MUNDIAL QATAR 2022

Guardiola, alfa y omega de todo: el éxito de España, el resurgir de Alemania, el renacer de Inglaterra...

La estancia del técnico de Santpedor ha alterado la concepción futbolística de los países en los que ha entrenado, al tiempo que ha coincidido con la mejor etapa de sus selecciones

Pep Guardiola fumando un puro en la celebración de un título del Manchester City.

Pep Guardiola fumando un puro en la celebración de un título del Manchester City. / Hannack Mckay/ EPC

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

 “Pep me puso delante de una pizarra donde había dos fichas que estaban en la línea de fondo, al lado de mi portería. Me preguntó: ‘¿Sabes quienes son?’. Le dije que no. ‘Son los centrales’, me respondió. Me sonaba a chino y entonces me dice: ‘Y los quiero jugando ahí. Cuando tú tengas el balón, los quiero ahí’. Pensé, ¡está loco! Y ahí fue cuando me lo contó: ‘Tú pasarás el balón y ahí empezaremos a jugar’. Yo seguía pensando que estaba loco, pero como yo también estoy un poco loco me sentí identificado. Y le dije: ‘Pues que la quieran, porque para estar ahí la tienen que querer’. Y Guardiola me respondió: ‘Tranquilo que de eso me voy a encargar yo, de que la quieran”.

Génesis en España

Esta trascendental conversación se produjo en el despacho del primer entrenador del Fútbol Club Barcelona, por entonces Josep Guardiola i Sala, el verano de 2008. El técnico de Santpedor implantó el juego asociativo y de posesión en un Barcelona que laminó a sus rivales en España y Europa al conquistar en cuatro años tres Ligas, dos Copas y tres Supercopas, además de dos Champions, dos Supercopas y dos Mundiales de Clubes fuera de nuestras fronteras. 14 títulos que le convirtieron en el entrenador más laureado de la historia del Barça por delante de Cruyff.

Paralelamente al esplendor de Guardiola en el Barça, España conquistó dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010), proponiendo el mismo estilo de juego, el llamado' tiqui-taca', en la etapa más gloriosa de su historia futbolística. Una apuesta de Luis Aragonés que se alimentaba de la propuesta que Pep tutelaba en La Masia con jugadores moldeados con el patrón de Xavi e Iniesta. Desde 2012, España no ha vuelto a ganar un título y Luis Enrique trata de devolver a la selección a lo más alto apostando por un juego con muchas semejanzas al implantado por Guardiola.

Desafío en Alemania

El verano de 2012 el técnico catalán hizo las maletas y se marchó a Múnich. Guardiola asumía el desafío titánico de implantar su estilo combinativo en un fútbol tan directo y prosaico como el del Bayern. Por entonces Alemania estaba en pleno proceso de reconstrucción futbolística a manos de Joachim Löw, quien en 2013 comenzó a frecuentar los entrenamientos de Pep en Sabener Strasse, la ciudad deportiva del Bayern. La Maanschaft venía de caer en semifinales de la Eurocopa de Polonia y Ucrania ante la Italia de Pirlo y Balotelli. Llegaba a las rondas finales, pero le faltaba algo para coronar su juego. Guardiola decidió alterar las posiciones naturales de jugadores como Lahm, al que reconvirtió en mediocentro desde la posición de lateral. Y Löw decidió replicar esas aportaciones en la selección durante el proceso de clasificación de Alemania para el Mundial de 2014.

Los medios de comunicación establecieron un incómodo paralelismo entre ambos técnicos que el seleccionador quiso romper devolviendo a Löw al lateral y apostando por un 9 de área como Klose. Pero el sello del Bayern de Pep terminó rebautizando el estilo de aquella Alemania, que conquistó el Mundial de Brasil, con lo que los medios llamaron ‘tiqui-toquen’, en clara alusión a la propuesta de la España y el Barça campeón. Pep dejó un último apunte antes de partir en 2016 a Inglaterra, al señalar al futuro timonel de la selección alemana: “Joachim Löw tiene un nueva opción, un jugador fantástico que tarde o temprano tiene que estar en la selección, Joshua Kimmich”. Otro lateral al que Pep reconvirtió en mediocentro de enorme jerarquía.

Guardiola no puedo conquistar la Champions con los bávaros, pero dejó en las vitrinas muniquesas durante esas tres temporadas siete títulos (3 Bundesligas, 2 Copas alemanas, 1 Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes). Lo que le convirtió en el segundo entrenador más laureado de la historia del club, por detrás de Ottmar Hitzfeld (11). Sin embargo, su mayor legado fue implantar una idea de juego de la que hoy sigue bebiendo el club muniqués y el fútbol alemán, lo que le permite alumbrar futbolistas como Kimmich, Sané o Musiala, jugadores que en otra época habrían tenido problemas para desempeñarse en el físico fútbol físico teutón.

