Gira europea

Sánchez evita el choque político en su reunión con Meloni en Roma

El presidente español prioriza la búsqueda de acuerdos con la primera ministra italiana frente a las críticas a la extrema derecha

Sánchez y Meloni centran su primer encuentro en la agenda común y esquivan su distancia política

Vídeo: AGENCIA ATLAS

Juan Ruiz Sierra Irene Savio

Pedro Sánchez ha evitado este miércoles cualquier crítica a la ultraderechista Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, durante la comparecencia que ambos dirigentes han llevado a cabo en Roma. La visita del jefe del Ejecutivo español se enmarca dentro de las giras preparatorias de la presidencia de la UE, que el líder del PSOE asumirá en el segundo semestre del año, y hasta ahora todos estos encuentros con sus homólogos (en Austria, Finlandia, Croacia o Irlanda, entre otros países) se habían saldado solo con buenas y diplomáticas palabras. Pero esta reunión era distinta.

Sánchez, que se ha referido a Meloni como "querida Georgia", incluso ha subrayado las coincidencias en un asunto tan sensible como la

migración

. "Hay que hablar menos de la dimensión interior de la migración y más de la exterior, hablando con los países de origen y tránsito", ha señalado el presidente español.

"Son muchos los temas que España e Italia tienen que afrontar. Son muchas las convergencias que hemos encontrado estos meses en el Consejo Europeo. Es muy importante esta relación", ha añadido Meloni en la comparecencia tras una reunión que se ha prolongado durante más de una hora y media, incluyendo el almuerzo. "Queremos dar fuerza a nuestras raíces comunes, vínculos históricos. Somos dos países mediterráneos muy parecidos. Queremos promover esta relación”, ha añadido.

La conexión con Vox

Sánchez ha hecho bandera en España de la necesidad de detener a la extrema derecha. Sobre todo, en este año electoral, con municipales y autonómicas en mayo y generales en diciembre. Casi todas las posibilidades de que el PP gobierne pasan por los pactos con Vox. De todas las visitas a los estados miembros de la UE, esta era con diferencia la más delicada. Meloni es el principal referente de Santiago Abascal, el espejo en el que se mira el líder ultra para asegurar que él también puede llegar al poder. La primera ministra italiana tampoco ha escondido estas conexiones. 

El pasado 12 de junio, por ejemplo, durante un mitin de Vox celebrado en Marbella con Abascal y Macarena Olona, dentro de la campaña electoral andaluza, Meloni fue la gran estrella. "Sí a la familia natural, no a los lobis LGTBI, sí a la identidad sexual, no a la ideología de género, sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte, sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista, sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva, sí a la soberanía de los pueblos, no a la inmigración masiva, sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas, sí a nuestra civilización y no a quienes quieren destruirla", dijo entonces la líder de Fratelli d’Italia, en unas palabras de las que se distanció meses después.

Una moderación sobrevenida

En los días previos a este viaje a Italia, La Moncloa se había agarrado a este sobrevenido proceso de moderación experimentado por Meloni. Los colaboradores del presidente rechazan iniciativas como el reciente real decreto del Gobierno italiano, muy criticado por las oenegés, que limita el número de rescates a migrantes y asigna puertos lejanos para el desembarco de buques. Pero también señalan que Meloni ha permitido en los últimos tiempos que los barcos atraquen y que Italia no ha abandonado el grupo MED5, que comparte con España, Grecia, Chipre y Malta (los países de la frontera sur de la UE) para intentar controlar los flujos. 

Pero, sobre todo, las mismas fuentes insisten en que el objetivo de esta reunión, la primera bilateral entre Sánchez y Meloni, era preparar la inminente presidencia española de la UE, que se desarrollará durante el segundo semestre del año, y que aquí no se trataba de “contrastar modelos políticos”, sino de buscar los “elementos comunes”, en materias como la reforma del mercado eléctrico y de las reglas fiscales, que ambos países coinciden en que se deberían aprobar antes de fin de año, coincidiendo con la presidencia española de la UE. Los países, insisten, están “por encima” de los gobiernos. En cualquier caso, el presidente español sí ha subrayado las afinidades ideológicas en otras visitas dentro de estas giras. Por ejemplo, a principios del mes pasado, en Helsinki junto a la presidenta finlandesa, la socialdemócrata Sanna Marin. O el pasado martes, en La Valeta con el laborista maltés Robert Abela.

Así que Sánchez, que a principios de año pidió en Davos luchar contra la ultraderecha "con la misma determinación con la que los ucranianos luchan contra los invasores rusos", aparcó la crítica en su comparecencia junto a Meloni. Y no ha habido posibilidad de preguntarle. Según la Moncloa, el formato, reducido a las declaraciones institucionales de ambos mandatarios desde el Palacio Chigi, fue una exigencia de la primera ministra italiana, que suele evitar las ruedas de prensa, en especial junto a líderes de otros países. 

La prensa italiana, mientras tanto, no ha prestado particular atención a la visita de Sánchez. El miércoles en la mañana, el diario turinés 'La Stampa' era uno de los pocos que llevaban un artículo sobre la visita en su edición en papel. "Meloni prohíbe las preguntas con Sánchez", escribió muy crítico el periódico, al denunciar la decisión de no admitir preguntas al final de la comparecencia de Sánchez y Meloni. El motivo podría encontrarse en los retrasos de Italia para obtener el tercer tramo de los fondos europeos de recuperación, algo que contrasta con el caso de España, que ya ha recibido esta parte del llamado Plan de Recuperación. "La derecha italiana se ha retrasado y las preguntas de los periodistas podrían ponerlo en evidencia", opinó 'La Stampa'.