El Muro de Berlín vuelve del pasado: papeles de la Stasi e historias inéditas llegan a Madrid

Helga Kuhn saltó desde la ventana de un segundo piso hace más de 60 años. Estaba embarazada de nueve meses y apenas unos días después dio a luz a su hija Christine, sana y sin recuerdo de aquella huida. Se había quedado atrapada en la calle Bernauer Strasse de Berlín, donde la mañana del 13 de agosto de 1961 se comenzó a construir un muro de hormigón que levantó una frontera física entre dos mundos enfrentados. El edificio donde se encontraba la vivienda de Helga fue uno de los que quedó tapiado por aquel muro que pretendía evitar el paso del régimen comunista hacia el occidental, pero ella pudo escapar gracias a ese gesto casi suicida de la mano de su otra hija de tres años.

Esta es uno de los testimonios reales e inéditos que recopila la exposición “El Muro de Berlín. Un mundo dividido”, que desde este jueves 9 de noviembre, coincidiendo con la fecha de su caída en 1989, recorre en Madrid esta parte de la historia reciente de Europa y del mundo. Mapas geopolíticos, vídeos inmersivos de los informativos de aquella noche histórica, materiales recogidos en las calles, fotografías y hasta 300 objetos, incluidos 20 metros del propio muro, con sus grafitis y pintadas, se exhiben en el cuarto depósito del Canal, en el Paseo de la Castellana de Madrid, antes de comenzar una itinerancia internacional de siete años.

Es la historia del horror. Del pánico de las familias que quedaron divididas, de personas que murieron intentando huir y de quienes vivieron con el miedo metido en el cuerpo en una época en la que el mundo vivía atemorizado por la posibilidad de que aquella separación física fuera superada por la bomba atómica. La exposición, organizada por Musealia y la Fundación Muro de Berlín, ha contado de hecho con la colaboración de hasta 20 instituciones internacionales, entre ellas los Archivos de la Stasi o el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima. De este último sale una camisa blanca expuesta en una vitrina y que fue contaminada por la lluvia radioactiva que provocó un experimento de Estados Unidos con la bomba de hidrógeno en el atolón de Bikini.

No olvidar

El objetivo de la muestra es no olvidar y que las nuevas generaciones conozcan esta parte de la historia que les queda lejos pero que tuvo tantas consecuencias en la configuración del mundo actual. El alambre de espino de la primera etapa del muro se mezclan a lo largo de la muestra con un carrito de bebé utilizado para el contrabando, un juego de ajedrez realizado en un campo de trabajó soviético en los años 50, un detector de radiación, una cacerola hecha con un casco militar o incluso un segmento original del tunel de espionaje de Berlín.

Los depósitos del Canal resumen la historia de este muro con lo que hubo antes de su construcción y también durante su existencia hasta que la “revolución pacífica” logró derribar este icono de la Guerra Fría. Son cinco espacios que explican primero el contexto en el que se encontraba Europa tras la segunda guerra mundial con gráficos que muestran los muertos de los dos bandos, mapas y distintos objetos. Después se llega a una segunda zona donde se muestra la vida en Berlín antes de que se levantara el muro, donde ya existían una división en cuatro zonas (Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) pero las fronteras estaban aún abiertas ellas y el paso entre el mundo occidental y el comunista era aún libre.

Las historias como las de Helga y sus vecinos de la Bernauer Strasse ofrecen en las dos áreas siguientes la visión más humana de lo que supuso la construcción del muro y la vida con él, mezcladas con objetos y fragmentos que explican el contexto de la guerra fría. Y por último, las consecuencias y el contexto en otros lugares del mundo, donde también hubo revoluciones y momentos históricos que llevaron a la caída del telón de acero en 1989. Un recorrido de una parte oscura de la historia pero que muestra, en palabras de Axel Klausmeier, director de la Fundación Muro de Berlín, "el poder del pueblo" que provocó la revolución Pacífica de 1989 "que cambió el mundo”.