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Amor líquido: quien se enamora, pierde

La periodista Mona Chollet analiza cómo el patriarcado desequilibra las relaciones afectivas heterosexuales en el ensayo "Reinventar el amor"

La periodista Mona Chollet analiza cómo el patriarcado desequilibra las relaciones afectivas heterosexuales en el ensayo "Reinventar el amor" / Imagen de archivo / Pixabay

C.G

“Falta de solidez y calidez por una tendencia a ser cada vez más fugaces y superficiales”. Estrechar vínculos pero mantenerlos flojos para poder desatarlos.Así define el sociólogo Zygmunt Bauman las relaciones sentimentales y la fragilidad de las mismas. Un concepto que él bautiza como “amor líquido” y que en el 2022, tras más de dos años de pandemia y en la época de las aplicaciones para ligar como Tinder o Bumble, está bastante de actualidad.

Según Bauman, en la actualidad los vínculos que creamos se basan más en conexiones que en relaciones, y no solo por el uso de las redes sociales, sino por el individualismo que busca únicamente satisfacer necesidades puntuales.

Para muchas personas, afianzar una relación, comprometerse con un vínculo fuerte, resulta difícil de asumir. Detrás de esto se esconde, en ocasiones, miedo e inmadurez personal que imposibilitan concebir una auténtica relación sólida, estable y con un proyecto de futuro.

Esas emociones que resultan incapaces de retener y se escapan no solo se refieren a las relaciones interpersonales. Según Bauman, también a las que establecemos con nosotros mismos y que el sociólogo denomina “liquidez del amor propio”.

Para el sociólogo, que bautiza las relaciones actuales como "posmodernas", el amor líquido es consecuencia del hedonismo, de la tendencia a buscar el bienestar. Las parejas clásicas, para él, se apoyan en valores firmes, menos inestables, pese que hasta hace poco los motivos para estar emparejado se basaban, principalmente, en la utilidad o codependencia.

Sin desgastes

Para el psicólogo Joan Garriga, el aspecto a tener en cuenta es identificar el tipo de relación que más encaja con la forma de ser de cada uno. Este autor defiende que las mejores parejas son aquellas en las que la relación avanza sin desgastes. En su libro El buen amor en la pareja (Destino, 2013) invita a reflexionar sobre qué deseamos de la pareja personalmente (que sea simpático, que le guste el cine...); cómo nos gustaría sentirnos con ella (queridos, atraídos...) y qué dinámicas se generan con la otra persona (conversaciones, rutinas...).

Precisamente, hay personas que necesitan tener una rutina para sentirse tranquilos y se sienten cómodos con una pareja 'clásica'. Sin embargo, otras prefieren la novedad y los cambios; el amor líquido, sin ataduras.

En pleno siglo XXI, la obsolescencia a la que estamos acostumbrados ha llegado a las relaciones. Comenzar una relación, crear un vínculo ilusionante, puede estar ligado a una pronta fecha de caducidad. Los expertos advierten: que la pareja se convierta en un objeto de consumo provoca frustraciones y desilusión.