TRIBUNALES

Seis disparos para reducir a Kebyn: un jurado popular juzgará a tres policías por su muerte

El joven, que se encontraba bajo los efectos de la droga MDMA, intentó agredirles con un cuchillo cuando los agentes entraron en el domicilio alertados por la familia

Imagen de un agente de la Policía Nacional.

Imagen de un agente de la Policía Nacional. / L.O.M.

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

Un jurado popular juzgará el próximo viernes en la Audiencia Provincial de Madrid si los seis disparos que provocaron la muerte de Kebyn Peralta, un joven de 21 años que fue abatido en su domicilio por tres agentes de la Policía Nacional, fueron proporcionales o no a la amenaza que representaba y si se pudo evitar que perdiera la vida con una intervención diferente.

El chico, que estaba bajo los efectos del MDMA, una droga sintética que actúa como estimulante y alucinógeno, había amenazado con un cuchillo previamente a su familia, que fue la que llamó al 091, y, presuntamente, también intentó agredir de forma "reiterada" a los agentes con esa misma arma blanca. Hicieron falta cuatro policías y seis disparos en zonas no letales para reducirle, y es por eso que la justicia intentará dilucidar ahora si actuaron correctamente para proteger sus vidas, pero también la del atacante.

Para cada uno de esos tres de esos agentes, la Fiscalía Provincial de Madrid pide dos años y medio de cárcel por un delito de homicidio con la eximiente incompleta de la responsabilidad criminal de legítima defensa. Lo que debe juzgar el jurado popular el próximo viernes es, si, como dicen los policías, utilizar el arma fue el "último recurso" o, si por el contrario, como sostiene la familia, pudieron haber utilizado otros métodos para reducirle.

Un cuchillo de cocina

Alrededor de las nueve de la noche del 6 de noviembre de 2021, la familia de Kebyn realizó una llamada al 091 alertando de que el joven estaba "muy nervioso" y que les había amenazado con un cuchillo de cocina.

Hasta el domicilio en Puente de Vallecas, un barrio de Madrid, se dirigieron los tres agentes de la Policía Nacional ahora acusados, que recibieron por parte de la familia las llaves del inmueble para poder entrar. Una vez dentro, dice la Fiscalía en su relato de los hechos, la víctima se abalanzó sobre ellos "sin mediar palabra" y en reiteradas ocasiones, intentando infligir con el cuchillo el máximo daño posible. Los policías, entonces, se vieron obligados a retroceder, y, durante esos ataques, uno de los agentes habría resbalado y perdido su escudo.

Mientras estaba en el suelo, y según la versión de los agentes, Kebyn habría intentado aprovechar para acuchillar al policía, que, desprovisto de su defensa, le disparó en zonas no vitales. Los otros dos agentes que le acompañaban hicieron lo mismo ante el riesgo "evidente" para sus vidas. Pese a los disparos, Kebyn continuó portando el cuchillo, lo que obligó a un cuarto agente que llegó al lugar a intervenir golpeándole con su escudo en el brazo para desarmarle. Este cuarto agente no se encuentra imputado porque subió por las escaleras y cuando llegó al domicilio, situado en una novena planta, se encontró con que sus compañeros habían desenfundado sus armas de fuego reglamentarias.

El joven falleció el mismo día a causa de un shock hipovolémico provocado por la hemorragia interna derivada de los seis impactos de bala. La autopsia, que será una de las pruebas en las que se sustentará la defensa para justificar la actuación de los agentes de policía, reveló que Kebyn había consumido MDMA, lo que pudo aumentar su agresividad y provocar alucinaciones.