REINO UNIDO

Los conservadores británicos suspenden a un diputado acusado de utilizar fondos del partido para pagar a unos secuestradores

El Partido Conservador británico se ve envuelto en un nuevo escándalo con las elecciones generales previstas para finales de año

Imagen de archivo del primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak.

Imagen de archivo del primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak. / Ian Forsyth/PA Wire/dpa - Archivo

Los escándalos siguen acumulándose en el Partido Conservador británico a pocos meses de las elecciones generales. La formación ha suspendido al diputado Mark Menzies después de que el diario ‘The Times’ revelara que utilizó presuntamente fondos del partido para usos personales. Una parte de esos fondos, superior a los 7.500 euros, fue destinada a pagar a unos hombres a los que conoció a través de una página web de citas y que lo retuvieron durante horas en un apartamento el pasado diciembre, según fuentes citadas por el diario británico. Menzies ha negado las acusaciones y ha evitado hacer más declaraciones, a la espera de que avance la investigación.

El hasta ahora diputado conservador –que seguirá ocupando su cargo como independiente– llamó presuntamente a su antigua jefa de campaña a altas horas de la madrugada para decirle que había sido encerrado por un grupo de “malas personas”. La mujer, de 78 años, se puso en contacto con la actual jefa de la oficina de Menzies, Shirley Green, quien pagó el rescate de su propio bolsillo, un dinero que le devolvieron poco después a través de los fondos destinados a la campaña del diputado. Menzies se ofreció presuntamente a devolver esta suma pero el partido le dijo que no era necesario.

Además del dinero destinado a pagar el rescate, el exdiputado conservador también utilizó más de 16.000 euros de la hucha del partido para pagar gastos médicos personales. Un dinero que prometió devolver, aunque nunca lo hizo. Fuentes cercanas a Menzies sostienen que fueron sus asesores quienes le recomendaron utilizar estos fondos, alegando que se trataba de un uso legítimo ya que permitía que el diputado siguiera adelante con sus funciones en la Cámara de los Comunes.

Críticas al partido

La polémica ha puesto el foco sobre los máximos responsables del Partido Conservador, quienes fueron informados en enero sobre lo ocurrido pero no han tomado medidas hasta ahora. La presidenta del Partido LaboristaAnneliese Dodds, ha asegurado que tanto el primer ministro, Rishi Sunak, como los principales líderes ‘tories’ tienen “preguntas muy serias que responder” sobre por qué no se han tomado acciones antes si ya fueron informados sobre lo ocurrido el pasado enero. Dodds ha instado al presidente del Partido Conservador, Richard Holden, a entregar toda la información disponible a la policía para que se haga cargo del caso.  

Preguntado sobre el asunto este jueves, el ministro de Defensa, Grant Shapps, ha reconocido que su partido ha estado investigando el caso desde hace meses pero ha evitado admitir que existe un problema de conducta en las filas conservadoras. “En todos los ámbitos de la vida hay personas que se descarrilan, por así decirlo, y es importante asegurarse de que se actúa con rapidez”, se ha limitado a decir a la BBC. El escándalo se suma al protagonizado hace apenas dos semanas por el diputado William Wragg, quien también fue suspendido por su partido tras reconocer que compartió datos personales de diputados con un desconocido, con el que contactó a través de la ‘app’ de citas Grindr.

Antecedentes polémicos

Menzies, elegido en 2010 por la circunscripción de Fylde – en manos conservadoras desde hace décadas–, ha estado implicado en otros escándalos desde que tomó posesión del cargo. En 2014 fue acusado por Rogério Santos, un gigoló brasileño de 19 años, de haber pagado por tener sexo con él y de haberle pedido que comprara drogas ilegales. El diputado renunció a su cargo como asesor del Gobierno pero mantuvo su puesto en el Parlamento, negando parte de las acusaciones. Desde entonces no ha ocupado ningún otro cargo ministerial. 

El escándalo supone una nueva mancha para el Partido Conservador a pocos meses de las elecciones generales, previstas para finales de año. Las encuestas pronostican una importante derrota para los ‘tories’, que perderían los comicios con una diferencia de más de 20 puntos sobre el Partido Laborista. El índice de popularidad de Sunak, además, ha alcanzado este jueves el nivel más bajo para un primer ministro desde los años ochenta, igualando el registro de John Major en 1994, según un estudio de la empresa demoscópica Ipsos.