HISTORIA

No solo Madrigal: los otros lugares que marcaron la vida de Isabel la Católica

Esta reina se desplazó por buena parte del territorio de la península ibérica y tuvo una gran influencia

El pueblo medieval donde nació Isabel la Católica es el más pobre de Castilla: "Hay demasiadas ayudas del Estado"

Retrato de Isabel de Castilla, pintado por Juan de Flandes

Retrato de Isabel de Castilla, pintado por Juan de Flandes / Wikimedia Commons

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La vida de la monarca Isabel de Castilla (1451-1504) fue muy activa. Ella, aunque inicialmente no iba a ser la heredera de la Corona, acabó accediendo al trono tras la muerte de su hermano. Culta, religiosa e inteligente, siempre se preocupó por los intereses de su territorio, casándose con Fernando de Aragón para ampliarlo. Así, se convirtieron en una pareja fundamental en la historia de España al unir mediante el matrimonio ambos reinos en el siglo XV y pasando a ser conocidos a partir de ese momento como los Reyes Católicos, por su profunda fe.

Uno de los lugares emblemáticos de la biografía de Isabel la Católica es el que marca el inicio de su vida: Madrigal de las Altas Torres, un pueblo que hoy se encuentra dentro de la administración política de la provincia de Ávila. Ella nació en 1451 esta localidad en un palacio -residencia habitual de sus padres Isabel de Portugal y Juan II de Castilla-, cuyo emplazamiento hoy en día ha quedado sustituido por el monasterio de Nuestra Señora de Gracia, de monjas agustinas.

Más adelante, se establecería durante su infancia en el Palacio Real de Arévalo, también en Ávila, un edificio que no ha llegado hasta nuestros días. Entre estas paredes y sus jardines, sería tutorizada por Gonzalo Chacón, quien haría de ella una joven bien educada. También pasaba mucho tiempo con Beatriz de Bobadilla, que era la hija del guardián de este castillo en el que vivía.

Segovia fue otro de los puntos emblemáticos en su trayectoria. Cuando a los diez años aproximadamente fue enviada junto con su hermano con el resto de la Corte, aprendería todos los entresijos de la nobleza, las argucias y los enfrentamientos de poder. Sería en el propio Alcázar de Segovia donde acabaría recibiendo la corona de Castilla tras la muerte de los otros dos herederos, quedando ella como la siguiente en la línea de sucesión para ostentar el cargo.

Para la instauración de España como Estado unificado fue muy importante el enlace entre Isabel y Fernando en 1469. Primero tuvo lugar la firma de las capitulaciones matrimoniales en Cervera (actualmente, en Lérida) en marzo y a finales de ese mismo año, se ratificó el enlace en una boda secreta en el Palacio de Vivero, en Valladolid. Pero todos estos trámites no estuvieron exentos de deslealtades familiares, mentiras y estrategias.

Una vez asentado el reinado conjunto, Isabel La Católica ordenó la construcción del convento de San Juan de los Reyes -exponente del gótico isabelino- en Toledo con el propósito de que allí yacieran sus restos a su muerte. Entre esta ciudad y Alcalá de Henaresdiscurrió buena parte de la vida común con Fernando. En el segundo de ellos tuvieron lugar las reuniones con Cristóbal Colón previas a su viaje a las Indias.

Los años finales de la vida de esta reina española transcurrieron en el Palacio Real de Medina del Campo (Valladolid), que fue erigido por orden de la católica pareja y del que pocas partes originales se conservan. Isabel La Católica confeccionó su testamento y murió en las estancias de este conjunto residencial en 1504.

Pese al mausoleo erigido en Toledo, finalmente Isabel fue enterrada en el monasterio de San Francisco de la Alhambra, ya que el curso de los acontecimientos le llevaría a amar las tierras granadinas y a cambiar así esta decisión. Después, serían trasladados a la Capilla Real de Granada, junto a los de su esposo Fernando el Católico.