruesos volúmenes de la colección de arte del Ateneo. Uno era sobre Paul Cèzanne y el otro rezaba sobre la obra de Rembrandt. Los viejos relojes del salón que una vez presidió Manuel Azaña estaban parados en algún siglo pretérito, acaso como la justicia de la que llevaban hablando tres horas en esa biblioteca.