TRIBUNALES

Absueltos los policías que derribaron una puerta para parar una fiesta en pandemia

Los seis agentes que dieron una 'patada en la puerta' de un domicilio en el centro de Madrid estaban acusados de un delito de allanamiento de morada

Coche de Policía Nacional

Coche de Policía Nacional / POLICÍA NACIONAL

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a los policías que dieron una' patada en la puerta' para detener una fiesta que se estaba celebrando durante las restricciones del coronavirus. El veredicto, que confirma el criterio unánime del jurado popular asignado al caso, declara, por tanto, no culpables a los agentes del delito de allanamiento de morada del que eran acusados y por el que la acusación pedía hasta dos años y medio de prisión.

Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2021, cuando seis agentes acudieron a un aviso por la celebración de una fiesta en un domicilio en la calle Lagasca, situado en el céntrico barrio de Salamanca de Madrid.

Allí, tras dialogar con los asistentes y con el inquilino, un ciudadano inglés que había alquilado la vivienda apenas unos meses antes, los agentes requirieron a los jóvenes que saliesen de la vivienda para identificarse y poder ser denunciados.

Ante la negativa reiterada de estos, y al juzgar el subinspector al cargo que se estaba cometiendo un delito flagrante de desobediencia grave, decidieron utilizar un ariete para derribar la puerta, detener la fiesta y multar a los asistentes.

Un local de "alterne"

El inquilino, que declaró frente a la Audiencia Provincial de Madrid en noviembre que le habían detenido ilegalmente y que había sentido "mucho miedo", pasó la noche en el calabozo antes de ser puesto en libertad y expulsado posteriormente de su vivienda por el propietario por lo sucedido.

Por su parte, el subinspector a cargo de la operación aseguró durante su declaración ante la Audiencia Provincial de Madrid que lo que se encontraron cuando derribaron la puerta “no era un domicilio, sino un sitio dedicado a organizar fiestas”, pues no apreció “enseres personales”, sino “luces tenues, copas y botellas por todos lados, ceniceros… Lo más parecido a un local de alterne".

Para él y para su segundo al mando la acusación, que ya ha anunciado que recurrirá la absolución, pedía hasta dos años y medio de prisión e inhabilitación absoluta durante seis años. Para los otros cuatro agentes implicados, sin embargo, retiró la acusación al entender que actuaban siguiendo órdenes de sus superiores.

Uniformes comprados en Amazon

Según se defendió durante el juicio, las denuncias previas de los vecinos apuntaban a que la fiesta se estaba celebrando en un piso turístico y que, además, se estaban organizando allí de forma recurrente, pues habían sido necesarias “15 o 20 llamadas” durante los días previos hasta que la policía se decidió a actuar.

En los vídeos que han formado parte del caso se puede ver cómo los agentes mantuvieron un diálogo tenso con los participantes en esa fiesta, quienes llegaron incluso a poner en duda su autoridad para obligarles a que se identificaran: “¿Cómo sé yo que son policías? Podrían haber comprado el uniforme en Amazon”.

A pesar de que en el momento de los hechos las restricciones de la pandemia impedían la reunión de no convivientes en domicilios, eso no era lo que se estaba juzgando en el juicio, sino si los seis policías que dieron una ‘patada en la puerta’ cometieron o no un delito de allanamiento de morada y si el delito de desobediencia grave justificaba la entrada por la fuerza en el domicilio.