Sin su equipo inicial y con un núcleo más masculino: así queda Sánchez con la marcha de su 'números dos'

La salida de Lastra junto a la de Calvo hace un año conlleva que prácticamente sólo hombres componen el primer anillo de poder que rodea al presidente del Gobierno

Con la renuncia de la vicesecretaria general, Santos Cerdán es el único que sobrevive del grupo original que aupó a Sánchez a su segunda vida en el PSOE y le ayudó a llegar a la Moncloa

Pedro Sánchez, con su anterior equipo de confianza en el PSOE, del que sólo sobrevive Santos Cerdán

Pedro Sánchez, con su anterior equipo de confianza en el PSOE, del que sólo sobrevive Santos Cerdán / José Luis Roca

Echas la vista atrás y ninguno de tus compañeros de trabajo está ahora contigo. Empezaste con ellos, creciste y maduraste profesionalmente gracias a sus aportaciones. Pero ahora no queda ninguno. La experiencia vital de cualquier persona anónima, empleada años y años en la misma empresa, se le puede aplicar también al presidente del Gobierno. Sólo que en el caso de Pedro Sánchez él ha decidido el destino de sus colaboradores más cercanos. Con la renuncia de Adriana Lastra a la vicesecretaria general del PSOE, de aquel grupo inicial sólo queda el secretario de Organización, Santos Cerdán.

Lastra y él fueron su primer núcleo duro, después de que el aparato socialista le defenestrara de la secretaría general el 1 de octubre de 2016. Junto a José Luis Ábalos no sólo no le abandonaron, le sostuvieron, lo animaron y tuvieron la capacidad de ver que podía levantarse y plantear una nueva batalla con el aliento único de la militancia. Las conversaciones que mantuvieron aquellos días de otoño forman parte ya de la historia del PSOE. Ese equipo primigenio recuperó el control del partido. No hay que restarle valor a la capacidad de caer y de levantarse que tuvo Sánchez. Pero para algunos su afán de venganza cambió el PSOE y lo convirtió en algo distinto. Más manso y cesarista, menos deliberativo.

Durante las primarias se unió a este clan Carmen Calvo y, una vez que logró regresar al cargo de secretario general, el círculo aumentó con Iván Redondo. Todos han jugado un papel capital en estos años, desde antes que Sánchez conquistó el Gobierno con la moción de censura de junio de 2018. Y todos menos Santos Cerdán, al menos por ahora, se han ido perdiendo por el camino. Se cayeron de la órbita del líder sin intuirlo. De manera abrupta e inesperada. Algunos de ellos, como Redondo, aún no parecen haberlo superado.

"SI NO TE AJUSTAS A SUS FINES NO LE VALES"

Según alguien que conoce bien al presidente del Gobierno "si no te ajustas a sus fines no le vales". "Pedro va a la suya y hace lo que considera adecuado en cada momento". Con Lastra no ha sido posible aún confirmar si la única motivación de su renuncia ha sido la necesidad de guardar reposo por un embarazo de riesgo o ha tirado la toalla por sus desavenencias con Santos Cerdán. En el PSOE hay muchas voces que creen que esto último ha sido crucial, que Ferraz no funcionaba como una máquina bien engrasada, que se erraron en los mensajes de la campaña de las andaluzas, que el partido no actuaba de repetidor de la acción del Ejecutivo ni de muro de contención de las críticas de la oposición. Y se apunta, además, que Sánchez "estaba hasta las narices de la tensión y la división".

Pero la marcha de quien era la número dos del PSOE supone el desmantelamiento del círculo original y su sustitución por uno nuevo, en el que no hay ninguna mujer. Algo que la exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la primera en salir de esa órbita hace un año no dejó de reseñar este lunes en las redes sociales. "En la Democracia de la Igualdad entre Mujeres y Hombres, no es bueno que salgan mujeres de la primera línea de la política. Adriana, mucha suerte".

UN NÚCLEO DURO DE HOMBRES

El núcleo del presidente lo componen desde hace tiempo más hombres que mujeres: los más relevantes son el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, su jefe de gabinete, Óscar López, su director adjunto, Antonio Hernando, Santos Cerdán en el partido (también Lastra hasta su dimisión). No se sabe quién sustituirá a la vicesecretaria general del PSOE, incluso si Sánchez lo hará o buscará otras alternativas, pero tanto ella como Calvo eran dos pesos pesados en el Gobierno y en el partido que ya no están.

Es cierto que el Ejecutivo tiene tres vicepresidentas -Nadia Calviño y Teresa Ribera del bloque socialista y Yolanda Díaz de Unidas Podemos- y una portavoz, Isabel Rodríguez, que junto a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, son muy representativas e incluso influyentes. Pero ninguna de estas dirigentes forman parte del primer anillo de poder ni han tenido nunca la cercanía y confianza con el presidente que mantenían Calvo y Lastra. La única que se ha acercado más es Montero.

Esa proximidad no le sirvió de nada a la exvicepresidenta ni a otros que parecían intocables como Redondo y Ábalos. Los compañeros de aquel viaje que condujo a Sánchez a la Moncloa han desaparecido. Ellos tres se esfumaron en la remodelación de julio de hace un año, cuando el jefe del Ejecutivo dejó a todos en el PSOE estupefactos por su frialdad a la hora de prescindir de sus colaboradores más cercanos. No sólo Redondo por sus ínfulas de ser ministro también dos personas de la talla política de Ábalos y Calvo, cada uno por diferentes razones.

El espacio que ambos dejaron en el Ejecutivo no ha sido aún ocupado. Al contrario, la sensación general es que esa crisis fue fallida y que al Gobierno le faltan personas con más bagaje, capaces de opinar sobre cualquier asunto. Algunas como el ministro de Cultura, Miquel Iceta, o el de Agricultura, Luis Planas, con gran experiencia, parecen desaprovechadas. Igual que es muy valorada en el partido la titular de Educación, Pilar Alegría. Ahora resta por saber qué quiere hacer Sánchez con el Gobierno y con el partido.