Elecciones a la Eurocámara

Von der Leyen vuela hacia un segundo mandato de la Comisión Europea casi garantizado

Cuenta con el respaldo no solo de la CDU, sino también de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el partido del 'patrón' de los populares europeos, Manfred Weber

Von der Leyen.

Von der Leyen. / EFE

Gemma Casadevall

La frase "Europa es mi hogar" con la que Ursula von der Leyen oficializó este lunes su candidatura como líder de los conservadores alemanes en las próximas elecciones europeas y, por extensión, su propósito de lograr un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea (CE) era casi una obviedad. Tampoco fue una sorpresa la designación formal de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), puesto que llevaba semanas avanzándose, tanto en medios alemanes como desde Bruselas, que así iba a ser. La propia Von der Leyen no tuvo reparos en comentar, el pasado fin de semana en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), que de ser elegida para un segundo mandado propondrá que se cree la figura de un comisario europeo de Defensa.

Todo estaba preparado para su designación y es altamente improbable que no consiga su objetivo. Cuenta con el respaldo no solo de la CDU, sino también de su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el partido del 'patrón' de los populares europeos, Manfred Weber. Se da por hecho que obtendrá el apoyo cerrado del Partido Popular Europeo (PPE) en el congreso de esa familia política europea, que tendrá lugar el próximo marzo. Y todos los sondeos apuntan, asimismo, que los conservadores serán los ganadores de las elecciones europeas del próximo junio.

Nada puede fallar en la agenda marcada por Von der Leyen. Su candidatura supone, además, un espaldarazo a escala nacional para la CDU/CSU, el bloque conservador alemán, la primera formación en intención de voto a escala nacional. Se les sitúa en torno al 30% de los votos, más de 10 puntos por encima de sus perseguidores, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), y hasta 15 por delante del Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz. A diferencia de otros partidos europeos del PPE, el bloque conservador alemán mantiene aún la línea marcada en tiempos de Angela Merkel de rechazar toda cooperación con la ultraderecha.

Más inversión en seguridad

La andanada de Von der Leyen a favor de dotar a la CE de un comisario de Defensa encajaba en el consenso expresado en la MSC de Múnich sobre la necesidad de que Europa invierta más en su seguridad, que asuma las riendas --en lugar de confiarlo todo al socio transatlántico, EEUU-- y también de mantener o hasta incrementar el apoyo a Ucrania. El discurso en torno al rearme europeo no es nuevo. Pero la frase debió rechinar en los oídos del alto representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien en otra intervención dentro del foro muniqués consideró que el bloque comunitario tiene los "instrumentos precisos" para tomarse en serio de una vez la Defensa. No es el primer encontronazo entre la conservadora Von der Leyen y el socialista Borrell, quien recientemente ya afeó a la presidenta de la CE que pretendiera marcar pautas en Exteriores. Fue a raíz del rápido postulamiento de la política alemana a favor de Israel en la guerra sobre Gaza. Es algo que encaja con la línea de su país de la "solidaridad incondicional" hacia Israel, pero no con la línea de Borrell.

Von der Leyen puede contar con la cohesión total de la familia conservadora, pero sus inicios en el cargo estuvieron rodeados de tropiezos. En 2019 fue propuesta para la presidencia de la CE como segunda opción, tras fracasar en el intento su rival interno, Manfred Weber. El perfil del bávaro era demasiado conservador incluso para la entonces canciller Merkel. También para el presidente francés, Emmanuel Macron. Von der Leyen fue la ganadora del bloqueo a Weber y se convirtió así en jefa de una macroorganización con 32.000 empleados, que debe lidiar en busca de consensos, una tarea en la que copió el estilo de su correligionaria y entonces jefa de partido, Merkel.

Cuestionada en Defensa

Cuando alcanzó su primer mandato estaba en un momento frágil. Nacida en Bruselas en 1958, hija del político conservador Ernst Albrecht --quien fue primer ministro del 'Land' de Baja Sajonia-- y madre de siete hijos, había sido considerada favorita para suceder algún día a Merkel, de quien fue ministra de la Familia y luego de Defensa. De sucesora potencial eterna pasó a ver cómo se requería para el puesto a Annegret Kramp-Karrenbauer, quien finalmente tampoco cuajó. Su primera designación como candidata a la presidencia de la CE fue una especie de regalo para la política, quien en su última fase al frente del Ministerio de Defensa estuvo duramente cuestionada. No solo no fue capaz de llevar adelante la imperiosa necesidad de poner al día las fuerzas armadas alemanas --tarea que le ha correspondido hacer ahora al equipo de Scholz--, sino que encima se vio salpicada por una serie de escándalos en los contratos con asesores de su ministerio. Por momentos pareció incluso que iba a dimitir. Su tabla de salvación fue el bloqueo a Weber.

Fue duramente criticada en la primera fase de su gestión como presidenta de la CE, mientras toda Europa buscaba ansiosamente remedios a la pandemia del coronavirus. La CE reaccionó tarde y mal al gran desafió de adquirir y gestionar las vacunas. Pero finalmente logró enmendar la situación. Con su segunda gran crisis --la invasión de Ucrania-- tuvo mejor fortuna: se alineó de inmediato a favor de la solidaridad, la ayuda humanitaria y los suministros de armas a Kiev. Su apoyo al presidente Volodímir Zelenski la ha redimido de errores anteriores. Cuando alude a que Europa es su hogar y patria política no se remite solo a su lugar de nacimiento, Bruselas, sino al hecho de que domina las lenguas dominantes en el bloque comunitario. Puede saltar sin dificultad de su alemán natal al inglés y el francés, además de hablar un correcto español.