Opinión | PENSAMIENTO PERIFÉRICO

Los socios de Sánchez

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez en el Senado, en una imagen de archivo.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez en el Senado, en una imagen de archivo. / José Luis Roca

La renuncia de Yolanda Díaz al liderazgo de Sumar deja al gobierno de Sánchez en una situación más que complicada. Esta vez no es un cambio de liderazgo en uno de sus socios de investidura, como ocurre en el caso de ERC, sino que afecta a una vicepresidenta del ejecutivo. No parece muy sostenible que Sumar pueda funcionar con una bicefalia. Si con todo el poder concentrado en Díaz ya ha sido difícil construir un proyecto sólido, con dos personas al frente parece todavía más difícil. Sumar es un proyecto complejo, pero como ocurrió en su momento con Pablo Iglesias en Podemos o con Ada Colau en Comuns, se ha hecho personalista para funcionar en tiempos de narcisismo digital. Pero la ministra de Trabajo nunca ha tenido el carisma suficiente para controlar todo el espacio político a la izquierda del PSOE más aún cuando el mismo Pedro Sánchez se ha lanzado a la conquista de ese electorado en su estrategia de polarización de la política española en bloques.

La noticia se ha conocido el mismo día en que en Cataluña la minoría independentista ha elegido a Josep Rull como presidente del Parlament, como si nada hubiera ocurrido el 12M. En lugar de conformarse una mayoría en torno a las fuerzas políticas que han aprobado la amnistía en el Congreso se ha gestado una mayoría "antirepresiva" en palabras de Jaume Asens, miembro de Sumar que, curiosamente, no ha entrado a formar parte de la ecuación. Esquerra ve como elección tras elección, los socialistas se van quedando con sus electores, por ello no se entiende que los republicanos jueguen a la ruleta rusa con una hipotética repetición electoral en la que no tienen nada que ganar y todo que perder. Y. además, le ceden todo el protagonismo a Carles Puigdemont durante los meses inmediatamente anteriores a una hipotética nueva contienda electoral. Complicado que Esquerra y Junts, a la vez, sigan dando apoyo a Sánchez en Madrid mientras dejan caer a Salvador Illa en Barcelona. Dos de los socios parlamentarios de Sánchez andan descabezados, justamente porque el presidente ha prenetrado en sus electorados. Cuesta de pensar que le sigan dando tiempo para hacerlo.