GUERRA DE UCRANIA

Rusia recupera la iniciativa militar y Ucrania intenta no perder más terreno tras dos años de guerra

Putin vuelve a su objetivo inicial de someter al país entero y la UE asume que la contienda requiere reformas de calado en su economía y su potencial industrial

Ucranianos trabajan en el lugar de un ataque con cohetes a un edificio privado en Kharkiv, noreste de Ucrania.

Ucranianos trabajan en el lugar de un ataque con cohetes a un edificio privado en Kharkiv, noreste de Ucrania. / EFE/EPA/SERGEY KOZLOV

Marc Marginedas

La última intervención del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, constituye todo un ejemplo de la percepción generalizada sobre la actual correlación de fuerzas en la guerra de Ucrania, entre el Ejército defensor de Kiev y las tropas atacantes rusas. Desempolvando los objetivos iniciales de lo que el Kremlin denomina desde hace dos años como "operación militar especial", el expresidente ruso reiteró que el Gobierno de Ucrania "debe ser destruido", habló de reconquistar en algún momento Kiev y Odesa, a las que calificó de ciudades históricas rusas, al tiempo que amenazó a los ucranianos que se opongan a los planes del Kremlin con ser represaliados y enviados "a Siberia para su reeducación". Junto a las declaraciones, los hechos. El Instituto para el Estudio de la Guerra, la fuente más fiable sobre la situación en los campos de batalla, ha dado cuenta, en los últimos días, de una ofensiva militar rusa coordinada "en cuatro ejes paralelos" en el frente de Járkov y Kupiansk (al noreste del país) que, en caso de ser exitosa, concedería a Rusia "beneficios operacionales significativos", a diferencia de las recientes conquistas de Bajmut o Avdiivka, de valor simbólico pero limitada importancia estratégica.

"Rusia ha recuperado la iniciativa militar, con suministros garantizados por aliados como Corea del Norte o Irán y por su reserva demográfica", constata para EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, Nicolás de Pedro, jefe de investigación del 'think tank' británico Institute for Statecraft y experto en el espacio postsoviético. Por contra, el bando ucraniano, "a la defensiva, percibe dudas en sus aliados, tanto en Europa como en EEUU", continúa. Ambas variables permiten adelantar a personas como Anna Korbut, editora de la publicación UkraineWorld en español, que en este tercer año de conflicto, "más que atacar, Ucrania se va a defender, pese a las palabras del presidente Volodímir Zelenski hablando de nuevas contraofensivas". Además, todo este conjunto de percepciones que apuntan hacia un conflicto desequilibrado constituye un "filón" que Rusia intentará explotar "de forma algo forzada", enviando a Occidente y a los propios ucranianos el mensaje de que la victoria del Kremlin "es cuestión de tiempo, algo inevitable", adelanta de Pedro.

Apoyo vital

Dada la vital importancia que tiene para el bando ucraniano el respaldo de los aliados, tan o más importante para el desarrollo futuro del conflicto es la apreciación que se tenga del mismo en la UE o EEUU. La guerra de Ucrania, percibida hasta ahora por la mayoría de los ciudadanos europeos como un "problema periférico", una suerte de Irak o Afganistán aunque más cerca de sus fronteras, empieza a ser considerada ya como una "cuestión existencial", ya que en caso de victoria o desenlace favorable para el Kremlin, el nivel de amenaza que se cerniría sobre el continente europeo se incrementaría sustancialmente. Este fenómeno es, en opinión de De Pedro, notorio en los países más cercanos a Rusia como "las repúblicas bálticas, Polonia o Finlandia", y empieza a abrirse camino "en Alemania".

Por contra, en estados como España o Francia se sigue percibiendo a la guerra como lejana, mientras que en el caso de EEUU, enfrascado en su año electoral más polarizado, "se supedita la cuestión ucraniana" a la liza electoral que tendrá lugar en noviembre para lograr la Casa Blanca, lo cual tampoco favorece un debate fundado y apolítico, certifica este experto. La consideración de Rusia como una amenaza existencial para Occidente, en particular para el continente europeo, máxime cuando el Kremlin "no solo niega el derecho a Ucrania a existir, sino que quiere también cambiar la arquitectura de seguridad europea y consolidarse como potencia militar dominante en el continente", destaca el analista, debería conllevar modificaciones de calado en la economía y el potencial industrial para abastecer al Ejército de Ucrania, algo que, de momento, más allá de las declaraciones públicas, los Veintisiete no están planteándose de forma concienzuda. "No existe sensación de urgencia, se sigue viviendo con mentalidad de tiempos de paz y los europeos no se dan cuenta de que el mundo de antes ya no existe", concluye.

La desorientación europea y norteamericana, en este momento crítico de la contienda, también se reproduce en la retaguardia ucraniana. Korbut, citando a analistas militares de su país, adelanta que la reacción popular que se produjo en febrero de 2022, con oleadas de voluntarios haciendo cola para alistarse en los cuerpos de voluntarios o en el Ejército, "fue un fenómeno único que no se va a repetir". Los ucranianos han percibido en estos dos años el nivel de violencia que está empleando el Ejército ocupante y "tienen miedo a morir", continúa. Sin embargo, a tenor de las encuestas, la mayoría de la población -entre un 70 y un 80%- sigue creyendo en la victoria y es contraria a negociar, aunque en dichos sondeos de opinión no se especifica qué se entiende por triunfo. "Comprobamos que existe una desconexión, un agujero" entre lo que los ciudadanos aspiran y "lo que están dispuestos a hacer" para conseguir dichos objetivos, subraya la editora de UkraineWorld.