SECRETOS

El restaurante de barrio residencial que atrae autobuses llenos de coreanos que visitan Madrid

El restaurante coreano Gangnam, situado en un barrio sin atractivos turísticos, recibe decenas de visitantes de Corea

Coreanos en Madrid

Coreanos en Madrid

Analía Plaza

Analía Plaza

Cada cierto tiempo aparecen por las calles de Adelfas —un barrio del distrito de Retiro extremadamente residencial, con muchos edificios de obra nueva que se levantaron sobre lo que un día fueron naves industriales— decenas de turistas asiáticos que se convierten, sin quererlo, en la comidilla vecinal. Llegan en grandes autobuses turísticos que aparcan en la también muy residencial calle de Doctor Esquerdo, bajan en grupo y se mueven todos a una. "Los he visto varios días", comenta un señor desconcertado a un par de jóvenes que toman algo en la terraza de un bar. "No tengo ni idea de dónde pueden ir, por aquí no hay nada".

"Al principio a mí también me sorprendía", cuenta uno de los comerciantes de la zona. "Pero en realidad llevo viéndolos varios años. Esta misma mañana ha venido un grupo grande, me llamó la atención que fueran jóvenes. Vienen a horas muy tempranas, o por la mañana o por la tarde".

Aunque quienes llevan tiempo en el barrio reconocen que estos grupos turísticos no son novedad, lo cierto es que en los últimos meses han vuelto con fuerza. Quizá tenga que ver con la reactivación del turismo después de la pandemia, considera uno de los tenderos consultados. Los visitantes que tanto chocan a los residentes en Adelfas son coreanos que visitan Madrid en viajes organizados y cuyas agencias tienen acuerdos con el restaurante coreano Gangnam, un humilde y escondido local que rara vez se cuela en las listas de los mejores coreanos de la ciudad. Está en la calle Pajaritos y lleva más de diez años abierto.

Grupos de turistas coreanos en la calle Doctor Esquedo

Grupos de turistas coreanos en la calle Doctor Esquedo / A.P

Sus responsables apenas usan las redes sociales —el último post de Instagram es de hace casi un año— y la decoración, a base de sillas y mesas de madera estilo casa de comidas tradicional, es de todo menos vibrante, a diferencia de cualquier nuevo proyecto hostelero en Madrid. Y sin embargo, ahí hacen cola muchas tardes los turistas coreanos. Como el restaurante es pequeño, a veces no caben todos y se dividen en dos turnos, según dice un vecino que también les viene observando. Mientras unos comen, el resto esperan en la calle: angosta, secundaria y sin más negocios que ese, una escuela de baile y un barecillo un poco más allá que sobrevive en la única casa baja, de 1950, que queda en la zona.

Un sitio muy modesto

¿Qué tendrá el restaurante Gangnam que atrae a los viajeros de su propio país? Sirva una de las últimas reseñas que aparecen en Google escritas en coreano —hay varias— para hacernos una idea. "Es lo mejor. Es mejor que Corea", dice un usuario coreano, que explica que pasó por allí antes de viajar hacia Perú. Una viajera coreana que lo reseñó en su blog en 2017 cuenta que fue durante un largo viaje a España porque anhelaba la comida de su país y porque lo regentaba la suegra de un amigo suyo. La joven salió encantada, hablando maravillas del pescado crudo, la panceta, los guisos y el kimchi (col fermentada tipica de Corea) que le sirvieron. Contaba que allí había sobre todo españoles, pero que los dueños le dijeron que solían ir grupos de turistas. "No tenía muchas expectativas, pero resultó estar bien".

Un miércoles normal de marzo a mediodía, comen en el Gangnam algunas familias, parejas y gente sola. Casi todos son españoles, aunque hay también un matrimonio mayor de coreanos que dicen llevar cincuenta años en Madrid y haber sido profesores de taekwondo en Getafe. "Nos gusta mucho", comentan. El dueño no suele estar por allí, dicen los camareros, que explican que la llegada de grupos de turistas es bastante habitual y que no tiene un ritmo determinado: hay veces que vienen más y otras menos. Como comen y cenan a horas distintas que los españoles no hay problemas de saturación.

El restaurante cuenta con menú del día a 12,9 euros; comer o cenar en carta sale a unos 20 o 25 por cabeza. Son típicos el bibimbap, un cuenco de arroz, verduras, carne y huevo aderezado con salsa picante, el chapche bab, unos fideos finos de arroz servidos con verduras y más arroz, el bulgogui, carne marinada con salsa picante que sirven con hojas de lechuga para formar en rollitos. Además, uno de sus platos estrella es la barbacoa de ternera, que sirven cruda para hacer en el momento.

En lo que va de año, han visitado Madrid 10.926 turistas procedentes de Corea del Sur, según los datos de Madrid Destino, un 66% más que en los mismos meses de 2023. Corea es el decimotercer país emisor de turistas: en el mismo período de tiempo ha habido 97.000 visitantes estadounidenses, 63.000 italianos y 50.000 franceses. El año pasado cerró con 33.986 visitantes coreanos en total, aunque aún no se han alcanzado las cifras anteriores a la pandemia (50.230 viajeros de Corea en 2019).

Los que pasan por el tan poco turístico barrio de Adelfas bajan del autobús, van a comer al Gangnam y vuelven. "No entran a otros comercios", concluye el dueño de una tienda gallega que ve decargar a los buses, y que casualmente puso en el escaparate las patatas Bonilla que salieron en la película coreana Parásitos, sin especial éxito. "Como mucho entran al 'todo a cien' porque es barato".