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Fiona Harvey, una acosadora de película (de terror)

El creador de la serie es la propia víctima, el humorista y escritor Richard Gadd, de 34 años

Fiona Harvey durante la entrevista televisiva

Fiona Harvey durante la entrevista televisiva / / EP

El caso de Fiona Harvey es posiblemente el mayor episodio de acoso que ha salido a la luz en los últimos años en el Reino Unido. Esta abogada escocesa de 58 años saltó a la fama hace apenas unas semanas, poco después del estreno de la exitosa serie de Netflix ‘Baby Reindeer’, uno de los fenómenos del año en el país. Harvey se encontró, de un día para otro, con una actriz haciendo de ella misma al otro lado de la pantalla. Su nombre en la ficción es Martha Scott, una mujer desequilibrada psicológicamente que se obsesiona con el camarero de un pub hasta el punto de hacerle la vida imposible. La historia, asegura la plataforma de 'streaming', es real.

El creador de la serie es la propia víctima, el humorista y escritor Richard Gadd, de 34 años. Él mismo asegura que conoció a Harvey en 2015, cuando la invitó a una taza de té en el pub de Londres en el que trabajaba porque, según le dijo, no tenía dinero para pagarla. A partir de entonces se desarrolló una historia de acoso que duró cuatro años y que desencadenó en un total de 41.071 correos electrónicos, 350 horas de mensajes de voz, 744 tuits, 46 mensajes de Facebook y 106 páginas de cartas. Gadd explica que la historia –que interpretó inicialmente en el teatro– fue alterada cronológicamente, pero insiste en que los hechos descritos en la serie ocurrieron de verdad. 

“Emocionalmente [la historia] es completamente cierta, obviamente. Sufrí acoso y abusos graves, pero queríamos que permaneciera en un marco artístico, así como proteger a las personas en las que se basa”, explicó Gadd en una entrevista al diario ‘The Guardian’. No lo consiguió. Poco después del estreno, las redes empezaron a arder. Los rumores y las especulaciones sobre quién podía ser la persona que se escondía detrás de la identidad de Martha Scott fueron creciendo y, al final, acabaron dando con ella. “Los rastreadores de internet me persiguieron, me acosaron y me lanzaron amenazas de muerte”, aseguró Harvey en una entrevista con el periodista Piers Morgan para explicar por qué había decidido dar la cara.

Lo que comenzó con una simple taza de té acabó convirtiéndose en una pesadilla para Gadd. "Al principio todos en el pub pensaban que era gracioso que tuviera una admiradora", explicó al diario ‘The Times’. "Luego empezó a invadir mi vida, a seguirme, apareciendo en mis actuaciones, esperando en la puerta de mi casa, enviándome miles de mensajes de voz y de correo electrónico". El autor asegura que Harvey incluso llegó a perseguir a sus familiares y a sus seres queridos, incluidos sus padres y una mujer trans con la que Gadd mantuvo una relación. “Me asusté físicamente porque no sabía hasta dónde podía llegar, podía tener un cuchillo, pero al mismo tiempo también pensé en lo terrible que hubiera sido si fuera un hombre alto y aterrador".

Lástima y culpa

Gadd tardó mucho tiempo en tomar acciones para frenar el acoso porque, explica, sintió lástima por ella. También revela que llegó a tener un sentimiento de culpa por haberla invitado a ese té y por haberle reído las gracias al principio. "Te mantienes en la mentira porque es más fácil eludir la tensión de una situación. Nunca quise molestar a alguien vulnerable", asegura. En la serie, el personaje de Harvey es condenado a nueve meses de prisión y a una orden de alejamiento de cinco años. En la vida real, Gadd se ha limitado a asegurar que el problema “está resuelto” y que no quiso enviar a la cárcel a alguien que “no se encuentra bien mentalmente”. 

Pero la versión de Harvey es muy diferente. Asegura que prácticamente todo lo que se relata en la serie es falso, incluido un episodio en el que supuestamente le asaltó sexualmente en un canal. En la extensa entrevista con Piers Morgan –que supera los 12 millones de visualizaciones en Youtube– la abogada explica que vio a Gadd “cinco o seis veces” en el pub en el que trabajaba y niega haberle mandado miles de correos electrónicos, así como mensajes al móvil porque no tenía su teléfono. Según Harvey, sólo le envió una decena de correos electrónicos, una carta y algunos mensajes a través de Twitter. "No soy una acosadora, no he estado en la cárcel y no tengo órdenes judiciales. Es una completa tontería", explicó al veterano periodista.

Acoso a Starmer

Las sospechas sobre el pasado acosador de Harvey, sin embargo, han ido en aumento en los últimos días tras la publicación esta semana de una información en el diario 'The Sun', que apunta a que también acosó al líder del Partido Laborista, Keir Starmer. Según el tabloide, la abogada envió cerca de 300 correos electrónicos a Starmer en un período de ocho meses, en los que lanzaba ataques contra su mujer e incluso le dijo que le haría la vida imposible. Los mensajes fueron remitidos al Centro de Evaluación de Amenazas Fijas (FTAC), una unidad conjunta de la Policía Metropolitana y el Servicio Nacional de Salud (NHS), que se ocupa de los casos de personas que tienen fijación con políticos y miembros de la Familia Real.

Harvey no ha querido responder a las supuestas amenazas contra Starmer pero sí ha confirmado su intención de denunciar a Netflix y a Gadd por difamación. Una demanda que podría ser aceptada en caso de que se demuestre que no se ha protegido debidamente su identidad o que alguno de los hechos relatados en la serie no ocurrió realmente, ya que la propia plataforma asegura que la historia es real (y no que esté basada o inspirada en hechos reales). El jefe de políticas de Netflix en el Reino Unido, Benjamin King, afirmó ante la comisión de cultura de la Cámara de los Comunes que la plataforma tomó “precauciones razonables” para proteger la identidad de Harvey, al mismo tiempo que defendió la emisión de una serie que muestra "la historia real de los horribles abusos” que el escritor y protagonista sufrió a manos de “una acosadora convicta". 

Pero por ahora ni la prensa británica ni los propios diputados han conseguido demostrar que Harvey fue condenada por acoso, algo que podría suponer un dolor de cabeza para la plataforma de ‘streaming’ a nivel legal. “Todo ello apunta a un espectacular incumplimiento del deber de protección por parte de Netflix, Gadd y Clerkenwell Films. Algo que, en mi opinión, conlleva serios riesgos legales”, afirmó Morgan después de la entrevista, tras recordar que las pistas que deja la serie sobre la verdadera identidad de la presunta acosadora permitieron su rápida identificación en las redes sociales. La ficción de Netflix ya ha terminado, pero todo apunta a que la historia real está lejos de acabar.