Paralelamente a la estancia de Guardiola en el Bayern, Alemania conquistó el Mundial de Brasil (2014), con un estilo inusual para la tradición futbolística de su selección. Pep se marchó en 2016 del Bayern, verano en el que la Maanschaft cayó en las semifinales de la Eurocopa ante Francia. Desde entonces ha sido eliminada en la fase de grupos de los Mundiales (Rusia 2018 y Qatar 2022) y en los octavos de la Eurocopa de 2020, en lo que es la etapa más pobre de la selección en su historia.

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Mediapro

Revolución en Inglaterra

El 1 de febrero de 2016 el Manchester City anunció oficialmente que Guardiola sería su entrenador durante las tres temporadas siguientes. Cargo que asumió el 3 de julio, una semana después de que Inglaterra fuese eliminada en la Eurocopa en octavos por Islandia. Pep enlazó diez victorias en sus diez primeros partidos, lo que significó un récord en el club, y lo hizo en pleno proceso de readaptación futbolística de una plantilla más acostumbrada al fútbol directo de las islas. Junto a Pep aterrizaron en el club jugadores como el alemán Ilkay Gundogan, el central inglés John Stones o el mediapunta portugués Bernardo Silva (un año más tarde). Futbolistas todos capitales en el equipo hoy en día.

En las cinco temporadas que Guardiola ha completado en el City, el de Santpedor ha cambiado la manera de concebir el fútbol que tenían los ingleses. Gary Lineker dejó esta reflexión tras la consecución del primer título de Premier del catalán: “Es muy temprano para dimensionar la magnitud del logro del City. Ganaron la Premier y lo hicieron con un estilo que, quizás, no hemos visto antes. El legado de Guardiola no solo ofrecerá éxito al Manchester City, también al fútbol inglés en general”. El exdelantero y hoy reconocido comentarista televisivo acertó.

En estos cinco años, Pep ha acumulado en el City ¡cuatro títulos de Premier!, a los que suma una Copa inglesa, cuatro Copas de la Liga y dos Community Shield. Lo que le ha convertido, una vez más, en el técnico más exitoso de la historia del club con 11 títulos. Le falta conquistar la Champions, título que persigue con ahínco desde que salió de Barcelona. Pero de nuevo su fútbol ha trascendido a los éxitos deportivos del equipo. Algo que también le ha convertido en blanco de las críticas rivales, porque como advierte Jorge Valdano, “en tiempos de alta emotividad es más fácil odiar a una persona que amar un estilo futbolístico. Y Guardiola es el Steve Jobs del fútbol”.

En 2016, a tiempo que el técnico español desembarcaba en el City, lo hacía en la selección inglesa Gareth Soutghate, quien llegó como solución temporal tras la destitución de Sam Allardyce por estar involucrado en una trama de corrupción en fichajes. Antiguo central de planta elegante, Southgate desde el primer día impuso una idea de juego reconocible por la presión alta y la apuesta por la posesión del balón.

Southgate no escondió su admiración por el trabajo de Pep, con quien se ha reunido en varias ocasiones, y su estilo de juego: “Él ha sido un innovador. Ahora cuando veo a niños jugando, les veo saliendo con el balón jugado desde atrás. Y no veo a técnicos con las manos en la cabeza diciendo: 'Sácala hacia adelante'. Creo que eso es culpa del impacto del Barcelona de Guardiola”. Pep fue modelando en su idea a futbolistas como Walker o Stones, hoy central titular de Inglaterra que confiesa que Pep le cambió la vida, futbolísticamente hablando: “No sería el jugador que soy ni entendería el fútbol como lo entiendo sin la aparición de Guardiola en mi vida. Nos ha influido a todos en la manera de concebir el fútbol de otra forma. Y la selección no es ajeno a ello”.

De nuevo, paralelamente a la estancia de Guardiola en el City, la selección vive su mejor etapa. Inglaterra alcanzó las semifinales del Mundial de Rusia en 2018, algo que no lograba desde 1990, y se metió en la final de la Eurocopa de 2020, éxito sin precedentes en su historia. Todo ello desplegando un juego con mucho dinamismo a la espalda de Harry Kane, con mediapuntas como Sterling o Grealish, que ha tenido a sus órdenes Pep, o defensas como Stones o Walker.

El fútbol de Guardiola ha trascendido, allá donde ha ido, del club a la selección. Y eso ha provocado una mejora en esta última que le ha llevado a cosechar los mejores resultados de su etapa más reciente, cuando no de su historia. Pep se ha convertido en alfa y omega de un fútbol que se explica antes y después de la aparición de su propuesta futbolística. Más allá del maniqueísmo populista que rodea a su persona, es indiscutible que España, Alemania e Inglaterra han vivido (o lo están haciendo) su mejores años futbolísticos con Pep militando en su fútbol. Advertía Messi durante una deliciosa conversación con Jorge Valdano en su programa ‘Universo Valdano’: “Guardiola ha hecho mucho daño al fútbol. Parecía tan fácil y tan sencillo que todo el mundo quería copiarle”. Pero ya lo avisó Víctor Valdés tras aquella charla una mañana de verano de 2008: “Está loco”. Lo estaba, pero ahora los centrales quieren la pelota. Y eso es culpa de Pep.